Queridos hermanos, la palabra de Dios siempre tiene enseñanzas muy importantes; yo quisiera ahora preguntarte: ¿Te gustaría seguir a Jesús? Si Jesús te invitara a seguirle, ¿cuál sería tu respuesta?
En estos tiempos que estamos viviendo tenemos muchas oportunidades de triunfo, de éxito; pero Jesús tiene un proyecto, y ese proyecto es el que nos hace felices: el proyecto del reino. Si te invitara a trabajar en su reino, ¿estarías dispuesto a seguirlo?
Hoy el evangelio nos presenta que Jesús va a de camino a Jerusalén a dar la vida por nosotros, –porque el proyecto del Señor es entregar su vida para destruir la muerte y el pecado, y congregar a todos los hombres de todas las razas–; pero en el camino no recibieron a Jesús en Samaria, y entonces vino la respuesta de los boanerjes –los hijos del trueno–: ¿quieres que mandemos fuego? El Señor los reprende, porque Él no ha venido a tener actitudes vengativas o violentas, sino de amor, y si alguien no lo recibe tampoco lo obliga, Jesús es muy respetuoso de nuestras decisiones.
El Señor quiere llegar a nuestro corazón y si nosotros decimos que no, Él no entra a fuerza, es muy respetuoso de nuestra libertad. Hoy vemos algunos ejemplos: uno que le dice a Jesús: “te seguiré” y Jesús le dice los requisitos, si alguien quiere seguirlo, que no sea por interés de beneficios o privilegios, como Él que ha venido a dar la vida, así también quien quiera seguirlo debe ser con una entrega total; a otro si le dice “sígueme”, pero él le dice: “Señor, deja que primero entierre a mi padre”, y Jesús le dice “tú ve y anuncia el reino de Dios”.
Pues bien, el Señor también te invita a ti, ojalá y tu respuesta sea positiva.
La bendición de Dios Omnipotente: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y permanezca para siempre. Amén.
+ Mons. Luis Artemio Flores Calzada
Obispo de la Diócesis de Tepic
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XIII DOMINGO ORDINARIO.
I Reyes 19, 16. 19-21: “Eliseo se levantó y siguió a Elías”.
Salmo 15: “Enséñanos, Señor, el camino de la vida”.
Gálatas 5, 1. 13-18: “La vocación de ustedes es la libertad”.
San Lucas 9, 51-62: “Tomó la firme determinación de ir a Jerusalén. Te seguiré a dondequiera que vayas”.