Queridos hermanos, Jesús en el diálogo con sus apóstoles nos revela una consecuencia importante de su amor: “El que me ama cumplirá mi Palabra y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada”. El amor se muestra en obras, si de verdad tú amas a Dios, la señal de que lo amas es que cumples su Palabra, que pones en práctica sus mandamientos.
El problema que hoy vivimos es que no amamos. El que ama a Dios sigue sus mandatos que se resumen en dos: Amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente, con todas nuestras fuerzas, que el amor a Dios ocupe el primer lugar; además también estamos invitados a amar a nuestro prójimo, porque la falta a este mandamiento trae como consecuencia que veamos destrucciones, guerras, violencia, robos, odios, mentiras.
Primero, el gran premio es, que, cumpliendo la Palabra del Señor y amándolo, Dios viene a habitar en nuestro corazón. ¿Te has dado cuenta de eso? Eres un templo vivo de Dios, vale la pena tener a Dios, como nos dice San Pablo: “Si Dios está conmigo, quién contra mí”.
Segundo, ahora Jesús nos empieza a indicar que Él nos va a enviar al Espíritu Santo, que va a realizar dos cosas, nos va a recordar todo lo que Jesús nos ha enseñado y nos va a enseñar a que comprendamos la Palabra de Cristo.
Por eso yo te invito a que cada vez que leas la Palabra de Dios, invoques al Espíritu Santo para que Él te haga comprender toda la profundidad y riqueza del mensaje de Cristo. Ya se aproxima la gran fiesta de Pentecostés, la venida del Espíritu Santo, por eso Jesús nos empieza a anunciar que Él lo enviará de parte del Padre, nos va a enseñar y a recordar lo que Él nos ha enseñado, sus palabras.
Y finalmente les dice: “La paz les dejo, mi paz les doy”. Sí, ese es el gran regalo de Cristo Resucitado: la armonía, vivir todo en paz, sin violencia, sin odios, sin pleitos.
Pídele al Señor que venga el Espíritu Santo y te llene de amor, de paz y de alegría.
La bendición de Dios Omnipotente: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ti y permanezca para siempre. Amén.
+ Mons. Luis Artemio Flores Calzada
Obispo de la Diócesis de Tepic
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VI Domingo de Pascua.
Hechos de los Apóstoles 15, 1-2. 22-29: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las necesarias”.
Salmo 66: “Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya”.
Apocalipsis 21, 10-14. 22-23: “Un ángel me mostró la ciudad santa, que descendía del cielo”.
San Juan 14, 23-29: “El Espíritu Santo les recordará todo cuanto yo les he dicho”.