Obispo Jesús Antonio Lerma Nolasco

2009_6_23-1

Mons. Jesús Antonio Lerma Nolasco,

Nuevo Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México

El servicio es el mayor anhelo

Emocionado, feliz y con un poco de temor –normal en una situación como ésta–, así es como se ve Mons. Jesús Antonio Lerma Nolasco, quien por 18 años se desempeñó como Vicario de Pastoral y posteriormente como Vicario General de la Diócesis de Tepic y ha sido nombrado por Su Santidad Benedicto XVI, como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, para la Séptima Vicaría de Pastoral de San Pablo Apostol con sede en Iztapalapa, D.F.
“La Senda” recogió las primeras impresiones del nuevo Obispo, quien el 10 de julio iniciará con mucho ánimo esta nueva encomienda en su ya largo ministerio sacerdotal.

Más que alcanzar cierto nivel
“Cuando me han distinguido con servicios ministeriales de mayor responsabilidad, más que considerar que alcanzo cierto nivel o un escalafón más alto, para mí eso no cuenta tanto, sino que se trata de niveles de una responsabilidad y autoridad cada vez mayores.
Ahora que el Papa Benedicto me ha confiado este nuevo servicio, sin duda alguna que sí me emociona, pero al mismo tiempo me atemoriza en cierto modo, porque siempre uno va a estar pensando en el nivel que tiene de incompetencia; siempre que me han otorgado un servicio nuevo y de grandes responsabilidades, pienso si no ha llegado a su límite mi nivel de incompetencia. Pero, como sabemos, no se trata únicamente de una empresa de rasgos humanos, sino que está de por medio lo que es propiamente la vida eclesial, la vida de la Iglesia, que es vida de fe y por todo ello tiene uno que acudir, con seguridad y entereza, a la fe y confianza en Jesucristo”.

Conocer la realidad para actuar
Mons. Lerma Nolasco es sabedor de que ante la envergadura de este nombramiento, tendrá un sinnúmero de retos y ocupaciones; y un primer reto de los muchos que habrá de afrontar, será adaptarse al lugar, a los colaboradores, al cargo, a todos esos factores que comprenden la nueva realidad que le espera: “En ese aspecto, he de decir que no tengo tanto temor, porque considero que tengo la capacidad suficiente para relacionarme con todo mundo, gracias a Dios nunca he tenido problemas para trabajar en equipo;  entonces, es cuestión de conocer a los nuevos compañeros obispos e integrarme, lo más pronto posible, al trabajo pastoral. Estoy convencido de que voy a sumar”.
Y agrega, vaticinando las primeras tareas a llevar a cabo: “Cualquier persona que llega a un servicio nuevo, lo primero que tiene que hacer es conocer la realidad, empaparse de ella; de ese modo, lo primero que tengo que hacer es ver cómo está funcionando la Séptima Vicaria de Pastoral con sede en Iztapalapa, D.F. que me van a designar, ir conociendo al Presbiterio, estar al tanto de cómo funciona en general todo el engranaje de la arquidiócesis. Porque hay cosas y detalles que en este momento no puedo todavía pensar, ni qué voy a hacer en concreto sino hasta que conozca la realidad de dicha vicaría; por eso, insisto, lo primero es conocer y ver qué camino pastoral está llevando la vicaría, y si dicho trabajo es el correcto o está en consonancia con lo que están realizando las otras vicarías”.

A trabajar hombro con hombro
En su nuevo papel de Obispo Auxiliar, Mons. Jesús Antonio Lerma, por un lado, deberá estar integrado al equipo que coordina el Cardenal Norberto Rivera Carrera, como Arzobispo Primado de México y por el otro, gozará de cierta independencia en el territorio de su vicaría de pastoral: “Se trata de una combinación de estar junto con, y de tener, al mismo tiempo, responsabilidad directa; la estructura de la vicaría es que se conduce como una especie de pequeña diócesis, va a funcionar como una pequeña diócesis, pero en codependencia con las demás vicarías y con el responsable directo, que es el Cardenal Rivera”.

Legado a la diócesis
Fiel devoto de Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de México, y de Nuestra Señora del Rosario de Talpa, Patrona de la diócesis, el Padre Lerma dejó a la diócesis un legado que, más allá de significarle éxitos personales, vino a contribuir al enriquecimiento espiritual en el caminar de la feligresía diocesana. Se vio cristalizada la realización del Primer Sínodo Diocesano, que significó muchas horas de trabajo y esfuerzo; el establecimiento del Tribunal Eclesiástico y su entrada en funciones; el arranque del Consejo de Órdenes y Ministerios (que en estos momentos no está funcionando, debido al cambio de administración del Obispo Ricardo Watty). Fundó y dirigió la revista diocesana “El Pescador”, que ha editado 75 números, y que puede encontrarse en las librerías diocesanas.

