Influenza AH1N1

Mucho de verdad encierra el dicho: Conoce lo mejor que puedas a tu enemigo para vencerlo”. En estos últimos meses el mundo está enfrentando y conociendo a diario un poco más los movimientos del genio pandémico de esta nueva gripe denominada Influenza AH1N1. Podríamos asemejarlo a un vasto iceberg, cuya superficie es percibida en su capacidad vulnerante. Es decir, conocemos el agente vulnerante, su desplazamiento y su potencia agresiva, pero no podemos predecir aún su total magnitud operativa, debido a que desconocemos su lado oculto.

Tal como lo hace un témpano que se desplaza con rumbo incierto; aún no podemos apreciar del todo su evolución definitiva ni la magnitud de su poder mortífero. Frente a la trascendencia socioeconómica y sanitaria que representa a la fecha lapandemia de influenza, son obvios los esfuerzos conjuntos para situarla, cercarla, combatirla y prevenirla. Cada país conforma, así, su bastión defensivo para luchar contra este enemigo que ya ofrece un despliegue combativo universal. Resulta claro, entonces, que deban esgrimirse fortalezas y estrategias definidas, como también una certera oportunidad para aplicarlas.

Estrategias a seguir

En términos de estrategia deberían participar tres pilares importantes, conjugados con una clara inteligencia compartida:

  1. a)La estrategia en salud elaborada por el estado.
  2. b)Adecuados canales de comunicación.
  3. c)La consciente participación de la comunidad, por ser el sujeto de la cadena epidemiológica;  y porque es ella, además, la que está expuesta al agente infeccioso, a las decisiones sanitarias y a las partes cotidianas emanadas desde los medios de comunicación.

Debemos tener presente que la batalla puede perderse en tanto exista falta de coordinación y deshonestidad en el manejo de información, por su envergadura; simplemente porque se pierde la noción de magnitud. Sería como desconocer la proporción del lado oculto del témpano.

Cada país es responsable de las tácticas que propone y de las destrezas con las que las aplica. Tonto sería no aprender de los errores y enseñanzas de otros para tomar el camino acertado. No conocer, no saber y todavía truncarse en tomar conductas alimentadas por la soberbia del poder llevan a pérdidas económicas y de vidas, además del descrédito científico y, ante nuestros pares, el desprestigio como nación.

Aprender del pasado

Ya hubo antecedentes de desaciertos que fueron reconocidos y el timón del navío sanitario comenzó a virar  poco a poco para no estrellarse contra la desidia y los esfuerzos desarticulados en la toma de decisiones. Mientras tanto, es bueno aceptar que vamos aprendiendo cada día algo más sobre este nuevo emergente sanitario que hace peligrar la existencia del hombre en su “circunstancia” de vida.

Con optimismo vamos logrando mayor información acerca de la marcha de esta pandemia. Es oportuno refrescar ciertos hechos, algunos conocidos, pero otros arrastrados por el peso de la duda y vinculados con el arquetipo epidemiológico que conforma este singular fenómeno de la Influenza AH1N1.

Falta de  medicamentos

Aceptemos que, durante el ejercicio de nuestra profesión, administramos no pocas veces medicamentos sin adentrarnos en el conocimiento de su farmacocinética, interacciones y contraindicaciones. Admitamos también que los hemos utilizado, sobre todo agentes anti-infecciosos, por inseguridad o “por las dudas”. Actitud que en la situación que nos ocupa debe meditarse seriamente.

En primer lugar, porque en verdad somos y estamos en un país empobrecido donde ya hubo restricciones cuando el pánico empujó a pedir de manera desorbitada la droga sin antes reflexionar sobre la oportunidad de su indicación. En segundo , porque estamos frente a una emergencia sanitaria de la magnitud de una pandemia, donde existen “tironeamientos” del medicamento básico desde el exterior, debido a que la demanda es inusual.

