Estos hijos nuestros: Miguel Alberto Covarrubias García y Marcelo Santiago Pecero, de los cuales muchos de ustedes son familiares y amigos, van a ser ordenados presbíteros, conviene que reflexionemos a la luz de la Palabra de Dios que acabamos de escuchar, cuál va a ser su identidad y misión que van a recibir.
Identidad del Sacerdote.
Por la imposición de las manos del Obispo y la plegaria de Ordenación, se les confiere el Espíritu Santo y quedan consagrados a Dios, Configurados a Cristo, identificados con Cristo Sacerdote, profeta, pastor, de tal manera que pueden actuar como Representantes de Cristo Cabeza (cfr. P. O. 2), se convierten en una imagen viva y transparente de Cristo. Para continuar sin interrupción su obra salvífica en favor del pueblo de Dios.
Misión del Sacerdote.
A ustedes queridos hermanos: Miguel y Marcelo los ha elegido Dios para consagrarlos Sacerdotes para servir a su Pueblo, este es vuestra vocación y vuestro gozo servir a Dios y a los hombres, vuestros hermanos, van a hacer las veces de Cristo Maestro, Sacerdote y Pastor.
Como Escuchamos en la primera lectura: “El Espíritu del Señor está sobre mi porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres” (Is 61, 1). Como Maestros van a anunciar y transmitir el Evangelio de Cristo. Mediten la Palabra de Dios, procuren creer lo que leen, enseñar lo que creen y practicar lo que enseñan.
Ustedes serán sacerdotes del Señor, para santificar al pueblo de Dios por medio de los Sacramentos: van a introducir a los hombres en el pueblo de Dios por medio del Bautismo, los van a reconciliar con Dios por medio del Sacramento de la penitencia, van a fortalecer y dar salud a los enfermos mediante el Oleo Santo, van a bendecir a los matrimonios y de manera especial van a celebrar el tesoro más grande que tenemos La Eucaristía para reunir y alimentar al pueblo de Dios. Sean Santos porque administraran las cosas Santas y van a actuar en nombre de Cristo, quien es Santo de los santos. “Van a curar a los de corazón quebrantado, a proclamar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros y a pregonar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18).
Finalmente van a ser constituidos Pastores del pueblo de Dios, tengan siempre presente el ejemplo del Buen Pastor, Cristo, que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida por sus hermanos. Dios los libre de la idolatría y de la mundanidad, del poder, del autoritarismo, del dinero y de los placeres. Recuerden que su esposa es la Iglesia, entreguen toda su vida por amarla, cuidarla, serle fiel. Cuiden del rebaño que Dios les va a confiar, como pastores, recuerden que este rebaño, Cristo lo adquirió con su propia Sangre, no son Ustedes los dueños del rebaño sino servidores de Cristo para apacentar su rebaño como él lo apacentó dando su propia vida. Como escuchamos en la segunda lectura. Esta es vuestra espiritualidad: la caridad Pastoral, la entrega total de su vida a Cristo y a la Iglesia
Van a formar parte del Orden de los Presbíteros, vean en cada Sacerdote un hermano, un amigo, se van a sumar al trabajo pastoral de la Diócesis claramente delineado en el Plan Pastoral, conózcanlo, impúlsenlo y pónganlo en Práctica.
Sean fieles a Dios y a la Iglesia, que al final de su vida el Señor les pueda decir: Siervo bueno y fiel entra en el gozo de tu Señor, así sea.
+ Monseñor Luis Artemio Flores Calzada
VIII Obispo de la Diócesis de Tepic