La renovación de la Curia
Se logró acondicionar el edificio de la Curia Diocesana, que anteriormente era un espacio bastante reducido –se ubicaba en la planta alta del salón anexo a la Catedral–. A este respecto, el Padre Lerma apuntó: “Logramos recuperar el edificio donde actualmente se encuentran las instalaciones de la Curia Diocesana en el fraccionamiento La Loma; pero debo aclarar que no lo hice yo solo, sino junto con el obispo y los demás sacerdotes”.
De ese modo se le imprimió una dimensión más pastoral, pues antaño se abocaba principalmente a labores administrativas, y ahora se tiene un sitio cómodo y adecuado donde tienen lugar reuniones para encuentros matrimoniales, catecúmenos, pastorales Vocacional y Familiar, lo que ha significado una mayor apertura para las necesidades de la diócesis. “No son cosas que yo personalmente haya logrado, sino que las hicimos en equipo”, insistió Mons. Lerma.

Dos obispos, una misma actitud
El Vicario General tiene que adaptarse a los lineamientos que el obispo titular de su diócesis le marca, así como a las circunstancias y a la forma de trabajar de éste. Mons. Lerma Nolasco, en su mayor parte, estuvo bajo las órdenes de Mons. Alfonso H. Robles, sin embargo, el último tramo de su labor ministerial en Tepic la desarrolló bajo el obispado de Mons. Ricardo Watty Urquidi: “Una de las cosas que yo siento, desde mi particular punto de vista, es que logré adaptarme al trabajo con el señor Robles, y ahora también con el señor Watty, aunque fue muy poco tiempo de trabajar con él, un año apenas”.

Cristo, el único motivo
Durante 20 años el Padre Lerma fue vicario de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Acaponeta, al norte del Estado, y en 1989 fue nombrado Vicario Episcopal para la zona Costa de Oro. En sus casi cuatro décadas de servicio a la Diócesis de Tepic, el seguimiento a Jesucristo es lo que le da sentido a su vida sacerdotal: “Por eso, a Dios gracias no me he amargado en la vida, porque todo lo veo con una dimensión de fe, todo lo tomo con una dimensión tranquila”.
Y a propósito de su nuevo nombramiento, resaltó: “Mi compromiso es el servicio a la Iglesia de Cristo donde sea que viva; si el Papa me está confiando un nuevo servicio, es para ayudar a caminar y hacer crecer a una Iglesia en particular, y esperamos responder a la altura”.

Dos lemas que rigen su cotidianidad
En sus años de presbítero y vicario, Mons. Lerma Nolasco, dice, se ha regido por dos lemas: “Yo soy más o menos práctico, tengo dos lemas; uno es un tanto de la vida humana: ‘Caminante no hay camino, se hace camino al andar’. Sé que éste es un camino, y que se hace sendero al andar, y lo he hecho desde mis primeros años de sacerdote, como vicario y hasta la actualidad. Y el otro principio que me ha regido siempre, es más bien de tinte evangélico: ‘No he venido a ser servido, sino a servir’; mi principal logro, el que más orgullo me da, es sentirme útil, que serví, tal vez para algunos no serví mucho, pero para otros serví mucho; lo que tengo seguro es que siempre estuve dispuesto a escuchar, a oír y a atender”.

Dejar huella en los fieles
El cariño de los fieles ha sido una de sus más gratas experiencias en su sacerdocio. Le maravilla, sobre todo, encontrarse con personas después de varios años y que lo vean con entusiasmo y alegría; en el fondo, eso significa para él que les dejó una huella en sus vidas y en sus corazones.
Uno de sus mayores anhelos es regresar al trabajo parroquial, “volver a estar en parroquia, dar catequesis a los niños, acompañar a los grupos juveniles, porque por un buen tiempo viví en ese ambiente; sin embargo, ahora con este nuevo servicio que el Papa Benedicto me encomienda, estaré cerca de la vida parroquial, de los fieles, pero desde otra dimensión distinta, con otro enfoque al trabajo de la comunidad”.

