El 2020 ya casi termina, y es verdad que muchos esperábamos año nuevo, como señal de que todo lo que estamos viviendo se quedará en el 2020, lo cierto es que nos vamos haciendo a la idea que esto no será así.
Todo parece indicar que al menos, el principio del año que viene seguirá igual que este año y puede que esto nos desanime un poco; pero descuida, esto pasará.
Si bien la pandemia nos ha dado muchas dificultades, es verdad que también nos ha dado grandes oportunidades, como el tiempo para aquello que dejábamos a un lado, oportunidad de crecimiento en áreas que no creíamos importantes y cercanía con aquellos que nos habíamos alejado.
No perdamos de vista esto último en este año que viene, y en lugar de enfocar nuestra energía en las cosas que hemos perdido, canalicemos fuerzas en todo lo bueno que se reparara; en buscar recursos y estrategias para que el 2021 sea más llevadero para todos.
Este domingo que pasamos, iniciamos adviento, tiempo de preparación y de esperanza. Este adviento tenemos mucho que preparar y esperar.
Preparemos nuestro corazón para recibir nuevamente al niño Dios; preparemos nuestra mente para sobrellevar lo que el futuro no depare; preparemos nuestro corazón para que dé todo de sí; preparemos nuestras emociones para tener estabilidad y fortaleza; y esperemos, confiando en el Señor, que el año que viene será mejor para todos nosotros.
Psic. Eneri Camacho