Martes santo: Un Presbiterio fiel a su Obispo

2009_5_21-2 2009_5_21-1En el martes de la Semana Santa se congregaron en Catedral el Presbiterio de la Diócesis de Tepic y la feligresía para celebrar, de manera anticipada, el Día del Sacerdote y la Misa crismal, donde los sacerdotes renovaron, ante su Obispo Ricardo Watty, sus promesas de pobreza, castidad y obediencia; se consagró, además, el Santo Crisma y se bendijeron los óleos de los Enfermos y de los Catecúmenos. En la concelebración se hizo presente Mons. Alfonso H. Robles Cota, Obispo Emérito de Tepic.


Manifestación de plenitud sacerdotal
El Obispo Watty exhortó a los sacerdotes a la fidelidad vivida desde su sacerdocio ministerial. Cada año, durante la Semana Santa, el Presbiterio de todas las diócesis del mundo se reúne en torno a sus respectivos obispos para celebrar la Misa Crismal. La liturgia marca que esta celebración se puede hacer durante el Jueves Santo por la mañana, pero en las diócesis que tienen grandes distancias geográficas, como es nuestro caso, tiene lugar el Martes o el Miércoles santos. La Misa Crismal que celebra el obispo con todos los presbíteros de la diócesis es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispo y que es, a su vez, signo de la unión estrecha de los sacerdotes con él.

Misa Crismal 
Se llevó en procesión los óleos, junto con el pan, el vino y el agua destinados al Sacrificio Eucarístico. Se realizó solemnemente la bendición del Óleo de los Enfermos, pidiendo a Dios que enviara su Espíritu Santo para que, mediante este óleo, los enfermos sean confortados en cuerpo y alma. Enseguida, el Óleo de los Catecúmenos, con el que suplicamos a Dios que conceda a los que se preparan al Bautismo la fortaleza necesaria contra las acechanzas del maligno. Finalmente, la Consagración del Santo Crisma; los bautizados reciben este don en el Bautismo y la Confirmación, y los ordenados presbíteros y obispos. Se prosiguió, por último, con la liturgia Eucarística.

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¿Qué son los santos óleos?

El Santo Crisma
El Santo Crisma, es decir, el óleo perfumado que representa al Espíritu Santo, nos es dado junto con sus carismas el día de nuestro Bautismo y Confirmación, y en la ordenación de diáconos, sacerdotes y obispos. La palabra crisma proviene del latín chrisma, que significa “unción”. Así se llama ahora al aceite y bálsamo mezclados que el obispo consagra el Jueves Santo, y que en nuestra diócesis tiene lugar el Martes Santo. Son ungidos, asimismo, los obispos y sacerdotes en el día de su ordenación sacramental.
La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Testamento, en el que eran ungidos con el óleo de la consagración, los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefiguraban a Cristo, cuyo nombre significa “el ungido del Señor”. El crisma se elabora con aceite y aromas o materia olorosa para significar “el buen olor de Cristo” que deben despedir los bautizados.

El Óleo de los Catecúmenos
Con este óleo se extiende el efecto de los exorcismos, pues los bautizados se vigorizan, reciben la fuerza divina del Espíritu Santo, a fin de que puedan renunciar al mal antes de que renazcan de la fuente de la vida en el Bautismo. Este aceite es un jugo untuoso de color verde amarillento que se extrae del olivo o de otras plantas.

El Óleo de los Enfermos
Remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, para que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal y conseguir el perdón de los pecados, y cuyo uso lo atestigua el apóstol Santiago –St 5, 14-15–. El aceite simboliza el vigor y la fuerza del Espíritu Santo. Con este óleo el Espíritu Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador, como el de Jesús.

Fuente del recuadro: Church Forum

Fernando Rodríguez / EDIPAJ

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