Señales suicidas

El suicidio en los adolescentes

 

 

El suicidio es preocupante para muchos padres de familia y las autoridades sanitarias; sin embargo, las cifras a este respecto aumentan de manera alarmante en nuestra comunidad.

 

Adolescencia: etapa de riesgo

La adolescencia implica una serie de cambios en distintas áreas de las personas. Algunos adolescentes, por ejemplo, son víctimas de una serie de presiones para las cuales en ocasiones no tienen elementos suficientes para afrontarlas como el divorcio, la formación de una nueva familia, las dificultades en la vida académica, la participación en grupos de pares y la adaptación a sus hábitos y costumbres; todo esto puede perturbarlos e intensificar las dudas acerca de sí mismos.

Entre otros riesgos vinculados a la comunidad y las relaciones figuran la delincuencia e  inseguridad, el estrés ocasionado por la aculturación (como sucede entre pueblos indígenas o personas desplazadas), la discriminación, el sentido de aislamiento, el abuso, la violencia y las relaciones conflictivas. Y entre los factores de riesgo en lo individual cabe mencionar intentos de suicidio previos, trastornos mentales, consumo nocivo de alcohol u otras drogas, pérdidas financieras, dolores crónicos y antecedentes familiares de suicidio.

 

Suicidio: ¿solución a problemas y estrés?

Los suicidios y para-suicidios son actos que impactan y modifican la vida y el destino de una familia, por lo que hay que considerar la importancia de anticiparnos a estos a partir de reconocer aquellas señales que con frecuencia se presentan previamente, considerando sobre todo que debido a la estigmatización de los trastornos mentales y del suicidio, muchos sienten que no pueden pedir ayuda, por lo que a veces resulta difícil la detección temprana.

Una de las causas asociadas al suicidio (aunque de ninguna manera es la única) es la depresión.
Esta y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Como institucion hay que reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones tanto en niños como en adolescentes y, en su caso, desarrollar un plan de tratamiento apropiado. Cuando hay duda en los padres de que el niño o el joven puede tener un problema serio, un examen siquiátrico resulta de gran ayuda.
Señales suicidas

Muchos síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión:

  • Cambios en los hábitos de dormir y de comer.
  • Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales.
  • Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
  • Uso de drogas o de bebidas alcohólicas.
  • Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
  • Cambios pronunciados en su personalidad.
  • Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse o deterioro en la calidad de su trabajo escolar.
  • Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven.
  • Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones.
  • Poca tolerancia de los elogios o los premios.

 

Desgraciadamente, gran cantidad de adolescentes suele experimentar periodos depresivos que en ocasiones pasan inadvertidos por sus padres o por las instituciones educativas, creyendo a veces que se trata de manifestaciones transitorias e inofensivas

 

Un adolescente que está contemplando el suicidio también puede:

  • Quejarse de ser una persona mala o de sentirse abominable.
  • Lanzar indirectas como: no seguiré siendo un problema, nada me importa, para qué molestarse o no te veré otra vez.
  • Poner en orden sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, tirar papeles o cosas importantes, etcétera.
  • Exagerar el contento después de un período de depresión.
  • Tener síntomas de psicosis (alucinaciones o pensamientos extraños).

 

Si el niño o adolescente dice “Yo me quiero matar” o “Yo me voy a suicidar”, tómelo muy en serio y llévelo de inmediato a un profesional de la salud mental capacitado. La gente a menudo se siente incómoda hablando sobre la muerte. Sin embargo, puede ser muy útil el preguntarle al joven si está deprimido o pensando en el suicidio. Esto no ha de ponerle ideas en la cabeza, por el contrario, le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.


Importancia de la prevención

Los suicidios son prevenibles; es importante la comunicación y la convivencia cercana con nuestros hijos; sea una guía cálida que brinde contención afectiva para su familia y en caso de detectar las señales antes mencionadas, busque la ayuda profesional pertinente, mientras tanto, restrinja el acceso a los medios utilizables para suicidarse, que constituye una estrategia eficaz para prevenir los suicidios y los intentos de hacerlo, como plaguicidas, cuerdas,  armas de fuego y ciertos medicamentos; trate, además, de no dejarlos solos o sin vigilancia cercana en momentos de crisis.

 

Centros de Integración Juvenil, AC

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