16º Encuentro Nacional de Obispos y EDAP 2015
Del 24 al 27 de febrero del presente se llevó a cabo el 16º Encuentro Nacional de Obispos y Equipos Diocesanos de Animación Pastoral (EDAP), del que fue anfitriona la Diócesis de Saltillo. Los asistentes fueron solamente las diócesis que llevan en su práctica el Plan Diocesano de Pastoral, tales como: Netzahualcóyotl, Texcoco, Ciudad Valles, Ciudad Altamirano, Valle de Chalco, Tlalnepantla, Ecatepec, Tampico, Teotihuacán, Tepic y Saltillo; se contó también con la participación del Movimiento por un Mundo Mejor (MMM), el cual ha sido el encargado de poner las bases necesarias desde los inicios en la implementación del plan en cada diócesis.
Se hicieron presentes cinco obispos: Mons. Raúl Vera López, Obispo de Saltillo; Mons. Héctor Luis Morales Sánchez, Obispo de Neuzahualcóyotl; Mons. Víctor René Rodríguez Gómez, Obispo del Valle de Chalco; Mons. Roberto Octavio Balmori Cinta, Obispo de Ciudad Valles y Mons. Luis Artemio Flores Calzada, Obispo de nuestra Diócesis de Tepic.
“La fe nos pone en camino”
Mons. Héctor Luis Morales compartió una reflexión acerca de la teología de la esperanza, citando la frase “La fe es la que nos pone en el camino, pero la esperanza es la que nos sostiene…” Iluminando, además, con citas bíblicas hizo conciencia de la vida de Jesús como un guía, el líder a quien mucha gente lo seguía por su testimonio de vida; el Papa Francisco en el documento Evangelli gaudiumhabla al respecto: “…Hay políticos, e incluso dirigentes religiosos, que se preguntan por qué el pueblo no los sigue, si sus propuestas son tan lógicas y claras… posiblemente sea porque olvidaron la sencillez” (n. 232).
Estas palabras son fuertes pero reales, el método prospectivo es lento puesto que se debe avanzar con pocos pasos pero firme. Mons. Morales exhortó a saber analizar y dar una decisión firme: Si educas la razón pero no el corazón, entonces no educas… pues debemos estar en un constante ejercicio entre la razón y la realidad en la que vivimos; el Señor Jesús promete cosas y siempre las cumple, Dios nos acepta como somos pero no le gusta cómo estamos y esto debe alentarnos para seguir trabajando fuertemente por el Reino que verdaderamente Cristo quiere, jamás debemos vencernos.
Salir al encuentro del hermano
Para culminar su intervención, Mons. Morales nos exhorta a ver realmente el mundo actual: “…necesitamos dar esperanza y no debemos cerrar los ojos, ni encasillarnos en nuestra burbuja de cristal sin ver la problemática que existe alrededor. El método prospectivo nos hace dejar la comodidad en que vivimos y nos hace daño, si estamos bien no nos acordamos de Dios solo cuando estamos en situación de crisis, pues tenemos miedo de salir y anunciar la Buena Nueva. Esta ola de violencia que ahora nos ataca en el país debe ser el aliciente que necesitamos para proclamar la verdad y la justicia…”
Motivados con las palabras de la teología de la esperanza y una vez que analizamos un poco la Evangelli gaudium por medio de plenarios entre las diócesis, pasamos al compartir experiencias en la puesta en marcha del Plan Diocesano en las parroquias, del que se comentaron algunos puntos en favor y otros en contra acerca de la aceptación al cambio, principalmente por algunos sacerdotes que no muestran accesibilidad por cambiar, suponen que el dejar los trabajos de manera cíclica implicará más desgaste y pocos resultados, pero en su gran mayoría la pastoral va avanzando considerablemente.
Nuevas formas de evangelización
En un ambiente de convivencia, fraternidad y sobre todo comunión espiritual, finalizamos nuestro encuentro nacional dando aportaciones y sugerencias para las otras diócesis que apenas van iniciando su caminar en el tema; como recomendación se dijo que para posteriores encuentros sería bueno utilizar temáticas: “Cómo diseñar talleres de espiritualidad de comunión”, “Transversalidad de la pastoral urbana en el Plan Diocesano de Pastoral”, “Pastoral en Ambientes Sociales: políticos, empresariales, profesionistas”, “Vida en los sectores y pequeñas comunidades más allá de las Comunidades Eclesiales de Base” y “Profundizar la dimensión social de la evangelización en nuestro plan”, entre otros; pues necesario e importante analizar y estudiar más a fondo estos temas. El mundo actual pide urgentemente una nueva forma de evangelizar y esto converge con la luz que nos da el documento Evangelli gaudium.
Conscientes de nuestra razón de ser como animadores de la pastoral, las diócesis regresamos a nuestra tierra para seguir con el trabajo y en espera de un mayor avance, acordando que la siguiente asamblea tendrá lugar en la Diócesis de Texcoco.
Hay mucho trabajo por hacer, el Plan Diocesano de Pastoral promete muchos frutos pero necesitamos disponibilidad para ello; es tiempo de hacer un alto y cambiar nuestra forma de ser Iglesia.
Francisco Casillas Martínez
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