Obispo Hurtado, comprometido con las vocaciones

2008_04_19

Don Anastasio Hurtado y Robles, cuarto obispo

El Papa Pío XI lo designó como Obispo, y el 12 de abril de 1936 recibió de manos del Arzobispo de Guadalajara, José Garibi Rivera, la consagración episcopal.

Al iniciar su ministerio, la Diócesis de Tepic mantenía suspendido el culto público en las parroquias pertenecientes al estado de Nayarit, y el presbiterio estaba integrado por 71 sacerdotes, de los cuales sólo dos podrían ejercer legalmente su ministerio.

A partir de 1941, año en que sufrió la última de una serie de ininterrumpidas clausuras, el Seminario Docesano reanudó sus servicios. De 1936 a 1970 incrementó hasta cuatro veces el número de sus alumnos, siendo 116 los sacerdotes ordenados durante su episcopado, lo que significó un incremento del 82% en el presbiterio.

La prudencia llevó al señor Hurtado a estar a la expectativa en todo aquello que se refería a la aplicación del Concilio. Después de 34 años al frente de la diócesis, el 16 de julio de 1970, la Santa Sede aceptó su renuncia como obispo residencial de Tepic. El 24 de febrero de 1972, murió en la ciudad de Guadalajara después de 56 años de servicio a la Iglesia Diocesana. Sus restos descansan en la Catedral de Tepic.

 

Pedro Guzmán Delgado

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