Llevar el Evangelio de salvación al hombre

Evangelización y medios de comunicación

 

 

Queridos catequistas, en este mes de mayo, dedicado a la Santísima Virgen María, el equipo “CECAT” los saluda e invita a encomendar la labor catequística a ella, nuestra Madre; pidamos que nos acompañe, nos guíe y nos enseñe a amar a Jesús, a la Iglesia, a la catequesis y a nuestros catequizandos.

En esta ocasión les compartiremos –en síntesis– otra de las conferencias magistrales del 1er. Congreso Nacional de Evangelización. Catequesis y comunicación, denominada “La Nueva Evangelización y los medios de comunicación”, expuesta por monseñor Eugenio Andrés Lira Rugarcía, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Puebla.

 

Comunicar la verdad y los valores

El Papa Benedicto XVI, en una audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI, dijo: “Los medios de comunicación comunican el mensaje de sabiduría. Es urgente comunicar mensajes inspirados en la verdad, en la bondad, en la belleza”. Los medios católicos deben defender la verdad y los valores.

Dice el Papa Francisco: “Comunicación es despertar las palabras, es tener coraje de hablar en la cara, con franqueza y libertad”. Si estamos verdaderamente convencidos de lo que tenemos que decir,  las palabras  llegarán al corazón. ¡El Evangelio es la buena noticia de que en Jesús, Dios se hace uno de nosotros y entra en nuestro mundo para hacernos felices por siempre! Así nos demuestra que no es un Creador que se queda en la distancia, mirando con indiferencia lo que sucede, sino un Padre amoroso que se acerca, se compromete y actúa para ofrecernos un futuro.

Evangelizar: misión de todo cristiano

La Iglesia, dice el Papa “es una comunidad de personas animadas por la acción del Espíritu Santo, que han vivido y viven la maravilla del encuentro con Jesucristo y desean compartir esta experiencia de profunda alegría. Quien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?”.

“Todo el mundo debería experimentar la alegría de ser amado por Dios, el gozo de la salvación”, agrega. Esta es la misión que nos ha confiado Jesús, “el Evangelizador por excelencia y el Evangelio en persona”.

La Nueva Evangelización, misión de todos los bautizados, consiste en anunciar a Cristo con nuevo ardor, nuevos métodos y nueva expresión, a los que nunca han oído de Él y a los que viven en culturas históricamente cristianas (sobre todo a aquellos que han perdido el significado de su fe, en lo personal y en su poder transformador). A esto nos invita la Misión Continental a la que nos convoca el Documento de Aparecida.

Para llevar a los demás a Dios necesitamos estar unidos a Él, que se ha quedado para siempre con nosotros en Jesucristo, presente en su Iglesia, a través de su Palabra, de la liturgia –sobre todo de la Eucaristía–, de la oración y del prójimo.

 

Todos, llegar a todos

La Nueva Evangelización convoca a todos, para llegar a todos. El Papa Francisco nos señala tres ámbitos: la pastoral ordinaria, destinada a encender los corazones de los fieles que regularmente frecuentan la comunidad; la parroquia, donde podemos valorar y perfeccionar con la gracia del Evangelio la gran riqueza de la piedad popular, y la familia, célula básica de la sociedad; así como la escuela, la universidad y las culturas.

Para llevar a cabo la Nueva Evangelización la Iglesia debe ser audaz y creativa y hacerse presente también en los medios de comunicación, internet y redes sociales, en los cuales, como decía el Cardenal Ratzinger, “no buscamos que se nos escuche a nosotros, no queremos aumentar el poder y la extensión de nuestras instituciones; lo que queremos es servir al bien de las personas y de la humanidad, dando espacio a Aquel que es la vida, Jesucristo”.

Catequistas, ¡esto es urgente! ya que, siendo honestos, muchos discípulos misioneros nos hemos ido alejando progresivamente del ámbito de las culturas, dejándonos invadir por un sentimiento de inferioridad, hasta relegarnos a nosotros mismos, conformándonos con anunciar el Evangelio a los mismos de siempre. Hoy hemos de ser conscientes de que la comunidad de discípulos misioneros debe ser Iglesia de “salida”; el beato Alberione decía: “Si el hombre ya no viene a la Iglesia, hay que llegar a él, con el Evangelio de la salvación, dondequiera que esté, con el lenguaje que le sea comprensible hoy”.

 

María Adela Suárez de Luna

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Comentarios a la autora: (ade.suarez@hotmail.com)

 

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