22 de agosto 2025 Santa María del Oro, Nayarit.
El pasado 22 de agosto de 2025, en el Seminario Mayor de la Diócesis de Tepic en Santa María del Oro, Nayarit, se vivió un momento de gracia con la ordenación diaconal de Keven García Guerra y Carlos Alexis Pérez Álvarez, quienes recibieron este ministerio por la oración e imposición de manos de Mons. Luis Artemio Flores Calzada, 8vo. Obispo de Tepic.
Durante la homilía Mons. Luis Artemio dirigió un mensaje profundo y detallado a los seminaristas que recibierón el ministerio del diaconado. Su homilía se centró en los tres ministerios fundamentales que deberán ejercer y los tres compromisos esenciales que asumirán ante el Señor.
El Obispo enfatizó que los diáconos serán llamados a un servicio integral, desglosado en tres pilares:
• El Ministerio de la Caridad (el Amor): Este ministerio implica organizar el amor y el servicio a los fieles. Los diáconos deberán visitar a los enfermos y encarcelados, dar de comer a los hambrientos y atender a los necesitados, ejerciendo la caridad de manera activa en todas las comunidades donde sirvan.
• El Ministerio de la Palabra: Se les encomendará la solemne proclamación del Evangelio y la predicación de la Palabra de Dios, la cual es “viva, eficaz” y “suscita la fe”. El Obispo subrayó la importancia de que la gente tenga un “encuentro vivo con el Señor” a través de la palabra, que transforma corazones como la lluvia que reverdece la tierra. También deberán enseñar la Palabra y capacitar a las catequistas para que la transmitan a niños, jóvenes y familias.
• El Ministerio del Servicio del Altar: Incluye asistir al sacerdote, preparar las ofrendas para la Eucaristía, proclamar el Evangelio y distribuir la Eucaristía. Además, realizarán la celebración solemne de la Palabra, presidirán exequias cuando no haya misa, bendecirán matrimonios (delegados por el Obispo o párroco), administrarán el bautismo para comunicar la vida divina, bendecirán objetos religiosos e impulsarán la oración litúrgica entre el pueblo.
Estos ministerios, según el Obispo, constituyen un servicio a los hermanos y a la Iglesia para que el pueblo de Dios se acerque más al Señor y viva la experiencia de Dios.
Los tres compromisos esenciales ante el Señor
Además de sus funciones ministeriales, el Obispo destacó tres compromisos personales y espirituales que los diáconos deberán asumir:
• La Oración: Considerada una parte “importantísima” de su vida, la oración los pondrá en contacto directo con el Señor. Deberán orar en nombre de toda la Iglesia, lo que incluye la recitación de la liturgia de las horas.
• El Celibato: Descrito como una vocación y un “amor fecundo”, el celibato implica dedicar y amar al pueblo de Dios y a la Iglesia. Citando a San Juan Pablo II, el Obispo explicó que, aunque el matrimonio es una vocación de amor, la de los diáconos, presbíteros y obispos es un amor que renuncia a una pareja y a hijos biológicos para abrazar una “familia grande”, que es la Iglesia. Este amor debe ser como el de Cristo y María, siempre respetuoso y sin abusos.
• La Obediencia: Del latín “ob audire”, que significa “escuchar la voz de Dios y ponerla en práctica”. Los diáconos deberán buscar siempre la voluntad de Dios, que es la mayor gloria que se le puede dar. Esto se logra a través de la Palabra de Dios, las enseñanzas de la Iglesia, y la guía del Obispo y de los párrocos con quienes colaboren.
Finalmente, el Obispo hizo un llamado a los sacerdotes presentes para que acompañen, ayuden, animen y sirvan de ejemplo a seguir para estos jóvenes, mostrándose como hombres de Dios, entregados, fieles y generosos, inspirados siempre en Cristo como modelo principal.