Síndrome de Alienación Parental

Involucrar a los hijos en los conflictos de pareja

 

 

En esta sección hemos resaltado la importancia de la familia y las diferentes problemáticas que vive. En la actualidad nos enfrentamos a un enemigo que, de manera silenciosa y progresiva, ha destruido el núcleo familiar: el divorcio.

Lamentablemente, son múltiples los motivos que ocasionan que la pareja decida separarse; entre ellos se encuentran la falta de compromiso, la infidelidad, la violencia, problemas de comunicación y aun más importante, la ausencia de Dios. Las cifras son alarmantes, cada día el matrimonio pierde valor y se percibe la vida en pareja como algo temporal, que no necesariamente tiene que durar “hasta que la muerte los separe”.

 

¿Qué es el Síndrome de Alienación Parental?

Dejando de lado los motivos, las complicaciones no cesan una vez que la pareja ha decidido separarse o aun cuando siguen viviendo juntos. En muchos casos la familia se convierte en un campo de batalla, y quienes quedan en medio son los hijos.

El Síndrome de Alienación Parental fue descrito por el doctor Richard Gardner como un desorden que se da principalmente en el contexto de conflictos de custodia física o moral entre los padres. Se manifiesta como una campaña de denigración de un hijo contra uno de los padres. En otras palabras, uno de los padres utiliza a los hijos en contra del otro progenitor con la intención de ganar poder, hacerse oír o lograr reivindicarse después de la separación.

Puede darse de manera sutil al involucrar a los hijos en las problemáticas que son de la pareja o permitiendo que escuchen pláticas en las que se expresan comentarios despectivos de papá o de mamá; o sucede de manera abierta cuando deliberadamente se impide al hijo que conviva con su padre o con su madre, y se le hace creer que es “malo”.

Un factor de relevante importancia es que se juega con la lealtad. El hijo llega a creer que convivir con su papá significa traicionar a su mamá, y viceversa.

Signos de alerta

La alienación parental es también un tipo de maltrato, que perjudica y daña la salud emocional de los hijos. Reconocer los siguientes puntos nos ayuda a prevenir y evitarlo:

  • Insultar o desvalorizar al otro progenitor en presencia del hijo, aludiendo cuestiones de pareja que no tienen nada que ver con el vínculo parental.
  • Impedir el derecho de convivencia con sus hijos al otro progenitor.
  • Implicar el entorno familiar y a los amigos en los ataques al excónyuge.
  • Subestimar o ridiculizar los sentimientos de los niños hacia el otro progenitor.
  • Incentivar o premiar la conducta despectiva y de rechazo hacia el otro progenitor.
  • Influir en los niños con mentiras sobre el otro llegando a asustarlos.

 

Claro está que esta lucha de poder entre la pareja afectará a los hijos, puesto que el enojo o rencor que pudieran llegar a sentir en contra de su progenitor es un sentimiento que no les pertenece, que es resultado de los problemas de pareja.

 

Recomendaciones

Recordemos que la pareja es cimiento de la familia. Cuando la pareja tiene conflictos que no logra resolver, esto se ve reflejado en los hijos, quienes presentan problemas de conducta, bajo rendimiento académico, agresividad, inseguridad, entre otras manifestaciones.

Primeramente, es importante ser claros y establecer límites. Los problemas de pareja son de pareja, los hijos no tienen porqué verse involucrados ni conocer los detalles.

Buscar ayuda profesional para solucionar los conflictos de pareja. En este punto la voluntad y la disposición son indispensables, y todo esfuerzo que se hace en beneficio de la familia tiene su recompensa. Existen retiros para matrimonios, acompañamiento espiritual, terapia de pareja, talleres, cursos y libros que nos guían y dan herramientas. Aun cuando la separación parezca inminente, se necesita llevar un proceso psicoterapéutico para lograr que los padres tengan una relación cordial y una comunicación asertiva por y con los hijos.

Los adultos somos nosotros, actuemos de manera madura y responsable. Que proteger el bienestar de los niños sea nuestra principal tarea.

 

Fundación Dar Amor, Dar Vida, AC

 

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