Escuchamos hablar de revolución y de inmediato nos llegan al pensamiento confrontaciones, armas, muerte, destrucción, vencedores y vencidos; pero no todas las revoluciones han sido iguales, pues existió un revolucionario para quien las armas fueron las palabras y el amor. Las acciones que llevó a cabo alcanzaron cambios en quienes lo seguían, incluso en los que estaban alejados de Él: un revolucionario que en la actualidad aún perdura, pues sigue siendo fuente de inspiración para muchos jóvenes que buscan un cambio profundo en sus vidas. Este revolucionario es Jesús.
Revolución: cambio profundo en nuestra vida
Joven, estamos a pocos días de festejar una fecha que, como mexicanos, es motivo de orgullo, al cumplirse 99 años de la Revolución, gracias a la cual podemos ser autónomos; se trata de algo que no todos los jóvenes comparten, puesto que en la actualidad muchos están inmersos en el mundo de las distracciones, pierden de vista acciones de consecuencias profundas para caer en trivialidades, tales como definir en qué bar o antro festejarán ese día, aunque en realidad no sepan lo que se celebra.
La revolución, de manera general, es un cambio profundo de cualquier organismo; algunos de nosotros también hemos sido revolucionarios en nuestras vidas, al sufrir cambios profundos a raíz de experiencias vividas.
En constante contradicción
San Pablo nos habla de un cambio, de una revolución en nuestras vidas, transformación que nuestro mundo, lleno de injusticias, egoísmos, miedos y sobre todo nuestra alma, necesita.
Pensemos: ¿cómo quiero estar?, ¿cuál es el cambio que necesito para estar bien con mis padres, con mi familia, con mis amigos, con mis maestros, tal vez con ni novia (o), o conmigo mismo?, ¿qué me impide llegar a ese cambio?, ¿quién me puede ayudar?, ¿somos jóvenes valientes, comprometidos a defender esta revolución, que necesita nuestro entorno? Como joven, ¿cómo puedo ayudar a la revolución que plantea Jesús en la actualidad, de lucha por la verdad y la justicia del mundo? ¿Cómo puedo lograr ese cambio en mi familia, mi comunidad, o que yo mismo necesito y veo tan distante?… Somos jóvenes urgidos de aprender y de vivir el día a día, pero aun no hemos aprendido a combatir las injusticias, desigualdades, opresión y maltrato; no somos todavía capaces de lograr un cambio en las personas que nos rodean, de pelear por un mundo mejor, en el que las mayorías excluidas recuperen los espacios que les han sido arrebatados, donde predomina una cultura de muerte en lugar de la vida. Tal vez sólo somos jóvenes que perdemos el tiempo, porque tenemos la posibilidad de cambiar el curso de la historia, pero esperamos que otro lo haga y al final todo sigue igual.
Una batalla sin descanso
Seamos los protagonistas de esta nueva revolución, del cambio constante en el mundo, pero hagámoslo conscientes de que el verdadero cambio se debe dar en nosotros. Ser joven significa que necesitamos luchar, pelear con las armas de la verdad, la justicia y el amor; ser los héroes que el mundo necesita, que combatan para construir en lugar de destruir, que busquen transformar y crear; seamos parte de una revolución que deje huellas profundas, porque está fundada en Cristo, tomando las bases del amor y la paz.
Joven, tú puedes ser un revolucionario, ¿te animas a tomar la estafeta? No estamos hablando de convertirnos en los “salvadores del mundo”, en los “Superman” de este siglo, levantarnos en armas y salir a las calles; sino que en el día a día enfrentemos, desde que nos levantamos hasta acostarnos, las luchas que como jóvenes vivimos, estando atentos en las pequeñas o grandes cosas a las que nos enfrentamos, es así como podemos transformar nuestra vida y las de los que nos rodean.
Levantémonos, pues, sin temor, ya que hemos nacido para este día y para esta hora, Jesús está con nosotros, y si Él está con nosotros quién en contra nuestra; tomados de su mano hagamos una revolución en nuestra vida.
Grupo Juvenil San Juan Bautista
Somos un grupo juvenil parroquial llamado “San Juan Bautista”, pues nació dentro de la parroquia del mismo nombre hace dos años, a raíz de la convocatoria del Padre Ubaldo Raygoza Palacios, a fin de vivir los temas intensivos de la SEMAD-SEJUVE 2007. Desde entonces se ha nutrido con jóvenes no sólo de esta comunidad parroquial, sino de otras comunidades de la Diócesis de Tepic.
Nos congregamos para reforzar nuestra fe con la experiencia de oración, temas en comunidad, apostolados, talleres y convivencias. Somos jóvenes entusiastas, estudiantes y profesionistas que queremos compartir la experiencia de grupo con otros jóvenes.
Actualmente el grupo está bajo la asesoría del Padre Rogelio Ayala Partida, con quien estamos compartiendo la fe y el caminar de la comunidad.
Janet Azucena Ramos Mancilla
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Comentarios al autor: ( jher_dj@hotmail.com )