Peregrinos de esperanza, una crónica desde la II Jornada Nacional de la Juventud.
Por: Leonardo Mondragón
Los días 13 y 14 de Agosto los jóvenes mexicanos nos encontramos en el estadio 3 de marzo de la ciudad de Guadalajara, en dónde compartimos la fe, pero también nuestros sueños de construir juntos la civilización del amor, la jornada comenzó desde muy temprano, peregrinos de las diferentes Diócesis estaban con mochila en mano, listos para vivir la experiencia de esta jornada.
La delegación de la Diócesis de Tepic tuvo la participación de 43 integrantes entre jóvenes, religiosas, nuestro asesor diocesano y un seminarista, a nuestra llegada a las instalaciones de la universidad Autónoma de Guadalajara pudimos sentir la calida bienvenida de la Arquidiócesis anfitriona, después de recibir nuestro kit del peregrino y de tomar un buen lugar dentro del estadio en el que se llevarían a cabo las diversas actividades que se habían preparado, se sentía un ánimo de juventud, porras de las diferentes delegaciones, banderas ondeando y para amenizar el momento se nos ofreció una muestra cultural del estado de Jalisco.
En punto de las 10:00 de la mañana cantamos juntos el himno oficial de la jornada y al término de éste comenzó el desfile de banderas de las 19 provincias eclesiásticas y de las diócesis que las conforman, después del desfile el Sr. Cardenal Francisco Robles Ortega fue el encargado de dar apertura a las actividades, además nos dirigió unas palabras en las cuáles nos recordó que la iglesia nos hace experimentar que a dónde quiera que vayamos, en dónde quiera que estemos, siempre estamos en familia, porque la Iglesia es la familia de los hijos de Dios.
Hizo un énfasis en el lema de esta jornada: “María se levantó y partió sin demoras” (Lc 1, 39) y se nos invitó a tomar como María una actitud de disposición al servicio, para qué con nuestro servicio transformar nuestra realidad en una realidad más digna, más justa, esta es la realidad que Dios quiere para todos sus hijos, al finalizar su mensaje puso en el centro la enseñanza de María que es acudir con prontitud al servicio de los demás y nos invitó a salir a los demás.
Después del mensaje de bienvenida del Sr. Cardenal recibimos los signos de la Jornada Nacional, mismos que meses antes de llegar a Guadalajara peregrinaron por las cinco zonas pastorales de diócesis de Tepic, la primera catequesis de esta jornada fue sobre el tema “María se levantó y partió sin demora” que se desarrollo bajo el formato de panel y estuvo a cargo de un matrimonio, una joven soltera, una religiosa, un sacerdote y un Obispo, todos con distinto llamado vocacional pero con algo en común, que desde dónde están y desde lo que hacen se han levantado y han transformado su entorno.
Cuando terminamos la catequesis pasamos a un momento de convivencia y diversión pues nos levantamos y conocimos vidas de santos, congregaciones religiosas, grupos y movimientos juveniles, cantamos, bailamos y nos divertimos, después la comida ya caída la tarde pasamos a un momento de gracia iniciamos nuestra vigilia con la catequesis de Ricardo Grzona y la visita de nuestra señora de Zapopan, fueron momentos de inmensa alegría. Una ligera y tenue lluvia envolvió parte de la tarde mientras nos disponíamos a rezar el viacrucis que meditamos junto a la vida de los diferentes Mártires mexicanos y cómo asociaron su sufrimiento al de Cristo en la cruz, al finalizar el rezo del viacrucis pasamos a un momento de oración frente a Jesús sacramentado la lluvia seguía sin ceder, pero cada gota de lluvia es un beso de Dios.
Despedimos a nuestra señora de Zapopan y nos dispusimos para la última actividad del día, un concierto de los hijos de Juda, mientras íbamos de dos en dos a armar nuestra casa de campaña, en el concierto se vivió un momento de alegría y juventud, cuando terminó nos dispusimos a ir a nuestras casas de campaña y como anécdota queda que a media noche una lluvia nos despertó, a algunos se les metió el agua a sus casas a otros no, pero la anécdota no se olvida.
Al día siguiente a las 6:00 AM nos despertaron con un megáfono para que recogieramos nuestras cosas y irnos al estadio al rezo del rosario en el cuál pusimos en manos de María a los jóvenes mexicanos, después del rezo del rosario que cabe destacar varios descansamos en el Señor, recogimos nuestras cosas y nuestro desayuno para que junto a Gerardo que era nuestro voluntario abordaramos nuestro camión y dirigirnos hacía el punto de partida de la marcha de jóvenes para llegar al santuario de los Mártires, durante 17 kilómetros íbamos cantando, gritando, alabando pero sobre todo celebrando.
Al llegar al último tramo de nuestro peregrinar y aún apesar del cansancio los ánimos no bajaron, subimos el cerro y imponente ahí se encontraba el santuario de los Mártires mexicanos, por fin terminamos nuestro recorrido y tomamos lugar dentro del templo, escuchamos los testimonios de las pastorales de las diócesis de: Tijuana, Acapulco e Itztapalapa, los cuales nos dieron un amplio panorama de cómo era su labor pastoral en ese campo de misión, juntos celebramos la Eucaristía, la cuál fue presidida por Mons. Jorge Cuapio Bautista, Obispo responsable de la DEMPAJ, en la celebración de la misa experimentamos un clima de familia, como al principio el cardenal Francisco Robles Ortega nos lo había dicho, en el ofertorio las diócesis entregaron algo que representará a su región, en esas ofrendas estaban todos y cada uno de los jóvenes del país, juntos y cerca del altar.
Al término de la misa abandonamos el santuario, no sin antes tomarnos la foto oficial, abordamos nuestro camión y comenzó nuestro regreso a Tepic, en el transcurso del viaje recibimos una video llamada de nuestro Obispo en la que nos animo a poner al servicio de los demás los frutos de esta jornada, realmente una experiencia enriquecedora, no me queda más que decir: ¡nos vemos en Monterrey!