Somos parte de la solución porque somos parte del problema
Alrededor de siete mil católicos marcharon, de forma pacífica, para exigir paz en los hogares mexicanos y mejores gobiernos, pues actualmente la sociedad vive bajo “el miedo” de grupos criminales.
Portando estandartes de la Virgen de Guadalupe, una bandera nacional, globos y pañuelos blancos, el contingente caminó desde la Unidad Deportiva “Agustín Flores Contreras” y concluyó en el malecón, frente a la presidencia municipal. Algunos manifestantes portaban cartelones que decían “Virgen de Guadalupe, sálvanos” y “Si apostamos todos a la paz, todos salimos ganando”. Allí, los manifestantes oraron por el establecimiento de la paz.
Convocados por la Diócesis de Tepic y con la presencia de varios vicarios, el decano Juan Luis Casillas Martínez, dijo que “la paz no es solamente la ausencia de guerra, es una convivencia de todos los ciudadanos en una sociedad gobernada por la verdad y la justicia”.
Desde un templete donde un grupo musical católico entonaba algunos cantos religiosos, el sacerdote declaró: “Nos entristece la situación de nuestro país, donde muchos viven sometidos por el miedo o la desconfianza o por encontrarse indefensos ante la amenaza de grupos criminales”.
Agregó que otro de los problemas que enfrenta la sociedad hoy, y que la mantiene indefensa, es “en algunos casos la corrupción de nuestras autoridades. Nos entristece el olvido de la verdad, el desprecio de la dignidad humana, la miseria y la desigualdad. Nos entristece el sentido de pérdida de la vida, la falta de credibilidad y la desconfianza. Nos entristece la violencia que daña las relaciones humanas, genera desconfianza, lastima a las personas y las envenena con resentimiento, miedo, angustia y deseo de venganza”.
Todo ello, finalizó el presbítero, afecta a la economía y la democracia del país y altera la paz; sin embargo, “vemos en esta crisis un llamado para construir un país que valore la vida”, subrayó, pues “todos somos parte de la solución porque todos somos parte del problema, ya que muchas veces en los hogares se permite la desigualdad, la mentira, la falta de respeto y la desconfianza”.
Javier Santos