Los hábitos hacen a la persona

Es de suma importancia saber qué es lo que deseamos alcanzar en nuestra vida para poder trazarnos un camino y no perdernos en la incertidumbre, la cual nos puede conducir por rumbos a veces peligrosos que acaben por trastornar nuestro comportamiento debido a una desmotivación que perjudique nuestra alegría de vivir.

Hay que saber dónde estamos parados
Los deseos de ser gente de éxito, de ser gente de bien, de sentirnos satisfechos por lo que hacemos, tienen su origen en nuestra forma de pensar, pero también en algo que es substancial en la formación de nuestro ser: los hábitos, que juegan un papel trascendental en nuestra vida.

Debemos ser conscientes de nuestros hábitos, de qué tan saludables son a fin de sentirnos satisfechos con lo que hacemos (una buena alimentación, ejercicios para obtener una buena condición física, preparación personal y profesional para ser útiles, etcétera), o detectar si no son convenientes para desecharlos.

El cambio trae una nueva oportunidad
Hagamos un alto y reflexionemos: ¿nuestros pensamientos y hábitos hasta dónde nos han llevado a lo largo de nuestra vida?, ¿serán los indicados para llegar a donde deseamos? Después de meditar estas dos preguntas, ¿a que conclusión hemos llegado? Algunas personas concluirán que seguirán por el mismo camino, sobre todo si han alcanzado el éxito; sin embargo, habrá quien diga “tengo que cambiar mis pensamientos y hábitos de inmediato”.
En ambos casos debemos iniciar un proceso de cambio, mas uno de los mayores problemas que aquejamos es nuestra resistencia a los cambios, sobre todo aquellos que dicen que su forma de pensar y actuar les ha permitido lograr el éxito del que gozan.
Estas personas están en lo correcto, pero los tiempos y desafíos por ser mejores cambian a cada momento y a velocidades sorprendentes; por tal motivo, necesitarán modificar ciertos aspectos de sus pensamientos y hábitos para que logren mantenerse en un mismo nivel de éxito personal y profesional. Veamos como ejemplo a aquella persona que logró triunfar usando la máquina de escribir: hoy, forzosamente, tendrá que enfocarse a dominar la computadora, pues la tecnología se ha convertido en una aliada en el mundo laboral y profesional.

No puede haber derrota sin lucha
Alguna vez nos hemos preguntado, ¿a qué se deben las diferentes maneras en que las personas se comportan para enfrentar los desafíos que la vida les presenta y logran tener éxito? Se puede deducir que existen ciertas razones que les han permitido sobresalir o ser triunfadores, y éstas tienen que ver con su forma de pensar y sus hábitos positivos, ello les ha ayudado a tener calidad de vida; además, han perseverado en el logro de sus sueños.
La característica de las personas triunfadoras es la consistencia, y ésta se ve reflejada en nuestros hábitos.
Es conveniente mencionar que podemos sentirnos motivados a cambiar, pero si seguimos haciendo lo mismo y repitiendo las mismas cosas inapropiadas, nuestra vida no cambiará y acabaremos por sentir frustración. De ahora en adelante debemos trabajar con ahínco buscando modificar nuestro comportamiento con pensamientos positivos y hábitos correctos y, sobre todo, tener fe en Dios de que podemos lograrlo.

En sintonía con el Creador
“Debemos sintonizarnos mentalmente con la mente de Dios”. Robert A. Schuller, en su libro El poder más allá de usted mismo, nos dice al respecto: “¿Es posible actuar siempre como si todo dependiera de usted y orar como si todo dependiera de Dios? Yo creo que sí, siempre y cuando sintonicemos nuestras mentes (pensamientos) con la mente de Dios. ¿Cómo lograremos esto? A través de la oración: cuando se cree en Dios y se pone fe en Él diariamente, usted une sus procesos mentales o pensamientos a los de Él”.

Schuller nos sigue diciendo, “rece sin cesar y Dios logrará sus propósitos ¡Créalo! no porque estemos obligados a hacerlo, sino porque ¡realmente sucede!”.

Si se siguen estos sencillos consejos se tendrá el punto de partida para poder alcanzar la calidad de vida que deseamos tanto para nosotros como para nuestra familia.

Lic. Fernando Castaños

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