[Homilía] Pentecostés

Homilía del domingo 20 de mayo de 2018

 

Juan 15, 26-27; 16, 12-15

 

Queridos hermanos, hemos llegado ya a la gran fiesta de Pentecostés, que significa cincuenta días; y es que a los cincuenta días que Cristo resucitó, vino el Espíritu Santo sobre los Apóstoles. Jesús ya lo había prometido, Él les decía: “El Espíritu que yo enviaré de parte de mi Padre les enseñará todo, cuando venga el Paráclito ustedes darán testimonio de mí y Él también dará testimonio de mí”; pues se cumplió la promesa, y estando reunidos los apóstoles surgió un fuerte viento y resonó por toda la casa donde se encontraban; aparecieron unas lenguas de fuego que se distribuyeron sobre ellos, se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas nuevas.

 

Pentecostés es la fiesta en donde el Espíritu Santo vino sobre los Apóstoles y se quedó en la Iglesia. Debo decirles que el Espíritu Santo es el amor del Padre y del Hijo, es el gran regalo, es Dios como el Padre y el Hijo.

 

Ahora vamos a ver algunos elementos: Aparece un fuerte viento, el viento que significa la vida de Dios por medio del Espíritu, que es el dador de la vida. Además aparecen las lenguas de fuego: el fuego simboliza el amor, sabemos que el fuego purifica, el oro queda brillante ante el fuego; pues bien, a eso viene, a purificar nuestros corazones para que queden brillantes, santos, llenos del amor de Dios, para que nos parezcamos a Cristo; Él viene a habitar en el corazón de cada ser humano y también viene a habitar en la Iglesia; viene a crear la comunión, la  unidad entre todos, a hacer que nos sintamos verdaderamente todos hijos de Dios de un mismo Padre y todos hermanos.

 

Por eso, qué grande es este regalo que el Señor nos da. Fruto de este regalo es la unidad entre todos nosotros. El Espíritu Santo está relacionado con la vida y con el amor; también cuando el Espíritu Santo vino sobre Jesús en el bautismo lo hizo en forma de paloma, para indicarnos que Él es el portador de la paz, hoy más que nunca necesitamos la paz. El Espíritu Santo va formando en nosotros a Cristo. Cada uno de nosotros somos libres, podemos dejarnos llevar por el espíritu del hombre egoísta, y el que se deja llevar por el espíritu del mal vive el libertinaje, la idolatría, los pleitos, las rivalidades, la ira, las rencillas, la violencia; en cambio los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, los frutos son: el amor, la alegría, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad, la fidelidad. Por eso hoy te invito, déjate guiar por el Espíritu Santo y tu vida va a cambiar totalmente.

 

Hoy necesitamos un México de unidad, de concordia, de paz, como ya he dicho en otras ocasiones, que las elecciones venideras no rompan esa armonía entre todos los mexicanos, que con toda responsabilidad y con plena libertad elijamos a las personas que creamos que realmente van a buscar el bien, y después de la elección aceptemos el resultado; pero nunca perdamos la unidad entre nosotros, porque estos valores son más valiosos porque nos integran; hay más elementos que nos unen, por eso el Espíritu Santo viene a crear unidad y comunidad.

 

Yo te invito a que le digas al Espíritu Santo: “Ven Espíritu Santo, te abro las puertas de mi corazón llénalo de amor para que yo sea también portador de amor, llénalo de paz, de justicia, sí, ven y renueva nuestros corazones y llénalos de tu amor”.

 

La bendición de Dios Omnipotente: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.

 

 

+ Mons. Luis Artemio Flores Calzada

Obispo de la Diócesis de Tepic

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