Recuperemos el sentido de las fiestas cristianas

Hay algo que me sorprende siempre en el hombre cuando trabaja en sociedad, a través de la historia: la cultura que crea y que se expresa a través de tradiciones y costumbres. Muchas se mezclan con otras culturas y otras siguen intactas. Cada una es expresión de lo que esa sociedad en particular cree y vive. Estas tradiciones son tan diversas y únicas que sin duda le dan un valor único.

Los cristianos también tenemos tradiciones

Unas nacieron en el cristianismo; otras eran tradiciones que ya existían en otra cultura, pero que al encontrarse con Cristo se les dio el sentido del Evangelio. ¿El cristiano debe de tener tradiciones y costumbres? ¡Por supuesto! Recordemos que nosotros también somos un pueblo, el pueblo de Dios llamado a anunciar las maravillas del Señor (1Pe 2, 9-10). La única diferencia es que nosotros no celebramos una estación del año, algún elemento de la naturaleza o algún ídolo, sino al mismísimo Dios vivo. Todas las fiestas cristianas deben -o deberían- de girar en torno al Dios vivo y a su Hijo, Jesucristo. Los cristianos también tenemos un calendario, el calendario litúrgico, en el que encontramos las principales celebraciones de nuestra fe.

Celebraciones que se han desvirtuado

En esta época de diciembre-enero los cristianos tenemos muchas celebraciones, las semanas de Adviento, la novena de las Posadas, Navidad, la Epifanía, etcétera. Cada una de éstas tiene un sentido, una historia, un significado y un sinfín de signos que sirven para edificar y hacer crecer nuestra fe y nuestras comunidades. Es lamentable que cada una de ellas haya sido desvirtuada, despojándola de su verdadero sentido. Como la novena de Posadas o la misma Navidad. Al igual que otras épocas del calendario litúrgico, como Semana Santa, Satanás y el secularismo han hecho que estas fiestas cristianas se conviertan en motivo de muchas cosas que no glorifican a Dios, como borracheras, comilonas, etcétera (Rm 13, 13).

 

Re-evangelizar las fiestas cristianas

Como católicos, debemos de re-evangelizar estas fiestas. Es cierto que no llegaremos al hecho de tumbar mesas, pero una recomendación sería que cada parroquia y grupo de oración celebre estas fiestas en comunidad, o al menos se explique cada fiesta con cada significado y sentido. Eso ayudaría a que cada familia pueda ir tomando más en serio este sentido cristiano.

Que el Señor nos ayude a buscarlo en estas fechas decembrinas para que este nuevo año que se acerque Él nos tome y nos haga más a su imagen.

 

Víctor Seefoó

———

Comentarios al autor: (seefoo.vic@gmail.com)

 

Facebook Comments Box

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *