Carlos E. Chávez Talamantes, de 18 años de edad y estudiante de Psicología, es voluntario en la casa Hogar FUNDAVID desde diciembre de 2012. Carlos nos cuenta su experiencia en una entrevista.
Amar sin esperar ser amado
“Ser voluntario es entregar lo mejor de mí, es servir a los niños a través de Dios, ya que Dios es el principal motor en la fundación. Él me llama a servir a los demás y a amar como Él nos ama. Amarlos sin importar la situación de los pequeños, dar todo mi esfuerzo para que tengan un mejor desarrollo en todas las áreas de su vida. Ser voluntario es dejar todos mis problemas, mi cansancio, mi situación de la vida cotidiana, para prestarles una parte de mi tiempo a ellos y que vean en mí a un amigo con el que se pueden contar y divertirse. Ser voluntario es una bendición para mí, ya que me ha enseñado nuevas cosas, me ha hecho ver la vida desde otra perspectiva, me ha hecho sentir parte de algo, me ha permitido vivir experiencias inolvidables y ser parte de la vida de los niños, buscar lo mejor para ellos, ayudarlos a crecer, lograr nuevas metas y romper todas las barreras que les impidan desarrollarse. En conclusión, ser voluntario es entregarlo todo, amar sin esperar ser amado, olvidarme de mí y entrar a ese mundo tan hermoso que es la niñez”.
¿Qué actividades realizas en la fundación?
“Creo que he hecho de todo, ya que siempre me involucro en la mayor parte de las actividades. Al inicio, cuando empecé como voluntario, iba a botear con otras personas en los cruceros de la ciudad.
Asisto a la fundación dos días a la semana para apoyar a algún niño o niña con sus tareas. Colaboro también en lo que se me solicite, como el asear a los niños o limpiar la casa. Estoy abierto a cualquier petición, pero que esté dentro de mis posibilidades, e incluso me esfuerzo para lograrlo”.
¿Qué te mueve a continuar apoyando en Hogar FUNDAVID?
“Principalmente, el amor de Dios, que me brinda todos los días y que sé que nunca se aparta de mí. Él está conmigo, y ese amor que me transmite se presenta a través de todos los niños que han pasado por FUNDAVID y en los que están actualmente. Me mueve el saber que Dios también actúa en la inocencia y refleja su amor a través de cada sonrisa de los niños. Me motivan los niños, ya que son los protagonistas de esta fundación, y el estar con ellos y vivir experiencias es muy agradable ya que me permite compartir y que ellos pueden aprender de mí, aunque yo aprendo mucho de ellos. Me motiva el solo hecho de saber que puedo ser un instrumento para que los niños aprendan, desarrollen habilidades y crezcan”.
¿De qué manera ha influido en tu vida ser voluntario?
“Creo que ha influido de forma total, porque he adoptado el ser voluntario como parte de mi vida cotidiana, como parte de mi estilo de vida. El ser voluntario es algo que yo soñaba hacer cuando era pequeño, a mí siempre me ha gustado ayudar a los demás y qué mejor manera que en una casa hogar, donde se necesitan mis servicios. Antes, yo no era organizado con mi tiempo y el estar en FUNDAVID me ha ayudado a poder organizar mis horarios. La mayor parte del tiempo menciono que ayudo en una casa hogar y no me canso de comentarlo; me siento orgulloso y feliz de pertenecer a esta fundación.
Gracias por la entrevista. No sé si tú apoyas o ayudas en la casa hogar, pero te invito a formar parte de esta gran familia. Estoy seguro de que no te arrepentirás, ya que al momento de entrar a la casa sabes que vivirás cosas bonitas y tendrás la oportunidad de compartir con niños que están dispuestos a abrir su corazón y compartir contigo”.
Fundación Dar Amor, Dar Vida AC