Santuario del Divino Niño, 40 mil peregrinos al año

Desde temprana hora del domingo 2 de marzo, arribaron al pueblo de Zacualpan, Nayarit, miles de peregrinos procedentes de diferentes lugares, como la ciudad de Tepic, San José del Valle y Compostela, de Nayarit; así como de Puerto Vallarta, Jalisco, y de los estados de Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Sonora, y Michoacán; incluso se podían contar personas de Estados Unidos, y Alaska. A todos, el Divino Niño los esperaba en su quinto aniversario de haber llegado a esta población de la costa nayarita.

La celebración de este aniversario se inició con el canto de “Las Mañanitas”, acompañadas de mariachi; más tarde, una multitud de peregrinos, entre niños, jóvenes y adultos, algunos de ellos vestidos a la usanza de la imagen del Divino Niño, danzantes, y entre cohetes, cantos y oraciones acompañó al Divino Niño en su recorrido por las principales calles del pueblo. Al término de la caminata, se celebró la Eucaristía, que fue presidida por el señor Cura, Padre Marcos Aldana, en el quiosco de la plaza principal.

Durante todo ese día se lleva a cabo una gran fiesta; las calles lucen adornadas con banderitas rosas con azul, se instalan puestos de comida, ropa y objetos religiosos; los habitantes de Zacualpan se preparan y se organizan para recibir con gusto a los miles de peregrinos, así lo señala María Teresa: “Los habitantes del pueblo, para esta celebración, nos preparamos espiritualmente, y nos organizamos para que las calles luzcan bonitas y llamativas, a fin de darle un buen recibimiento a la gente que nos visita; esta fiesta es maravillosa, muy religiosa, algo muy bonito que nos une a todos”.

¿Cómo llegó el Niño?
La devoción al Divino Niño de Zacualpan comenzó con los mensajes motivantes que empezó a hacer el Padre Marcos Aldana, originario de Colombia. El primer domingo de cada mes se realiza una gran celebración en torno a la imagen del Niño Jesús. A las primeras celebraciones asistían alrededor de 50 personas. La voz se corrió, y ya los milagros han sido patentes. Según las autoridades civiles, cada primer domingo de mes llegan entre tres mil quinientas y cuatro mil personas al pueblo.

Existe una gran devoción de las personas hacia el Divino Niño; entre los peregrinos por igual se ven rostros llenos de alegría y emoción, que van en busca de sanación espiritual o corporal; otros agradecidos porque se les cumplió algún milagro, sobre todo gente desahuciada que regresa a una vida normal, fieles que han estado en coma y sanan.

A principios del año 2003 arribó el Padre Marcos a Zacualpan. En ese entonces tuvo la necesidad de regresar a su tierra natal a enterrar a un familiar que había fallecido. “Aprovechando mi viaje a Colombia, traje una imagen del Divino Niño para un pueblo cercano de aquí, ya que en ese lugar el pueblo tiene iglesias con el mismo Santo Patrón”, señala el Padre Marcos. La imagen llegó a aquel pueblo el primer domingo de marzo, pero allá no la aceptaron… “Y pregunté a la gente de aquí que si la querían… y juntos decidimos entronizar la imagen en el templo parroquial de Zacualpan”.

Sobre el santuario
El 25 de diciembre de 1937 se colocó la primera piedra para el Santuario del Divino Niño en Colombia. 70 años después se puso la primera piedra para la edificación de otro santuario, éste en la parte alta del cerro en Zacualpan.

El santuario está proyectado para tener una capacidad de cuatro mil personas al interior del templo, y para 30 mil personas en la explanada. “El santuario debe ser un santuario integral, que ofrezca un servicio preferencial a los necesitados, porque los santuarios son lugares donde ocurren milagros, gracias a la fe, no sólo milagros de curación de enfermedades, sino que se sana la vida espiritual de las personas”, dijo el Padre Marcos.

Testimonios

Idalia, de Jomulco, Nay.
“Vine porque ya tenía tiempo que no me podía embarazar, ahora que Dios y el Divino Niño me hicieron el milagro vine de nuevo, junto con mi suegra y mis cuñadas, porque ya llevo cuatro meses de embarazo; por eso les digo a todas la personas que conozco que vengan y tengan mucha fe, porque el Divino Niño sí hace milagros”.

Angélica de la Cruz, de San José del Valle
“Venimos con una danza, llevamos viniendo cinco años consecutivos para cumplir una manda”.

María Teresa, de Zacualpan
“Muchísima gente viene cada año; invito a todas las personas a que vengan a Zacualpan, aquí tienen su casa, vengan a conocer al Divino Niño, que nos llena de bendiciones”.

Olga Huerta, de Compostela
“Le prometí que si mi niña se aliviaba iba a venir así, vestida como el Divino Niño. Me da mucho gusto venir a darle las gracias”.

Tamara, de Puerto Vallarta
“Hace dos años le prometí que cuando naciera mi bebé se lo iba a traer, ahora siento una gran paz y tranquilidad porque ya cumplí mi promesa”:

Enriqueta Gaona, de Monterrey, Nuevo León
“Venimos en familia porque lo queríamos conocer, tenemos fe en él, nos enteramos por medio de unos amigos; estoy muy emocionada”.

Angelina, de Las Palmas, Jalisco
“Me ha concedido muchos milagros. Nos querían hacer un fraude y no teníamos las posibilidades, nos encomendamos a él, rezamos su novena y pudimos ver que todo era una mentira; hemos venido cada año, al principio apenas y se llenaba la Iglesia”.

Habitante de Zacualpan
“Me duele todo el cuerpo, por eso le prometí al Divino Niño que si me aliviaba me iba a vestir como él, gracias a Dios ya me siento mejor, y hasta lloro de alegría”.

Cristina, de Tepic
“Es la primera vez que vengo a visitarlo, siento muy bonito, lo conocí gracias a mis hijos”.

Laura, de Zacualpan
“Mi niña viene vestida como el Divino Niño porque es una manda, a ella la operaron del corazón hace 8 meses y salió bien, siento mucha alegría”.

Peregrinos de Alaska
“Nos enteramos del Divino Niño por unos conocidos de Vallarta, venimos a pedirle una sanación de cáncer”.

Patricia Valdez / Fotos: Karen García

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