El mundo actualmente está sufriendo una crisis de gran magnitud, y en nuestro país, estamos en la fase más crítica de la pandemia por el COVID-19. La contingencia actual ha causado gran disrupción en los sistemas que generalmente funcionaban con “normalidad”. Uno de los sistemas más esenciales de los cuales dependemos, es el suministro de alimentos, y por supuesto, los empleos.
La prioridad de todos los gobiernos en el mundo, no sólo en México, ha sido la de salvar vidas. Pero en cierta medida, se ha desatendido a las personas que perdieron sus empleos, personas del sector más vulnerable de nuestra sociedad, que no cuentan con los mismos privilegios que muchos otros, para poder “quedarse en casa”… Algunos tienen que salir a las calles a buscar el sustento de sus familias, a llevar comida a sus hogares.
En este contexto, y siguiendo el ejemplo de las obras de misericordia como “Dar de comer al hambriento”, la Parroquia del Señor de la Ascensión en Santiago Ixcuintla, Nayarit, a través de Cáritas Parroquial, inició el día 25 de mayo de 2020 con un COMEDOR COMUNITARIO, que además de saciar el hambre física de muchas personas necesitadas en la comunidad, ataca el hambre espiritual, esa necesidad que todos tenemos de sentirnos protegidos y queridos. No tener lo indispensable para comer, afecta no sólo a la salud física, sino también a la estabilidad emocional de la persona.
170 porciones son las que hoy se compartieron a las personas necesitadas de la comunidad, las cuales son repartidas a través de distintas rutas de distribución en la localidad antes mencionada. El Comedor Comunitario está localizado en la Calle Bravo #33 en la colonia Centro de Santiago Ixcuintla, Nayarit, con un horario de 8:00 AM a 12:00 PM.
El equipo de sacerdotes de la Parroquia, así como todos los voluntarios que integran la obra de la Iglesia llamada Cáritas Parroquial, agradecen el apoyo que generosamente se ha recibido de manos bienhechoras y de corazones solidarios que se han unido a esta causa: “Dios bendiga a todos los que se han sumado a este esfuerzo. Seguimos caminando juntos. Dios providente recompense la generosidad de las personas que han trabajado en este proyecto, a las que han donado, oremos juntos, sumémonos a este esfuerzo” mencionó el Pbro. Rafael Rentería, párroco de la comunidad.
Si deseas unirte a esta causa, puedes comunicarte al teléfono 323 102 6127 con Rocío Arellano. La ayuda puede ser económica, pero preferentemente en especie.