Santo Tomás Moro, patrón de los políticos

Para muchos de nosotros Santo Tomás Moro puede servir de ejemplo de capacidad de renuncia a una posición privilegiada, de valentía para aceptar los inconvenientes que nos puede suponer el mantenimiento de nuestros principios, y de modelo de político al servicio de los intereses nacionales y de no sometimiento al poder tiránico, por más que esté en presente las formas de legalidad y mantenimiento del orden establecido, como representaba Enrique VIII en su tiempo.

“El poder corrompe”, Montesquieu. 
El ejercicio de la política hay que engrandecerlo, al igual que tantos oficios honrados. Santo Tomás Moro fue proclamado patrono de los políticos. Juan Pablo II lo presentó como «modelo creíble» para la política.

El Papa Juan Pablo II escribió acerca de él: “De la vida y del martirio de santo Tomás Moro brota un mensaje que a través de los siglos habla a los hombres de todos los tiempos de la inalienable dignidad de la conciencia, la cual, como recuerda el Concilio Vaticano II, «es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella». Precisamente por el testimonio, ofrecido hasta el derramamiento de su sangre, de la primacía de la verdad sobre el poder, santo Tomás Moro es venerado como ejemplo imperecedero de coherencia moral. Y también fuera de la Iglesia, especialmente entre los que están llamados a dirigir los destinos de los pueblos, su figura es reconocida como fuente de inspiración para una política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana”.

De Tomas Moro siempre se ha dicho que es el más inglés de los ingleses. Moro además de Gran Canciller de Inglaterra con Enrique VIII fue uno de los grandes humanistas del Renacimiento, amigo personal de Erasmo de Rotterdan, de Vives y otros. Igualmente destacó como gran jurista. Se adelantó en siglos a la promoción de la mujer, dando a sus hijas una educación equivalente a la universitaria de su tiempo. Y cuando más poder tenía, como número dos del reino, y mire usted, que, por coherencia con su fe católica, es ejecutado, al igual que algún obispo y fieles católicos, por orden de Enrique VIII.

El ejercicio de la política puede, Moro señala el camino, ser la gran aventura de servir a la sociedad, al interés general, defendiendo los dictados de la conciencia, el interés general.

Antonio García Mudarra

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