Prostitución y trata de blancas, tema pendiente en México
Una de las realidades más crudas que se viven en todo México, y particularmente en Nayarit, es la prostitución y la trata de blancas (comercio con mujeres para prostituirlas). Según estadísticas de la ONU, en nuestro país la trata de blancas y la prostitución infantil son una lacerante realidad, sobre todo en las zonas costeras, como Quintana Roo, Guerrero, Sinaloa, Jalisco y Nayarit. Asociada a factores como altos índices de pobreza, principalmente en zonas rurales con bajos niveles educativos, la prostitución de menores en la República Mexicana ha crecido a tal grado, que a escala mundial nuestro país es visto como destino de turismo sexual y como el segundo con mayor producción de pornografía infantil; así lo destaca la Red de Organizaciones Trabajando para la Eliminación de la Explotación Sexual Comercial de Niños, Niñas y Adolescentes (ECPAT, por sus siglas en inglés), en su informe Global monitoreo.
El organismo puntualiza que el turismo sexual «es un problema que afecta los grandes polos turísticos de la nación, como Tijuana, Cancún y Acapulco, este último conocido como el Bangkok de Latinoamérica». Refiere, asimismo, que estas ciudades acogen a miles de menores «atrapados en la prostitución, que en su mayoría son explotados por visitantes provenientes de Estados Unidos, así como de Inglaterra, Holanda y Alemania, y no tienen un perfil determinado, ya que pueden ser pederastas o clientes ocasionales», precisa.
Según las últimas investigaciones, entre 16 mil y 20 mil menores se prostituyen en México, aunque en esta cifra no se incluyen a los miles de niñas centroamericanas, que a partir de los 12 años se convierten en esclavas sexuales. En el caso de Nayarit, en Tepic, la ciudad capital, se han detectado casos de prostitución infantil en algunos giros negros; por tal circunstancia, el ayuntamiento de esta ciudad ha emprendido una estricta supervisión y vigilancia en dichos establecimientos, para evitar la prostitución infantil, constatando si cuentan con la documentación oficial para operar y clausurando los que no cumplan con los reglamentos. Las zonas costeras también son blanco de esta penosa situación. En el caso de Puerto Vallarta, que forma parte del territorio diocesano, el comercio sexual infantil no se ha erradicado del todo.
Graves consecuencias
El asunto de la prostitución se complica cuando hablamos de mujeres adultas: «Porque las enfermedades venéreas son muchas, porque los descuidos sanitarios están a la orden del día», entre otras razones, así lo explica Luisa Fernanda Aguayo, miembro del movimiento Mujeres Pro Dignidad. «Es muy frecuente que en todas las ciudades de nuestro país la prostitución tenga influencias, como el cambio del entorno, es decir, la zona pasa a ser el blanco de ataques de ladrones y malvivientes; en zonas desoladas y de alto índice criminal». Según Aguayo, un fenómeno nuevo es la prostitución del hombre: sujetos que mercan con su cuerpo y que, de alguna manera, la sociedad los tolera, de manera exageradamente machista y hasta les perdona; en cambio a la mujer se le discrimina mucho más, se le juzga y se le persigue.
Abolir la prostitución, ¿solución al problema?
En el Distrito Federal y en algunos estados de la República se ha planteado la posibilidad de regular la prostitución bajo normas muy concretas. El debate que ocasiona esta posibilidad nos permite poner en la mesa de discusión distintas consideraciones importantes sobre este fenómeno social. Sin embargo, es necesario, primero, entender que no por dar carta de ciudadanía a un fenómeno que representa una degradación y abuso sobre la mujer, éste deba convertirse en bueno y conveniente. Los ejemplos de los malos resultados a la hora de regular la prostitución son reveladores. Por ejemplo, su legalización en Holanda provocó que ahora la mayoría de las personas que se prostituyen sean de origen extranjero; en Alemania y en la misma Holanda, la mayoría de las prostitutas se negaron a registrarse porque no querían ser estigmatizadas socialmente.
Para Dorchen Leidholdt, directora de la Coalición Internacional contra el Tráfico de Mujeres, promover una ley en este sentido sería un gran error, ya que en las naciones donde se ha reglamentado, se ha visto incrementada la explotación sexual y comercial de mujeres y niños al convertir a los proxenetas en hombres de negocios. Lo que se requiere son alternativas para que las mujeres que practican la prostitución puedan dejar la actividad, como, por ejemplo, a través de la creación de empleos y una educación integral.
Otros especialistas opinan que una ley en este sentido provocaría, entre otras cosas, mayor reclutamiento de niñas para la prostitución, la institucionalización del uso de personas como objetos sexuales, y la promoción de la tolerancia a la trata de personas.
En 1949, la ONU convocó a una reunión para abordar el control de la prostitución y la trata de blancas. En el evento se declaró que la prostitución estaba fuera de la dignidad de la persona. Por otro lado, se ha anunciado que de 1990 al año 2000, más de 30 millones de mujeres adultas y niñas fueron traficadas solamente en, y desde el sudeste asiático.
Una posibilidad viable
Si reglamentar la prostitución no ha resuelto el problema de fondo, que es la violencia que sufren las mujeres y la degradación de su dignidad de persona de la que son víctimas, entonces ¿qué se puede hacer? Recurramos a los ejemplos internacionales, que bien pueden brindarnos algunas pistas:
En Suecia, tras muchos años de consentirla, desde 1999 consideraron a la prostitución como un aspecto de la violencia ejercida por el hombre contra la mujer, e instrumentaron un programa de reinserción a la sociedad de las mujeres que abandonaran esta profesión. Tras cuatro años de aplicación, las estadísticas oficiales registraron un drástico descenso en el número de hombres que compraron estos servicios ilegalmente y en el reclutamiento de prostitutas.
Otro ejemplo se dio en España. Al aplicar un programa social, en la capital ibérica disminuyó la prostitución hasta en un 80 por ciento, en tanto que en otras ciudades del interior casi desapareció. El Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular elaboraron un informe con 47 recomendaciones dirigidas al Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, para que se promuevan medidas contra la explotación sexual. Rechazaron, además, los modelos de Suecia (que penaliza sólo al cliente), Francia (que penaliza sólo a quien se prostituye), Alemania y Holanda (legalizada como cualquier actividad comercial); debido a que estos modelos únicamente han provocado el incremento de dicha actividad y el tráfico de mujeres.
En resumen, un fenómeno tan complejo sólo se puede ver desde la dignidad de la persona humana y luego, entonces, ofrecer posibles soluciones. ¿Qué le conviene al hombre o mujer que se prostituye de acuerdo con su dignidad? Resolviendo esta pregunta, encontraremos la respuesta a esta dolorosa realidad.
Arnold Omar Jiménez Ramírez