Desde que somos pequeños hasta que llegamos a nuestra etapa adulta, nos acostumbran a ser “patriotas”. A lo largo de nuestra educación básica (preescolar, primaria y secundaria) nos enseñan a cantar el himno nacional, guardar el respeto a nuestra bandera, decir el juramento a ésta, entre otras cosas. Como es costumbre, a la mayoría de los niños les parece una cosa totalmente aburrida y demuestran todo, menos respeto hacia los famosos honores a la bandera.
¿Estamos orgullosos de nuestra patria?
La cultura del patriota se quiere arraigar desde la infancia, pero lo único que logran es un espacio para que niños y adolescentes puedan platicar libremente, siempre y cuando no los pasen al frente. El “amor a la patria” en las escuelas es prácticamente nulo. La diferencia radica, por ejemplo, al ver un partido de futbol de la selección, donde muchas personas incluso cantan el himno como nunca; o cuando un deportista gana una medalla en los juegos olímpicos. En esos momentos, todos nos sabemos el himno, y hasta, por la emoción, brotan algunas lágrimas. “¡Viva México!” y “¡Mexicano hasta la muerte!”, entre otros gritos, se oyen en las calles cuando esto ocurre. El cuestionamiento que nos debemos de hacer ante ello es el siguiente: ¿qué significa en realidad para un mexicano ser patriota? ¿Estamos realmente orgullosos de nuestra nación?
Actuar es sentir a México
México es un país privilegiado, hablando geográficamente. Lo tiene todo: montañas, playas, selvas, bosques, flora y fauna, entre otras cosas. Y lo podemos disfrutar todo, caso contrario a lo que sucede en cuestión social, donde en nuestro día a día nos encontramos con noticias lamentables como secuestros, actos de corrupción, fraudes, asesinatos, etcétera. Realidades totalmente contrastantes son las que vive el mexicano: que si nuestra bandera es hermosa, que si el himno es el segundo más bello del mundo, solo detrás de “La Marsellesa” de Francia; que tenemos una de las siete maravillas del mundo moderno, que si nuestra gastronomía es buena; en fin, pretextos nos sobran para sentirnos orgullosos de nuestra tierra, pero cuando llega la hora de actuar, nadie hacemos nada y al mencionar la palabra “actuar”, no me refiero a entonar el himno en las escuelas, saludar a la bandera o repetir con firmeza el juramento al lábaro patrio, no. Actuar significa hacer sentir a México bien en nuestro día a día. La patria no se demuestra en concursos como “Miss Universo” o en los mundiales de futbol; la patria se materializa en las calles, en nuestra mentalidad y actitud hacia los demás, y ahí, déjenme decirles, estamos reprobados. Porque demostramos todo menos valores cuando somos artífices de lo mal que está México en cuestiones de salud, economía, seguridad y en lo social. Cuando vamos por la calle y decidimos no ayudar a las personas que quizá necesiten de nosotros, cuando hemos sobornado a un agente de tránsito para evitar una multa, cuando no nos preocupamos por nuestro futuro y tomamos la escuela muy a la ligera; ahí le fallamos gravemente a nuestra patria, ahí somos unos falsos patriotas.
Ser ciudadanos de bien
Si de verdad queremos un mejor país (que, por cierto, está por cumplir 205 años del inicio de su lucha por la libertad) tenemos que demostrar amor a nuestra patria, a nuestra tierra. Tenemos que ser ciudadanos de bien, que pongan el ejemplo y que puedan revertir esta situación tan vergonzosa que vive. Una persona no puede solucionar mucho, pero mientras más se unan, menos cuesta arriba veremos la situación. No digo que todo sea culpa del ciudadano o de ti, joven, que estás leyendo esto, pero lo verdadero es que sí se puede ayudar a hacer de este país algo mejor, haciendo lo que nos toca y algo más, en nuestra familia, en nuestra escuela, en el trabajo o en la sociedad; hay que dar ese extra, ayudar a nuestro prójimo, ayudar al necesitado, eso es ser realmente un patriota, y va más allá de gritar un gol de México en un mundial.
Jorge Arturo Arellano del Águila
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