Editorial
Del púlpito al micrófono
La Iglesia, a lo largo de la historia, para dar a conocer el mensaje del Evangelio ha sabido hacer uso de las tecnologías que han ido surgiendo; por ejemplo, la radio ha jugado un papel importante en la evangelización. Los templos fueron de los primeros lugares donde se utilizaron los micrófonos, y de inmediato se hicieron los esfuerzos necesarios para que todas las iglesias contaran con un aparato de sonido. La sociedad ha cambiado de manera radical, y a la par las nuevas tecnologías de la comunicación ofrecen un sinnúmero de posibilidades para hacer llegar el mensaje de salvación, incluso a los más retirados, física y espiritualmente; rebasando las posibilidades de penetración de un micrófono, pues sólo es audible para unos cuantos.
Del micrófono a las nuevas tecnologías
El Papa Juan Pablo II supo descubrir el alcance y las grandes ventajas que los medios de comunicación modernos tienen para difundir y promover la misión de la Iglesia. Si en nuestra Iglesia diocesana, usáramos, sistemática y organizadamente, las nuevas tecnologías comunicativas llegaríamos a mayor número de personas. Antes, el uso del micrófono no requería preparación especial, sólo había que encenderlo y modular la voz. Hoy reconocemos que éste no es suficiente, pero no por ello se va a desestimar su uso, pues es indispensable en la tarea evangelizadora. En la actualidad, tenemos a nuestro alcance un sinfín de herramientas e instrumentos que pueden hacer que las parroquias y las diócesis estén mejor intercomunicadas.
A cada quien lo suyo
La Iglesia no puede quedarse atrás, el cambio de época trae grandes y serios retos, y no podemos desestimar las potencialidades de los medios de comunicación, aún cuando su uso implique adquirir nuevos conocimientos y dejar de lado posturas de desgano. No olvidemos que el trabajo primordial del sacerdote es la evangelización, la celebración de los sacramentos, la dirección espiritual, la caridad y la cercanía con su comunidad parroquial, entre otras tareas. El sacerdote no puede ni debe saber de todo.
Tiempo de los laicos
Los laicos tienen la debida instrucción técnica y profesional, y ellos pueden contribuir de modo positivo en la creación y desarrollo de instrumentos de comunicación; pues hay quienes saben hacer programas de radio, diseñar sitios de Internet, escribir artículos periodísticos, diseñar folletos y boletines, y un largo etcétera. Así, entre todos podemos crear redes de comunicación parroquial.
Para esta gran labor la Iglesia necesita de los laicos, tanto del profesionista como del que no lo es, para llegar a los más alejados, a los que tienen acceso a las nuevas tecnologías de la información como la Internet, y a aquellos que viven en comunidades apartadas donde la tecnología todavía no llega. El espectro es muy amplio. Los laicos tienen la posibilidad de acercarse a sus sacerdotes y proponerles nuevas estrategias para llevar el Evangelio a más personas. Nos necesitamos mutuamente, porque el mandato de Jesucristo de anunciar el Evangelio es para todos.