Pascua Juvenil Vocacional 2009 / Diócesis de Tepic
Una experiencia inigualable
Del 5 al 12 de abril se llevó a cabo la vivencia de la Tercera Etapa del Proceso Juvenil Vocacional en cuatro zonas pastorales de nuestra Diócesis: Mascota y Puerto Vallarta, Jal.; Ixtlán del Río y Tepic, Nay. Aproximadamente 300 jóvenes –procesados y equipo de promotores– vivieron una experiencia inigualable en el marco de la Pascua.
Los jóvenes, a partir de su realidad y del anuncio de Cristo liberador, tuvieron un encuentro existencial con Él, tomaron conciencia de su vocación cristiana en la vida de la Iglesia y asumieron un compromiso personal con Jesús y con su historia. Ése fue el objetivo planteado y gracias a la generosidad de Dios, se logró cumplir. Dios no se mide con ellos, pues los toma y los transforma.
Las familias que los hospedaron, la experiencia de misión que realizaron, las dinámicas y temas, el acompañamiento, entre otras cosas, facilitaron el encuentro existencial con Jesucristo. Palparon la fuerte carencia y apremiante urgencia de los cristianos de ser testigos de la Resurrección de Cristo, asumiendo su compromiso apostólico evangelizador como protagonistas de la Nueva Evangelización.
Los jóvenes, en esta ocasión y una vez más, fueron generosos al llamado. Cristo vive en la generosidad de los jóvenes, en los que buscan trasformar el mundo, aún en aquellos que son indiferentes al proyecto de Jesús… también a ellos, con valentía y compromiso, hay que llegar y llevarles la Buena Nueva de que Jesús los ama.
Dios nos habla a través de sus jóvenes…
“Después de encontrarnos con Cristo vivo no podemos seguir igual…”
Luis Alberto
“La Pascual Juvenil Vocacional fue muy enriquecedora en aspectos personales. Redescubrí, entre otras cosas, cómo Dios sabe llamar a cada uno, los medios que utiliza para poder llegar directamente al corazón; es increíble contemplarlo, mas es mejor vivirlo. Es magnífico e impresionante el amor tan inmenso que tiene para entregarnos, y transformarlo. Ver a Jesús vivo en cada uno y todos trabajando por un mismo fin: los jóvenes. Él supo mover sus piezas al tocar el corazón de los chavos procesados: la respuesta de los jóvenes fue espontánea y vigorosa. Todo ello me dejó motivado, emocionado, enamorado, comprometido y con muchas ganas de seguir en este maravilloso proyecto de la Pastoral Vocacional”.
“Viví mis vacaciones alabando a Dios”
Olga
“La Tercera Etapa del Proceso es una hermosa experiencia de fe, amor y entrega inigualable. Llena de trabajo, eso sí, pero cuando la base es Dios y su proyecto el Reino, el esfuerzo y la dedicación valen la pena. Es delicioso sentir ese cansancio cuando se ve en los jóvenes la alegría de estar viviendo esta experiencia, ese entusiasmo por conocer a Jesús y compartir con ellos la alegría de ser hijos de Dios. Vivir de lleno la Semana Santa, acompañar a Jesús en su Pasión, llorar con su Muerte y brincar de alegría en la Resurrección como pocos jóvenes lo hacemos; teniendo tan de cerca la oportunidad de vivir las vacaciones de otra manera, y aún así preferir estar con Dios, es algo muy motivante, que llena de amor el corazón.
Trabajar por, para y con Dios es la mejor tarea que se puede tener, y si a eso se le suma el cariño de los jóvenes, todo vale doblemente la pena. Las palabras quedan cortas cuando quiero expresar todo lo que significa para mí ser parte del equipo de Pastoral Vocacional y trabajar en esta hermosa labor, es un gran regalo, una enorme bendición. Y ver a los chavos irse tan contentos al saberse también ellos elegidos por Dios, es algo maravilloso”.
P. Miguel Ángel Aguirre Torres
Asesor Diocesano de la Pastoral Vocacional
“Con los jóvenes casi nunca se logra lo que se quiere, pero jamás se pierde lo que se hace”