La familia, una preocupación constante
El Padre Antonio Lerma recibió la ordenación sacerdotal el 24 de diciembre de 1971, y desde entonces se ha mostrado interesado y preocupado por las problemáticas que aquejan a la sociedad en la que vivimos, y que afectan directamente a nuestras familias y la formación de los hijos. Para el nuevo obispo, la célula primigenia de la sociedad tiene que “sortear dificultades que desgraciadamente se han hecho cada vez más grandes y agudas, por lo que hay que tomar conciencia de que atravesamos un cambio de época, y en esta nueva era, que se va abriendo apenas, lo institucional viene a menos, se desdibuja; por ello, todo lo que tiene la etiqueta de institucional afronta el reto de vivir, no de sobrevivir, por ejemplo las dificultades que tiene la Iglesia, algunas tienen su origen en su dimensión institucional, en tanto que los problemas de la familia se desprenden de que es una institución conformada por un hombre y una mujer”.

Apostar por la familia es clave para los nuevos tiempos
Mons. Lerma Nolasco considera que la familia, en su aspecto legal, hoy atraviesa algunas dificultades: “La familia es la célula de la sociedad, y acusa problemas de suma gravedad que la llevan a la desintegración, lo cual afecta, por obvias razones, a la sociedad entera”.
“Desgraciadamente, los políticos ven sólo lo político y no toman en cuenta el ámbito social, de tal modo que presenciamos, incluso con asombro, cómo los diputados, por ejemplo, votan por leyes que favorecen el aborto, la práctica de la eutanasia, permiten la unión de dos personas del mismo sexo; todas, son problemáticas que atañen directamente a la familia. Entonces, los retos en este rubro son mayúsculos, y que se deben afrontar con la urgencia de que pueden conducir a una destrucción social”, agregó el Padre Jesús Lerma.
“Se dice que por ese cambio de época en que lo institucional ha perdido crédito o de plano ya no funciona, ahora la ‘nueva familia’ puede integrarse con dos miembros del mismo sexo e hijos adoptados, o extraer niños de probeta. Se trata, como puede verse, de cuetiones muy fuertes que la misma familia debe enfrentar. La familia institucional, con la intención de sumarse a este esfuerzo, tiene que hacerse compacta para defenderse ante todas esas situaciones”, puntualizó el sacerdote, quien a los escasos doce años de edad ingresó a la Escuela Apostólica de Xalisco, su pueblo natal.

El sacerdote y su papel en la comunidad
Ante esta problemática, cuya madeja presenta numerosos cabos sueltos, el papel del sacerdote en el siglo XXI es fundamental, sobre todo en lo que concierne al trabajo en las comunidades parroquiales: “La parroquia es el lugar donde los cristianos crecen y se desarrollan en su fe, y ahí precisamente debe llevarse a cabo el trabajo fuerte y comprometido de apoyo a las familias en el  crecimiento de la fe, porque si hay un crecimiento de fe paulatino, ello contribuirá a que haya mayor número de familias bien compenetradas, unidas, con los principios y valores necesarios para defenderse ante las diferentes situaciones de la vida y los ataques constantes de que es víctima”.

Por una evangelización que cale más hondo
Del mismo modo que las familias, el nuevo Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, dijo que la  Iglesia, en cada aspecto de la vida, tiene un reto que atajar; por ejemplo, en la fe, en el uso de los medios de comunicación y en la disminución de creyentes católicos: “En la actualidad, los cristianos no tienen una fe madura, y si algunos abandonan la fe católica se debe a que viven una fe pegada con alfileres, y acusan falta de criterio; en ocasiones, se alejan porque tuvieron algunos desacuerdos con un sacerdote, o porque pidieron sacarse la lotería y el Señor no se los concedió.
Por todo ello, la tarea más importante hoy es hacer una evangelización más profunda, dar atención mayor a los Sacramentos de iniciación cristiana: que los procesos para la recepción del Bautismo, de la Primera Comunión, y la Confirmación sean procesos que conlleven un crecimiento interno y espiritual, no reducirlos al cumplimiento de unos actos aislados, por acatar requisitos nada más”.

Los medios, una asignatura que disfruta
Algo que caracteriza a Mons. Lerma Nolasco es su carisma especial por los medios de comunicación. Desde sus años de estudiante ha tenido la oportunidad de participar en programas de radio y televisión. Cuando llegó a la diócesis el señor Obispo Suárez, lo nombró representante diocesano en el equipo de comunicación en 1972: “Era algo inicial, que se empezaba a dar en toda la diócesis a raíz del Concilio Vaticano II y del documento Inter Mirifica, que se refiere a los medios de comunicación; dicho texto, a mí, en lo personal, fortaleció mi vocación por el uso de los medios”, dijo el nuevo obispo.
“Claro que también los cristianos de hoy tienen una mayor apertura a escuchar, a informarse, una mayor disposición al crecimiento y la búsqueda en los medios. De cualquier modo, la presencia de la iglesia en los medios va permeando más en las familias, en la sociedad”, resaltó el sacerdote.

