No es fácil ser niño en México

Los Reyes de la casa discriminados u olvidados

 

 

“Yo quisiera un México limpio, un país donde no haya pleitos, ni guerras”; “Pienso que tenemos un país donde tenemos muchas cosas bonitas que no valoramos, tenemos una familia y personas que nos quieren, tenemos playas y montañas”; “Tenemos un país donde hay muchos pobres y nadie se preocupa por ellos, yo quisiera que todos los ayudáramos”. Estas son algunas respuestas de niños de entre 5 y 9 años a quienes preguntamos “¿Qué México quisieran?” y “¿Qué México tenemos?”. Sin duda, sus respuestas no distan mucho de lo que los adultos deseamos para nuestro país, un anhelo de mejores oportunidades especialmente para nuestros niños, un sector vulnerable.

 

Futuro poco promisorio

Muchos consideramos que tuvimos una infancia “normal” o agraciada, y recordamos que los sueños deseados los conseguimos por haber tenido una familia que nos apoyara y estimulara siempre, que nos inspiró y alentó a no sucumbir por alcanzarlos, plasmados en algún avión de papel, una pelota, un instrumento musical o en lápiz y papel. Sin embargo, la realidad en México para niñas, niños y adolescentes se ve opacada por la descomposición social.

La educación, la explotación laboral, la pobreza, el acceso a los servicios básico y el ejercicio de los derechos fundamentales de este sector, quizá el más vulnerable, no ha avanzado en paralelo con las intenciones de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, el 20 de noviembre de 1989 y aprobada por el Senado Mexicano el 19 de junio de 1990, creándose dicho instrumento legal internacional como una necesidad de brindar al menor una protección especial.

Cifras poco alentadoras

A 25 años de que se firmara tan importante documento, organizaciones o fondos encargados de evaluar la situación que viven los niños y adolescentes hacen que nos duelan las cifras que ponen en tela de juicio la efectividad de quienes tendrían que velar por sus derechos: la familia, el Estado o la sociedad.

En materia de nutrición 13.6 por ciento (1.5 millones) de niñas y niños del país padecen desnutrición crónica; en las áreas rurales e indígenas del sureste del país aumenta a 27.5 por ciento (cifras ENSANUT 2012).

La pobreza es otro lastre que afecta a los débiles entre los débiles, pues en 2012 se registraron en México 40 millones de niñas, niños y adolescentes, de los cuales 53.8 por ciento (21.2 millones) viven en pobreza y 12.1 por ciento  (4.7 millones) en pobreza extrema (UNICEF-CONEVAL, abril 2014). Esto se traduce en niños y adolescentes que no se pueden concentrar, estudiar, rendir lo debido y contribuir en un futuro a la solución de problemas en el país.

Otro dato escalofriante es que en México 3.6 millones de niñas, niños y adolescentes entre los 5 y los 17 años trabajan (tres veces la población de Nayarit), según el Módulo sobre Trabajo Infantil de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo; y la mitad lo hace en condiciones de explotación laboral. ¿Cuándo tienen tiempo para ir a la escuela, hacer tareas, formar lazos de amistad con otros niños o simplemente divertirse o realizar alguna actividad recreativa?

 

La explotaión sexual: un mal mayor

A esto habría que añadirle un mal que no aflora a la luz y del cual no hay estadísticas oficiales porque ocurre en total oscuridad: la explotación sexual infantil. Considerada como una de la peores formas de explotación y que afecta el desarrollo de los niños en los físico, lo social y lo emocional y que, en la mayoría de los casos, sus efectos pueden durar de por vida, e incluso son mortales.

Si analizamos la magnitud del problema, va desde la amenaza de embarazo precoz y el aumento en el riesgo de la mortalidad materna, hasta lesiones, pasando por el retraso en el desarrollo, discapacidades físicas y enfermedades de transmisión sexual como el sida; en fin, una mezcla de  violaciones a sus derechos fundamentales.

Según el Boletín 219, con fecha del 25 de septiembre de 2013, que puede consultarse en la página del Senado de la República, México es uno de los países con mayor explotación sexual infantil; anualmente son explotados entre 80 y 85 mil niños; el boletín indica, además, que nuestro país se ubica en el primer lugar en difusión de pornografía infantil y que dicha actividad por demás perversa se da, en mayor medida, en lugares turísticos.

Los Reyes de la casa discriminados

Pensaríamos que la discriminación no alcanza a este grupo por la condición de menores y destinatarios de todo el cariño, y sobre todo a ellos por ser “los Reyes de la casa”, pero la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, evidencia que entre la población de 12 a 17 años casi 25 por ciento considera que sus derechos no han sido respetados debido a su situación económica, y esto influye en la discriminación más que cualquier otro factor como el género o la educación. Tan solo en el tema del derecho al acceso de los servicios de salud es marcada esa discriminación y falta de atención hacia los niños: pertenecer a un grupo étnico representa un riesgo, ya que la tasa de mortalidad infantil de la población indígena es mayor en 60 por ciento que la no indígena.

 

Migración, pobreza, inseguridad…

En cuanto al fenómeno de la migración de los menores, la organización Save the children denuncia la “alarmante” situación que viven miles de niñas, niños y adolescentes. Según esta organización, entre octubre de 2013 y septiembre pasado, 68 mil 541 menores fueron detenidos en estaciones migratorias en la frontera sur de Estados Unidos, y según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, cada año desde 2011 se duplica el número de niñas, niños y jóvenes no acompañados que transitan desde Centroamérica y México hacia Estados Unidos.

Anualmente, unos 15 mil niños son detenidos en algún momento de su viaje y repatriados a su país de origen, según el Instituto Nacional de Migración, lo que los expone a un doble riesgo, ya sea porque se enfrentan a humillaciones y discriminación al interior de sus comunidades o porque regresan a su situación de pobreza y corren el riesgo de ser reclutados por el crimen organizado.

Pobreza, inseguridad e inequidad es a lo que está expuesto un gran número de inocentes cuya voz apenas es escuchada después de 25 años de que se aprobara la citada convención, y hemos omitido analizar la eficiencia del gasto público que se destina en materia de educación, cuidado del medio ambiente u otros programas sociales con miras a contrarrestar estas cifras.

 

Un trabajo de todos

El trabajo es mucho, pero la participación de la sociedad es escasa si tomamos en cuenta que el 15 por ciento de la población en México suma esfuerzos en una fundación, organización o cualquier grupo que quiere contribuir a mejorar dicha situación. Definitivamente, la obligación y el compromiso debe ser de todos, de autoridades y sociedad, no esperemos a actuar por los niños y vernos movidos solo en temporadas. San Juan Bosco dijo: “No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta de que son amados”. Esforcémonos por realizar los sueños de nuestros niños en un México más próspero, donde ellos sean los más beneficiados.

En Tepic hay casas hogar en las que tú puedes conocer y empatizar con los pequeños y servirlos de corazón, sin dejar de lado a tus hijos, familiares y vecinos.

 

Casa Materno Infantil Asunción de María

Calle Nogal No. 47, entre Sauce y Roble, colonia San Juan

 

Casa de Niños Frank González, AC

Prolongación Sabino No. 138, entre Cerro del Vigía y Cerro Blanco, colonia Cuauhtémoc

 

Casa Hogar FUNDAVID

Alejandrina No. 65, esquina Bronce, colonia Valle de Matatipac

 

Casa NANA

Bulevar Tepic-Xalisco No. 576, colonia Miravalles

 

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