Mari Carmen es una mujer que pertenece a los cuatro millones de mujeres que son golpeadas anualmente en el mundo; una de cada seis son víctimas en países desarrollados, y entre 25 y 50 por ciento de la población femenina mundial ha experimentado violencia.
Un mal con hondas raíces
La violencia contra las mujeres está vinculada al desequilibrio en las relaciones de poder entre los dos sexos. Problemática que representa un costo social alto. No conoce fronteras culturales ni económicas, por lo que resulta difícil cuantificarla y erradicarla. Es un mal que ha existido silenciosamente, dentro de las cuatro paredes del hogar. Comienza a echar raíces a muy temprana edad con la educación diferente que reciben los niños y las niñas. Mientras que el hombre es enseñado a dominar con fuerza y a no mostrar signos de debilidad: “los hombres no lloran”, “compórtese como un macho”; las mujeres, por su parte, aprenden a ser sumisas y dependientes: “sírvele a tu hermano”, “respétalo, no ves que es el hombre de la casa”.
Problema a nivel mundial
Las mujeres de todo el mundo son objeto de violación, violencia doméstica y otras tantas formas de violencia, y a menudo están ocultas la escala y la verdadera naturaleza de la cuestión.
• Una de cada cuatro mujeres han sido violadas en algún momento de su vida en todo el mundo.
• Dependiendo del país, entre una y tres de cada cuatro mujeres son maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual.
• Cerca de 120 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales.
• Las violaciones han devastado mujeres, niñas y familias en los recientes conflictos en Ruanda, Camboya, Liberia, Perú, Somalia, Uganda y la antigua Yugoslavia.
Se agudiza esta problemática en nuestro país
En México, 49 por ciento de los homicidios que se cometen contra las mujeres tiene lugar a manos de su pareja; en tanto que 30 por ciento de quienes están casadas son forzadas por sus maridos a tener relaciones sexuales.
La Primera Encuesta Nacional sobre Violencia Intrafamiliar de 1999, realizada por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), revela que uno de cada tres hogares del área metropolitana vivía este tipo de violencia.
De acuerdo con una encuesta publicada por la Secretaría de Salud en 2006, el tipo de violencia más común, que es perpetrada por el novio, esposo, compañero o última pareja, es la psicológica con el 28.5 por ciento, física 16.5 por ciento, sexual 12.7 por ciento y económica 4.4 por ciento.
Si bien el alcohol y las drogas pueden ser detonantes de conductas delictivas, la realidad refleja que los casos de agresiones contra mujeres regularmente se llevan a cabo de manera consciente por parte del agresor, y el porcentaje de estos delitos bajo la influencia de drogas y alcohol son menores.
El ejercicio legislativo no basta
En el campo jurídico, con fecha 1 de febrero del año 2007, se publicó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, cuya creación obedece a la necesidad de contar con un instrumento jurídico que contenga las disposiciones y condiciones legales que brinden seguridad a todas las mujeres del país.
Lo anterior no significa que a partir de esta fecha se haya contemplado en México la eliminación de la violencia contra las mujeres, ya que nuestra Constitución Federal en el artículo 4, y tratados internacionales, tales como la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer, contemplan normas tendientes a brindar protección a la mujer y al establecimiento de la equidad de género.
Es hora de decir “basta”
En dicha ley se tiene en cuenta, además, que la violencia contra la mujer es cualquier acción u omisión basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público. Asimismo, en las entidades federativas de nuestro país, de diversas maneras y modalidades, tanto en los Códigos Penales y Civiles, se regula la eliminación de la violencia contra las mujeres. Y existen Institutos de la Mujer tanto a nivel nacional como local, que se encargan de velar por el respeto y la divulgación de los derechos de la mujer.
Por consiguiente, es necesario conocer los derechos para poder defenderse, correr la voz de la existencia de los centros de apoyo, y poner límites y decir “¡basta!, no más golpes, no más violaciones”. Se deben plantear nuevos métodos de educación, convivir hombres y mujeres pacíficamente, como iguales pero diferentes a la vez.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, desde el año de 1999 estableció que se celebrara anualmente, cada 25 de noviembre, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La propuesta fue realizada por República Dominicana, con el apoyo de 60 países.
Román Duarte / Carmina Hidalgo, abogados