En mayo pudimos darnos cuenta de la importancia y lo fundamental que es la figura de la madre para sus hijos. Pudimos saborear lo que es amar y ser amados. Leímos o escuchamos un sinfín de reflexiones al respecto.
En junio, por otra parte, podemos volver la mirada hacia alguien no menos importante: el papá. Que a pesar de todo lo que gire en torno a lo que conocemos o creemos de la figura paterna, no deja de ser esencial. Por ello, dirigimos este artículo no a los hijos, sino a los papás.
¿Cómo tener una familia cristiana?
¿Cómo tener una vida de bien conforme a lo que Dios quiere, sin descuidar lo material? La Escritura ha dado la respuesta en el Salmo 128: “Feliz tú, que honras al Señor y le eres obediente”. Aquel hombre que es lo suficientemente hombre para reconocer sus errores y debilidades y someterlas al Señor; aquel hombre que es capaz de decir, ‘No puedo sin ti, Señor’, o que es capaz de rechazar cualquier pecado por fidelidad a su familia.
Continúa diciendo el salmo: “Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y te irá bien”. Cuántas veces no pecamos de corrupción o robo por buscar tener un poco más de dinero. Querido hermano, Dios no solo mira tu necesidad espiritual, sino también material. Ocúpate más por agradarle, y Él proveerá. Pero al hacerlo no lo hagas forzado, créelo y espera, que Él dará.
Después dice: “En la intimidad de tu hogar, tu mujer será como una vid cargada de uvas, tus hijos, alrededor de tu mesa, serán como retoños de olivo”. Infinidad de veces no esperamos la perfección y el ideal. Recuerda que tú eres la cabeza de una familia (Cfr. Ef 5, 23-25), y según lo que decida la cabeza será lo que pase en el cuerpo.
Papás santos y entregados
¿Quieres que tu esposa sea fiel y buena? Comienza por ti. ¿Quieres que tus hijos sean conforme a tus ideales? Cumple primero tú esos ideales. Papá, te invitamos a que reflexiones sobre la trascendencia que tiene tu papel en tus hijos. Te exhortamos a que veas en el mismo Señor tu responsabilidad de padre. Pues el Señor, sin importar que sus hijos sean perfectos o no, hace salir el sol para ellos, hace llover para ellos. ¿Quieres que Dios esté en tu familia? Busca que esté en ti primero. Esfuérzate y sé valiente, que lo bueno no es fácil y lo fácil no es bueno.
Por último, el salmo dice: “Así bendecirá el Señor al hombre que le honra. ¡Que el Señor te bendiga! ¡Que veas el bienestar todos los días de su vida!”. Si de algo podemos estar seguros, es de que el Señor cumple sus promesas. Haz la prueba. Sé un papá conforme al corazón de Dios. Cuánta necesidad hay de papás santos y entregados. Ya no estás para cumplir tus sueños y metas, estás para dar tu vida por ellos, pues por eso el apóstol dice: “Murió por todos para que ya no vivan para sí los que viven” (Cfr. 2Cor 5, 14-15).
Que este mes del papá, profundicemos y actuemos en la vocación de ser padre, que es un don y un llamado. No desperdicies la oportunidad de ser un papá modelo, un papá santo. ¡Felicidades!
Comisión Diocesana de Catequesis Infantil
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