En la primera semana de diciembre de nuevo una violenta masacre fue tema de noticieros y primeras planas en los periódicos alrededor del mundo: Robert Hawkins, un joven de 19 años, asesinó a balazos a ocho personas e hirió a cinco más en un centro comercial de Omaha, en Nebraska, Estados Unidos. Poco después, el muchacho se suicidó. Días antes, el mismo Hawkins había colocado un video en el popular sitio electrónico de Youtube, en el que testimoniaba: «Voy a ser famoso». Y de qué manera lo fue.
Este hecho reavivó, una vez más, el debate sobre el fácil acceso y posesión de armas en la nación más poderosa del planeta, pues es de todos sabido que la violencia por uso de armas de fuego no es una novedad en el vecino país del norte. Baste recordar, entre tantas otras, la matanza de 33 personas, entre estudiantes y profesores, en la Universidad de Virginia en abril pasado, a manos de un joven de origen asiático; o el asesinato de 12 estudiantes y una maestra en el Instituto Columbine, en Colorado, a manos de dos adolescentes de 17 y 18 años, que acabaron suicidándose, en 1999; o el hecho ocurrido en 2005 en Pennsylvania, donde un hombre irrumpió en una escuela amish y asesinó a cinco niñas y después se quitó la vida. Y una pregunta queda en el aire: ¿por qué todos estos asesinos deciden quitarse la vida?
Una violencia carente de artificios
«Elefante», la penúltima película del realizador estadounidense Gus Van Sant (Oregon, 1952), en su momento puso en la palestra el tema de la violencia que se suscita en los adolescentes de los colegios secundarios y preparatorias de Estados Unidos, recalcando que entre 1997 y 1999 tuvieron lugar ocho masacres de estudiantes en ese país. Van Sant no alude a ningún hecho en particular, sino al acto mismo de la violencia carente de artificios o sensacionalismo. Michael Moore ya había intentado retratar este fenómeno en el documental –anterior a esta película– «BrowningforColumbine», que se basa, principalmente, en la ya referida matanza de 12 adolescentes en una secundaria de Colorado. A diferencia de Van Sant, Moore actúa como una especie de fiscal al desmenuzar las posibles causas que desencadenan esta perturbadora forma de vida, poniendo el acento en la violencia cultural que acusan las nuevas generaciones: violentos juegos de video, drogas, poderosas armas al alcance de la mano, todo ello sazonado por una deficiente formación en los valores.
La violencia, «tan fácil de ignorar»
Se dice que el filme de Van Sant se inspira en un documental del realizador Alan Clarke, que transmitió la BBC de Londres, titulado curiosamente: «Elephant», y que versa sobre la violencia en Irlanda del Norte. En esa producción se menciona que el problema de la violencia es tan fácil de ignorar como se ignora a un elefante presente en medio de una sala. Asimismo se ha dicho que esta cinta de Van Sant toma su nombre de la leyenda budista que habla sobre ocho ciegos que al palpar un elefante, cada quien por su lado, con la intención de conocerlo, acaban dando a conocer cada uno sólo una parte del paquidermo: el que ha tocado las orejas alega que es un ventilador, aquél que examinó la trompa, afirma que se trata de una enorme culebra; el que abrazó una pata del animal, dice que es lo más parecido a un árbol, y así se suceden las confusiones una tras otra. Van Sant hace uso de una metáfora cinematográfica –aunque esto equivale a una denuncia plena– tratando de aclarar la confusión y escenifica la masacre no como un suceso extraordinario, tampoco como la irrupción de la cotidianidad estudiantil, sino como la más pura manifestación del mal, del querer causar dolor sin razón aparente.
- Estados Unidos es el país líder en fabricación de armas: se estima que produce el 50 por ciento de las armas del mundo.
• Treinta mil personas mueren anualmente en EE.UU. a causa de la violencia por armas de fuego; de éstas, tres mil son niños.
• Tras el atentado a las Torres Gemelas en Nueva York, la venta de armas de alto poder se incrementó aceleradamente en EE.UU. «Sólo en el mes de octubre de 2001, más de un millón de personas hicieron los trámites necesarios para comprar un arma», según un informe del FBI.
Juan Fernando Covarrubias Pérez