[Composición de Don Ignacio Díaz y Macedo, I Obispo de Tepic].
Asunción Gloriosa,
Madre del Eterno,
¡Llévanos contigo!
Tú que vas al Cielo.
¿Quién es la que sube
radiante y hermosa;
la luna a sus pies
y el sol que la borda?
Subió del desierto
como llamarada;
su manto es de mar
su veste de plata.
Sus brazos abiertos
de fe y esperanza;
su frente es antorcha
de amor con que estalla.
Coronan su Rostro
parvada de estrellas;
mil cantos de júbilo
del Cielo y la Tierra.
Ya el Sol resplandece
con vivos destellos;
es que tu Hijo Amado,
ya viene al encuentro.
Ea pues, Señora,
vuelve a mí tua 0j0s,
de abogada nuestra
¡Aquí donde lloro!
Asunción Gloriosa,
Madre del Eterno,
¡Llévanos contigo!
Tú que vas al Cielo.
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