En tercero, debido a que el laboratorio de referencia y fabricante del producto en el país no puede acceder a una demanda local masiva e inconsulta. En cuarto sitio, porque no existe experiencia sobre el empleo masivo del producto –que no se administra como está prescrito–, a pesar de la minuciosa descripción de su farmacología, farmacocinética, indicaciones, interacciones y contraindicaciones, todas ellas claramente elaboradas por el laboratorio respectivo. Finalmente, porque ya existen referencias bibliográficas de casos de resistencia a la droga.

Para identificar la enfermedad

Existen algunas formas de identificar la enfermedad:

– Extremar el interrogatorio para rescatar posibles contactos familiares laborales.

– Medir la temperatura corporal y valorarla si es superior a 38ºC.

– Observar minuciosamente la piel, mucosas y uñas  para descartar la presencia de cianosis.

-Observar cómo respira el paciente y registrar su frecuencia respiratoria durante un minuto, repitiendo la operación minutos después.

-Realizar una valoración del grado en el cual se halla comprometido el paciente, sobre todo evaluar su capacidad psicofísica.

-Impartir instrucciones que aseguren la higiene individual y del grupo familiar.

A partir del inicio de la pandemia poco se ha enfatizado acerca de los criterios de valoración en el denominado primer nivel de atención; allí donde el profesional de la salud precisa apelar a su  conocimiento y destreza personales para decidir; en situaciones donde muchas veces debe recurrir a su buen saber y entender, a sus sentidos y a su equilibrado criterio.

Prevengamos la Influenza A (H1N1)

La influenza tipo A (H1N1) es una enfermedad viral de las vías respiratorias, es curable y existen medicamentos para su tratamiento.

Se contagia de persona a persona, a través de las gotitas de saliva que se expulsan al hablar, toser o estornudar hasta a un metro de distancia. También se contagia por tocar superficies contaminadas con el virus, como: manijas, juguetes, teléfonos, barandales, mesas, pupitres, teclados de computadora…

Inicia súbitamente con fiebre superior a los 38ºC, dolor de cabeza, dolor muscular y de articulaciones, tos, ataque al estado general, escurrimiento nasal, ojos rojos, dolor de garganta. Si se presentan estos síntomas es necesario acudir al médico y no automedicarse. Si se presenta  dificultad para respirar, dolor de pecho, respiración rápida, es necesario acudir a urgencias al hospital.

Si una persona se enferma, no debe asistir a la escuela o al trabajo, es necesario quedarse  en casa y reposar; al toser o estornudar cúbrase la nariz y boca con pañuelo desechable o con el ángulo interno del codo, tire el pañuelo en bolsa de plástico. La persona enferma y la que lo cuida deben utilizar  cubrebocas y lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

Para prevenir la enfermedad se deben tomar las siguientes precauciones:

– Consumir frutas y verduras de color rojo y amarillo.

– No exponerse a corrientes de frío.

– Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

–  Mantenerse alejado de las personas enfermas, no saludarlas de beso, ni de mano.

– No acudir a sitios concurridos, donde se facilita adquirir la enfermedad.

– Abrir las puertas y ventanas de los  salones y de las  casas, para permitir que entre la luz del sol.

– No compartir alimentos, bebidas, vasos, platos ni cubiertos.

– Limpiar con un trapo húmedo: con agua y cloro, los pupitres, escritorios, sillas, barandales, teléfonos, teclados de computadora, etc.

– Limpiar constantemente los sanitarios, que el lavamanos tenga agua y jabón.

– En la tiendita escolar, el personal que atiende debe usar: gorro, delantal, zapatos, manos limpias, uñas cortas. Lavar y desinfectar frutas y verduras con agua embotellada.

– No olvides que el agua para tomar debe ser embotellada y usar vasos desechables.

¡Prevenir la influenza A (H1N1) es tarea de Todos!

Dr. Olindo Martino / Rigoberto Robles

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Comentarios al autor: ( roblesalmaraz@lasenda.info )

 

 

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