Es necesario acompañar y servir a los jóvenes
Soy Adriana Contreras Villegas, Hermana Auxiliadora; radico en Xalisco, Nayarit, y soy originaria de Santiago Ixcuintla.
Hablar del Proceso Juvenil Vocacional que viví, en 1997, es un gozo grande que hay en mi interior, porque se trata de una experiencia latente en mí, y en mi familia, que me ha hecho sentirme amada; el mismo amor que me conduce a dar una respuesta gratuita y generosa, dejando que Jesús sea mi Alfarero. En este momento se fortalecen mis raíces vocacionales, puesto que mi llamado ya comenzó a tomar rostro: mi vocación es servir y a amar a los que más sufren y son rechazados.
Descubro que los jóvenes son parte del pueblo que sufre, porque muchas veces no encuentran su lugar y tampoco son comprendidos; sin embargo, la Pastoral Vocacional quiere responder a estas necesidades, haciendo que ellos se sientan y vivan como creación en el corazón de Dios, que se sientan amados por Él. Entonces, y sólo entonces, su vida empezará a irradiar paz, felicidad, entusiasmo… Sólo les quedará responder por tanta gracia recibida. Me impresiona ver a jóvenes que, con seriedad, se preguntan: ¿cuál es mi misión en esta vida? Desde mi experiencia considero que, primero, es aprender a ser, ahí se hace un camino de encuentro más personal consigo mismo y con Dios; después, se nos revela el hacer, las tareas y retos que debemos enfrentar.
Termino diciéndoles que me siento feliz de estar colaborando en la Pastoral Vocacional; cuando llegan los chicos al Proceso Vocacional, me doy cuenta de que son una parte bastante frágil de nuestra sociedad que es necesario reforzar, dándoles confianza y escuchando sus inquietudes, acompañándolos con respeto; sirviendo a los jóvenes con amor hasta el fin.
Adriana Contreras Villegas