Apertura del Año Jubilar Mariano

Llamados a ser imagen de Cristo

“Hagan lo que Él les diga” (Jn 2,5). Estas son las palabras con las que se resume el motivo del Año Jubilar, proclamado el día 10 de Septiembre de 2018 en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Talpa, por Monseñor Luis Artemio Flores Calzada, Obispo de Tepic. Esta celebración es el camino de preparación para el 375º aniversario de la renovación milagrosa de la santa imagen de Talpa. Durante la celebración, que dio inicio a las 12:00 del mediodía en la Basílica, Monseñor nos invita a leer el documento “La Auténtica” en el cual se relata la historia de este acontecimiento, ocurrido en 1644.

En la apertura solemne del Año Jubilar, se recordó que el Papa Francisco ha concedido a toda persona que visite la Basílica durante las diferentes celebraciones, las gracias de la indulgencia plenaria, la cual le ofrece al pecador arrepentido y confesado el beneficio de eliminar totalmente la deuda que ha otenido a lo largo de su vida. Monseñor invita a participar de esta gracia y a solicitar la indulgencia por nosotros mismos o incluso por algún ser querido. El Obispo durante la celebracion, invitó a que “renovemos nuestras mentes y corazones, recordante que estamos llamados a ser imagen de Cristo”.

Con esta Eucaristía se marca el inicio de un año lleno de gracia y bendiciones para todos los fieles que visiten a Nuestra Madre Santísima.

 

“La fe no hace que las cosas sean fáciles, hacen que sean posibles” Lucas 1:37

Cada año, el día 10 de septiembre, para dar inicio al novenario a Nuestra Señora del Rosario de Talpa, se realiza el cambio de vestimenta de la Imagen, como tradición por su milagrosa renovación.

Este año, no fue la excepción, pero además se realizaron jornadas de oración donde los fieles tuvieron la oportunidad de tener un encuentro más directo con nuestra Madre Santísima. Las filas para ingresar al templo fueron largas, y a pesar de eso y de la intensidad del sol, los fieles esperaron hasta horas para poder participar de dichas jornadas.

Posteriormente, en punto de las 5:30 de la tarde, dio inicio la tradicional procesión de la imagen, partiendo de la Basílica hasta la Parroquia, lugar donde se realizó el milagro de la renovación. Este recorrido se realizó, sobre una alfombra de flores naturales y aserrín de colores, elaborada por el pueblo talpense. La lluvia acompaño esta procesión, sin embargo los fieles se mantuvieron firmes ante el paso de María.

Este recorrido finaliza con la visita de la imagen de la Virgen a la parroquia del señor San José, donde se encuentra el “pocito” donde un 19 de septiembre de 1644 se renovó.

Las celebraciones de este día, terminaron con la Santa Eucaristía, en el Foro del Peregrino, en la plaza principal.

Las muestras de fe y amor a la Virgen al encontrarse con ella, fueron prueba del fervor mariano que llena el corazón de los peregrinos y fieles que confían en María para alcanzar el favor de Nuestro Dios.

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