Asociada al consumo de drogas
La violencia doméstica está estrechamente relacionada con el consumo de drogas. Se dice que una gran cantidad de los varones que abusan de sustancias tóxicas son maltratadores domésticos, en tanto que 60% de las mujeres que consumen alguna droga son víctimas de violencia.
Violencia y abuso a la mujer
El estudio, citado en una investigación de Luciana Ramos, jefa del Departamento de Investigaciones Especiales del Instituto Nacional de Psiquiatría, también señala que 42% de las mujeres inscritas en programas de violencia doméstica abusaban de las drogas. Enfatiza, sin embargo, que aun cuando la violencia de género y el abuso de sustancias son problemas asociados, no puede afirmarse que se trate de una secuencia de causa-efecto, pues la violencia doméstica ocurre aun cuando no existe el consumo de drogas.
No obstante, afirma que las mujeres que han experimentado violencia doméstica tienen más riesgo de usar sustancias tóxicas y que el abuso sexual en la infancia propicia hasta siete veces más la dependencia de drogas en dichas mujeres. Al respecto, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Uso de Drogas en la Comunidad Escolar de 1991, 4.4% de 61 mil adolescentes reportó haber sufrido abuso sexual y 23.5% de estas víctimas habían utilizado drogas en forma experimental.
Tratando de explicar la violencia
Existen importantes modelos teóricos que han explicado hasta ahora la relación existente entre violencia familiar y abuso de alcohol. Algunos de los más importantes con una perspectiva de género son:
Modelo de desinhibición
Se centra en el efecto farmacológico directo del alcohol sobre la conducta del individuo. Subraya que el alcohol reduce el autocontrol, que normalmente inhibe a una persona de actuar violentamente, distorsionando la capacidad de análisis.
Este modelo es válido, pero no como explicación unicausal, pues resulta insuficiente a la hora de explicar la relación entre abuso de alcohol y violencia en toda su complejidad. En concreto, el modelo de la desinhibición no ha sido capaz de explicar dos cuestiones:
- El abuso de alcohol no siempre conduce a la violencia.
- La prevalencia de la violencia relacionada con el alcohol varía según el contexto socio-cultural.
Modelo de factores de contexto
Cuando se valora la influencia del alcohol en los malos tratos se deben considerar algunas causas como la desigualdad económica, la tradición cultural que tolera la violencia contra las mujeres y las características de los agresores, incluyendo sus creencias y actitudes respecto a las mujeres.
Este modelo pone énfasis en la historia de la tolerancia social de la violencia hacia la mujer y, por consiguiente, las creencias del hombre respecto de la mujer; mientras que el modelo de la desinhibición se centra en explicar el efecto desinhibitorio de la agresividad que genera el alcohol en el organismo y que, supuestamente, se refiere al organismo masculino, puesto que no explica las diferencias entre los porcentajes de violencia producida por los géneros masculino y femenino.
El alcohol, factor para la violencia
La violencia familiar, según estadísticas, en forma reiterada encuentra raíces en el alcoholismo de uno de los integrantes de la familia. Si bien no toda persona violenta necesariamente es también alcohólica, esta se ve agravada por el abuso del alcohol.
En primera instancia, el consumo de alguna bebida alcohólica puede resultar agradable y placentero, puede responder a un festejo o a una celebración; sin embargo, conjuntamente con la adicción al alcohol, tales características desaparecen para dar cuenta de efectos negativos.
Con las anteriores aportaciones vale la pena considerar que el consumo de sustancias y la violencia suelen presentarse en contextos similares y que aunque en la mayoría de las ocasiones es dirigida del hombre hacia la mujer, esta impacta a todos los elementos de la familia.
El consumo de sustancias y la violencia suelen generar ambientes de vulnerabilidad que limitan a la familia en sus oportunidades de sano desarrollo; por esto, hay que reflexionar sobre la importancia de la sana convivencia familiar y, en caso necesario, decidirse a buscar ayuda especializada.
Centros de Integración Juvenil, AC