Cada vez es más común escuchar jóvenes que practican el cutting, se habla muy poco de ello e incluso muchos padres no saben y desconocen de qué se trata. En la consulta psicológica que recibo, se ha vuelto más frecuente, sobretodo entre adolescentes de secundaria.
¿De qué se trata el Cutting?
Es la acción de cortarse para liberar el dolor emocional, se da entre jóvenes adolescentes. Es una forma de sustituir el dolor psicológico por el físico. Se infligen heridas en la piel; cobra fuerza entre adolescentes y niños. De trasfondo pueden estar padeciendo un problema de autoestima o incluso algún trastorno mental como es la depresión o la ansiedad.
También algunos adultos suelen utilizar este tipo de prácticas, sin embargo es más común entre adolescentes de 10 a 16 años. La edad promedio en que se registran estas prácticas es a los 12 años sin embargo se han dado casos de niños de 5 a 7 años que lo hacen y también se da entre jóvenes entre 18 a 25 años.
Inician con cortadas muy pequeñas. Quienes lo hacen una vez existe mucha probabilidad que lo vuelvan a hacer, con el tiempo se comienza a practicar con mayor frecuencia y pueden llegar a ser letales. Las heridas pueden encontrarse en brazos, piernas, muñecas o en el vientre, los jóvenes, como es de esperarse, suelen ocultarlas ya sea con pulseras, playeras de manga larga, suéteres u otros accesorios.
Detrás de este comportamiento, también hay trastornos psiquiátricos asociados, como el trastorno de personalidad limite, más común, en este tipo de conductas, pero también está la depresión que ya se mencionó, los trastornos en el consumo de sustancias, trastornos alimenticios, (anorexia y bulimia), algunos trastornos psicóticos, entre otros, pero estos suelen ser los más comunes.
¿Por qué lo hacen?
Esta conducta no es una forma de solucionar sus problemas, al contrario suele agravarlo, sin embargo es un mecanismo de supervivencia para sobrellevar algún conflicto o dolor emocional, ocasionado por situaciones, como acoso escolar, o la mala o deficiente relación con los padres. Muchos adolescentes están negados a recibir ayuda, recordemos que la adolescencia es una etapa de desarrollo, su capacidad para manejar sus emociones es escasa, algunos adolescentes suelen ser impulsivos, todo este panorama nos hace comprender al adolescente cuando se niega a pedir ayuda.
¿Qué es el dolor emocional?
El dolor emocional existe, así como está presente el dolor físico en nuestro cuerpo, y este nos ayuda a identificar que hay algún problema físico que requiere de atención médica, el dolor emocional aparece, cuando estamos frente a una situación de crisis emocional, de perdida de algo o alguien importante, o cuando no sabemos qué hacer cuando sentimos emociones displacenteras, como tristeza, enojo, miedo, etc.
Las emociones no son malas, son parte de nuestro cuerpo, y son reguladas por ciertas sustancias en nuestro cerebro, y es importante conocer sobre ellas y saber qué hacer cuando se presentan.
Como ya se dijo al principio, quien se autolesiona no busca el suicidio en sí, ni llamar la atención, es una forma de manejar su dolor emocional, de lidiar con él, sin llegar a una solución en concreto.
El tratamiento para este tipo de conductas es integral, es importante la psicoterapia y también el tratamiento psiquiátrico, y es importante un adecuado diagnóstico, puesto que de inicio puede haber un trastorno mental asociado, por lo que se debe acudir con el profesional de la salud indicado, ya sea psicólogo o psiquiatra.
¿Cómo puedo prevenir?
Si el que está leyendo este escrito es un padre de familia, lo primero que hay que hacer es aprender a manejar las emociones, porque tú como papá, deberás enseñarle a tu hijo a hacerlo, desde pequeño, acompañarlo, escucharlo cuando esta triste, y que se escuche así mismo. Eso es educar en sus emociones. Si quien lee esto, es un adolescente, acércate a un profesional de la salud mental, para que aprendas a manejar tus emociones, el dolor que sientes cuando te sientes triste es pasajero, y puedes hacer otras cosas que no necesariamente tienen que ver con autolesionarte.
Ps. Belén Solís Guerrero