Proclamar el mensaje de Cristo al mundo

El 12 de octubre es una fecha importante en la cual recordamos a la “raza”. Junto a ello quiero de nuevo traer a colación el testimonio de Fray Junípero. Y es que para toda catequesis es importante tener en cuenta que uno siempre se encontrará con culturas distintas, que involucran distintas educaciones, lenguas, formas de ser y de pensar. Y es que en sí, cada familia es una cultura distinta. Por ello, este mes de octubre, sería provechoso reflexionar acerca de esto que implica a las razas.

La Iglesia es una, pero también es católica

Para Fray Junípero hubiera sido muy fácil quedarse en la cátedra de Mallorca, sin embargo tenía en cuenta la necesidad de evangelizar los territorios desconocidos de los que tanto se hablaba en España. Podría él suponer que ya había otros misioneros evangelizando, pero eso no bastó para que Fray se quedara tranquilo enseñando en la Universidad. ¿Cuántas veces no creemos que no es necesaria nuestra ayuda en algún servicio que se presenta en la Iglesia?  Hay que recordar que la Iglesia es católica, y eso hace referencia a la universalidad, incluye capacidades, dones y debilidades incluso.

Por ello, toda persona está llamada a ser parte del Pueblo de Dios que es la Iglesia, ¿cuántos corazones no están necesitados del mensaje evangélico? Es increíble cómo muchos católicos permanecemos en el conformismo de no llevar el Evangelio a los demás, en especial a los que son cercanos a nosotros.

 

Mismo mensaje pero con medios distintos

Pensemos tan sólo en que uno de nosotros viaje a un país como India o Noruega. El principal problema para empezar sería el idioma, y junto con ello todo lo demás en lo que nos diferenciamos. Algo parecido fue a lo que se enfrentó el Padre Serra. Lo que definió su misión fue que nunca se rindió ante esos desafíos. Nosotros también nos enfrentamos a desafíos parecidos. Tenemos que ser objetivos. Las cuestiones de la edad, el nivel socio económico y de educación, son cosas que nos hacen distintos. Pero a pesar de esa distinción para la Iglesia todos son hijos que requieren de su cuidado y amor. Tenemos que aprender por tanto a saber comunicar el mensaje, pues como decía San Agustín: “Él (Cristo) es la Palabra, tú eres la voz”.

 

Seamos la voz de Dios en el mundo

Como lo decía San Juan Pablo II cuando llamaba a la nueva evangelización: “mismo mensaje con distintos medios”. Aprendamos a proclamar el mensaje de Cristo en el mundo, a hombres de toda raza y nación, de toda condición y situación, para la Gloria de Dios.

 

Víctor Seefoó

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Comentarios al autor: (seefoo.vic@gmail.com)

 

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