Retiro de Adviento de la Escuela de Animación Bíblica
El pasado 30 de noviembre, en las instalaciones de la Preparatoria Colón, y dentro del marco del primer Domingo de Adviento, la Escuela de Animación Bíblica realizó un retiro que, para sorpresa y agrado de todos los asistentes, fue, de principio a fin, una gran Celebración Eucarística, una muestra de lo que es un verdadero encuentro con el Señor en la Eucaristía. El evento, al que asistieron animadores (as), alumnos (as) y religiosas (Carmelitas Misioneras de Santa Teresa) de la propia escuela, además de otros invitados, fue dirigido por el Padre Braulio Ibáñez Tovar.
Se disfrutó cada momento
La celebración se realizó de manera pausada, sin prisas, conscientes de que el tiempo era nuestro y del Señor, que fue quien nos convocó. Hubo momentos fuertes de oración y reflexión, de compartir todo, a ejemplo de las primeras comunidades cristianas, con el corazón y la mente abiertos a la extraordinaria experiencia que se estaba viviendo, profundizando en cada parte de la Eucaristía que nos remitía a la vida.
Desde el inicio, en el acto penitencial, se tuvo un prolongado silencio interior para ponernos en la presencia de Dios tal cual somos. Así, desde nuestra pequeñez, imploramos su misericordia, sabedores de su infinito amor. Un momento doblemente emotivo, pues además de orar por nuestra vida, el Padre Braulio pidió a la comunidad que orara por él y por todos los sacerdotes, a fin de que Dios les conceda ser testimonio fiel del ministerio que Él les ha encomendado.
“… estoy yo en medio de ellos”
En el momento de la lectura de la Palabra se hizo una “Lectio Divina” (lectura orante de la Palabra de Dios ) por equipos, tratando de aplicar los textos a las realidades familiares-sociales actuales. Un espacio en el que se hizo patente el discernimiento de la voluntad de Dios en la reflexión de la comunidad. “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18, 20), prometió el Señor.
El ofertorio fue especial y con gran resonancia para nuestra vida. El Padre Braulio lo abrió con una interpelación a la asamblea: “¿Qué traes para compartir en la comida? Y lo que traes, ¿es lo que tú puedes compartir?”. Dejó un espacio de silencio para que cada uno revisara lo que traía y lo presentara como ofrenda ante el altar. El sacerdote motivó a que nadie se abstuviera de compartir algo, aunque fuera un dulce, pero con generosidad, sin escatimar, cada quien según sus posibilidades. Este momento cuestionó fuertemente la manera personal de compartir, y la asamblea se prodigó en dar lo que a su vez ha recibido también como regalo de Dios.
La práctica de la fraternidad
El momento cumbre fue el de la comunión, porque se compartió el Pan Eucarístico y el pan (los alimentos) que cada uno había ofrecido: sin egoísmos, en un ambiente en el que se respiraba la fraternidad en su máxima expresión; “ser hermano con el hermano” era el lema en ese instante, el pan era para todos, no sólo para mí o para mi familia, como suele suceder en algunas desafortunadas ocasiones. ¡Y se actualizó el milagro de la multiplicación de los panes! “Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes…”, (Mt 14, 20).
Experiencia que llevar a los demás
Hubo momentos de mucha alegría, de cantos y, sobre todo, de amor. Según algunos, “fue una experiencia que marcará muchas vidas”, “así deberían ser siempre nuestras Eucaristías”, nunca separarlas de la vida, “mostrándonos humildes ante el Señor y ante nuestros hermanos”; ofreciéndole la vida, orando su Palabra en el marco de las realidades cotidianas y “alimentándonos de Él, dispuestos a compartir con el prójimo los dones recibidos”.
Dios nos regaló una mañana eucarística que ha dejado resonando en nuestro corazón la invitación del canto varias veces entonado, “Abre tu tienda al Señor, recíbele dentro, escucha su voz. Abre tu tienda al Señor, prepara tu fuego que llega el amor.”
Un retiro para todos
La Escuela de Animación Bíblica, dirigida por las Hermanas Carmelitas Misioneras de Santa Teresa, en colaboración con un consejo integrado por siete animadores, realiza dos retiros por año, uno en Cuaresma o en Pascua y el otro en Adviento, y la invitación está abierta para todos.
Héctor García