A los pies de María se recoge amor y se renuevan fuerzas
El 18 de mayo, la Diócesis de Tepic peregrinó a la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México, con la intención de mostrar su fe y devoción a la Madre del Cielo. En esta manifestación de fe, que se lleva a cabo cada año, participaron más de mil personas de las cinco zonas pastorales de la diócesis.
Desde temprana hora, en la glorieta de Peralvillo, se dieron cita el Obispo titular, Mons. Ricardo Watty Urquidi, Mons. Alfonso Humberto Robles Cota, Obispo Emérito de Tepic, numerosos sacerdotes, religiosas y laicos provenientes de la mayoría de las parroquias de nuestra diócesis; cada una de las zonas se identificó con un color diferente.
Mons. Watty Urquidi, en entrevista exclusiva para La Senda, señaló la importancia de peregrinar como diócesis: “Quiero enviar un saludo muy cariñoso a toda la Diócesis de Tepic, que en este día peregrina en unión a la Basílica de Guadalupe, porque hay un gran amor a la Santísima Virgen, a nuestra Madre Guadalupana”. Peregrinando “es como, de hecho, manifestamos que estamos de paso en este mundo, que vamos a la casa del Padre; en este caso queremos peregrinar a María, porque Ella quiso hacerse presente en el Tepeyac para manifestarnos todo su amor, y por ello, nosotros, que sentimos y experimentamos que es nuestra Madre y nosotros sus hijos, venimos a manifestarle nuestro amor filial, seguros de que Ella nos bendice”.
Entre porras a la Morenita, cantos, rezos, adornos con globos y flores, los cientos de peregrinos, como una gran familia, marcharon en todo momento emocionados y llenos de gozo por tener la oportunidad de estar a sus pies.
Después de dos horas de peregrinaje, la diócesis entró en procesión al interior de la basílica para participar en la Eucaristía, que fue presidida por Mons. Ricardo Watty, en su primera vez en acompañar como Obispo de Tepic a su diócesis. Al respecto, dijo: “Estoy muy contento de ver a tanta gente que, con esfuerzo y sacrificio, pero también con el gran amor que tienen a nuestra Madre, hoy participa como diócesis en esta peregrinación; me siento muy agradecido, alegre y esperanzado de que María nos siga acompañando en nuestro diario caminar hacia Dios”. Y más adelante, el Obispo afirmó: “Todos los que estamos aquí, venimos con el respaldo de una diócesis muy grande, que requiere la presencia de María, la presencia de Dios y el esfuerzo y la renovación de los que pertenecemos a la diócesis”.
Por último, Mons. Watty Urquidi recalcó: “Aprovecho el alcance de nuestro periódico diocesano, La Senda, para animar a las parroquias a que fomenten esta peregrinación, sin presiones de ningún tipo. A los sacerdotes, asimismo, los invito a que promuevan este evento porque se trata de una forma de expresar nuestra comunión. Ojalá que el año que entra la respuesta de los fieles sea mejor”.
Al finalizar la homilía el Obispo afirmó: “Querida diócesis de Tepic, ante María yo invito a que iniciemos un trabajo de elaboración de nuestro plan pastoral, va traer consigo seguramente muchas decisiones, requerirá trabajo, pero si lo hacemos bajo la unción del Espíritu, con el acompañamiento de María, y con la seguridad de que Jesús lo quiere agradaremos al padre y seguiremos caminando como diócesis de Tepic”, declaró.
Marichuy Vázquez, de Puerto Vallarta, Jal.
Llevamos muchos años viniendo en peregrinación; en esta ocasión venimos doce camiones. Nos motiva una fe grande en la Virgen. Lo primero que hacemos al llegar es ir directamente a la basílica; llegamos sin dormir, incluso sin desayunar, pero en cuanto vemos a la Virgen se siente una emoción enorme: a veces hasta llorar y luego mucha alegría, y digo: “bendito mi Padre Dios, por la fe que seguimos teniendo”.
Yadira Méndez, del municipio de Bahía de Banderas, Nay.
Venimos en familia: mi esposo, mis primas y mis niños, por una promesa, pues mi hijo estaba enfermo y sanó. Es la primera vez que vengo, y siento mucha alegría y emoción porque la Virgen es muy milagrosa, es nuestra Madre y nos quiere a todos.
Nancy Georgina Hernández, de San Blas, Nay.
Nos juntamos varios pueblos cercanos, rentamos un camión y venimos; me gusta venir con toda la gente a ver a la Virgen, es una bonita experiencia.
Antonio Hernández Casillas, de Villa Hidalgo, Nay.
Tenemos 35 años viniendo, nunca hemos fallado; siento mucha emoción de haber venido en familia, con mi esposa e hijas.
Concepción Cervantes, de Ixtlan del Río, Nay.
Tengo seis años viniendo; en esta ocasión llenamos tres camiones. Estoy emocionada, es hermoso venir para acá.
Luis, de Rosa Blanca, Nay.
Es la segunda vez que vengo a ver a la Virgen; ahora mis papás me trajeron. Siento alegría cuando estoy con Ella.
Susana, de Mascota, Jal.
Este el tercer año que vengo, porque es una tradición familiar, es como una manda. Es una experiencia que queda para siempre, y es sorprendente además. Los invito a que vengan y sientan esta experiencia por sí mismos.
Aurelia Arias Gutiérrez, de Tepic, Nay.
Es la primera vez que peregrino, y le agradezco a la Virgen todo lo que nos concede. Ver a toda la diócesis reunida en torno a nuestra Madre es muy emocionante, porque así nos sentimos hijos de Dios y de la Virgen.
Ángel, de Tepic, Nay.
Es la primera vez que vengo en peregrinación, y lo hice porque tengo una grande devoción a la Virgen, de hecho, todo el tiempo mi familia la ha tenido. Ahora que vengo por vez primera me da gusto, sentimiento y felicidad de ver a la Virgencita. Me acompañó mi esposa, mi hija, mi nieto; aquí todo está bonito, tranquilo y ordenado, y espero que así como venimos con gusto regresemos también con gusto.
Anabel Mercado, de Tepic, Nay.
Es el sexto año en que vengo a ver a mi Madrecita; me emociona ver a la gente que la visita; los primeros años que yo vine había poca gente, y ahora, en cambio, hay mucha.
Patricia Valdez Parra / Fotos: Karen García – Patricia Valdez