Los medios en la evangelización
Durante su labor como Vicario General de la Diócesis de Tepic, Mons. Lerma Nolasco se ha caracterizado por ser una persona entregada y responsable. El ahora Obispo Auxiliar, al hacer un balance de sus 16 años en esta misión, señaló: “Gracias a Dios he logrado hacer presente el trabajo de la diócesis en el mundo de los medios de comunicación, cuyo uso en el proceso evangelizador prácticamente estaba ausente. Asimismo, se pudo hacerla  presente, no con una política partidista, pero sí mediante una gestión de apertura a los medios políticos del Estado, puesto que actualmente la Iglesia de Tepic lleva una muy buena relación con las autoridades civiles de diferentes niveles”.

Articulista, director, guionista, conductor, maestro
Durante su estancia ministerial en Acaponeta participó durante 15 años en un programa de radio, y por 20 años escribió en los periódicos locales columnas como “El Evangelio Hoy”, “La Iglesia Hoy” y “La Familia Hoy”. Se desempeñó como maestro de Introducción a la Comunicación en la Universidad Autónoma de Nayarit, y gestionó que esa casa de estudios “patrocinara un programa de radio en el que los estudiantes hacían sus prácticas, emisión que yo dirigí. Como en aquel tiempo no había tanta apertura de los medios hacia la Iglesia, era sumamente difícil hacer programas confesionales; éste se llamaba ‘Conferencias culturales’, y bajo ese formato hacíamos hasta catequesis de Bautismo, incluso pudimos realizar una radionovela, de capítulos con duración de quince minutos y que se transmitía cada ocho días, llamada ‘Dos rosas y un jardín, de la cual hice todos los guiones, y los muchachos y muchachas del grupo juvenil participaban en los diálogos. La novela gustó tanto a la audiencia que en las comunidades los fieles me preguntaban qué seguía; la emisión duró más de un año, y fue una experiencia muy buena”.
En Acaponeta también participó en un canal de televisión cultural, donde conducía un espacio de reflexión; poco después asumió la dirección del canal, y bajo su gestión se realizaron aproximadamente 80 programas con una duración de dos horas y que se transmitían semanalmente.

Indispensable que la Iglesia tenga sus propios medios 
Como podemos darnos cuenta, el Padre Lerma, por el lado eclesial, ha sido un indiscutible impulsor de los medios de comunicación en la diócesis y en particular en el Estado de Nayarit, por tal motivo considera de gran importancia utilizarlos en las tareas propias de la Iglesia: “Es importantísimo, y ahorita se necesita una capacidad de manejo de los medios, porque son dos perspectivas: una, es la presencia de la Iglesia para evangelizar a los medios y evangelizar a través de los medios; y la otra, la relación institucional de la Iglesia con los medios de comunicación y los medios políticos”.
El presbítero oriundo de Xalisco señala, además, que es indispensable que la Iglesia tenga sus propios medios: “Vivimos en un mundo donde la Iglesia no puede estar ausente de todos esos medios, es indispensable que cada diócesis tenga su página en Internet, cuentas de correo electrónico para que los fieles estén en contacto. Esto es algo que el Obispo Watty ha impulsado mucho, pues vivimos otra época. El Vaticano II sabiamente tituló ese documento que abrió el paso a la Iglesia en las comunicaciones sociales como ‘Inter Mirifica’, las cosas maravillosas del mundo, y cada vez nos maravillamos más de la rapidez de la comunicación y sus formas”.

El adiós
Por último, Mons. Lerma dio este mensaje a los fieles de su Diócesis de Tepic: “Quiero agradecer a toda la diócesis, a los sacerdotes sobre todo, a los fieles en general, a los grupos y movimientos laicales, la buena disposición que siempre tuvieron hacia mí, y decirles que tomo en cuenta todo lo que me apoyaron y sirvieron; ojalá yo también los haya podido apoyar”.

El saludo
Para los fieles de la Séptima Vicaría de Pastoral de San Pablo Apostol les dirigió estas palabras: “Un saludo en sintonía con la apertura de aceptar la voluntad de Dios. Yo los acepto, como voluntad del Señor, para trabajar, y les pido que me acepten, como una voluntad del Creador también”.

Patricia Valdez

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