Homilía XXXIII Domingo Ordinario – 15 de noviembre 2020

Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: El reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas y llamó a sus siervos de confianza y les encargó sus bienes.

¿Alguna vez has tenido una responsabilidad, en la familia, en la sociedad, en la economía, en la política, en la vida religiosa? ¿Cómo actuaste? ¿Responsablemente y recibiste elogio? ¿O te despidieron por ser irresponsable?

Hoy la palabra de Dios nos muestra a dos personas a quien su amó les confió sus bienes a uno cinco Talentos a otro dos y los dos fueron diligentes y ganaron otros cinco y dos cada uno, respectivamente, su amo los elogió: siervo bueno y fiel puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu Señor.

También Dios ha confiado en ti, te ha repartido bienes, te dio la vida, la familia muchas cualidades y talentos tienes una responsabilidad, una misión en esta vida,   recuerda que  al final de tu vida el Señor te va a pedir cuentas, ojalá y sepas ser fiel y responsable en lo que Dios te ha encomendado y te diga siervo bueno y fiel entra al gozo de tu Señor.

Por el Contrario, Un tercer servidor recibió un talento y lo escondió en tierra, a su regreso el amo le pidió cuentas y le dijo, aquí tiene lo tuyo, el amo le reprochó: siervo malo y perezoso, ¿porque no pusiste mi dinero en el banco para que a mi regreso lo recibiera con intereses? y mandó: a este hombre inútil, échenlo fuero a las tinieblas, ahí será el llanto y la desesperación. Queridos hermanos nos se nos olvide Dios espera frutos de nosotros si queremos tener parte con él, en el proyecto de Dios no entran los NINIS, sino gente responsable y que de frutos de amor a Dios y a sus hermanos, de otro modo no podrán tener parte con Dios en su Reino.

En la primera lectura la palabra del libro de proverbios, hace el elogió de una mujer, Trabajadora, que trae bienestar a su esposo y familia, una mujer con un corazón como el de Dios, que ama al pobre y al desvalido y les comparte sus bienes, pero sobre todo una mujer que ama a Dios, una mujer buena que difunde felicidad e irradia amor. La mujer siempre es un don y una bendición de Dios en la familia y en la sociedad, gracias a Dios hay muchas mujeres, sino es que la mayoría como las que nos describe hoy el libro de los proverbios. Valoremos, respetemos y amemos siempre a la mujer, jamás usemos violencia contra ellas, recordemos todos hemos tenido una madre, hermanas y muchas mujeres que nos han hecho el bien.

Finalmente, la segunda lectura del Apóstol Pablo a los tesalonicenses nos dice que el Señor va a venir como el ladrón o como la mujer que le vienen los dolores de parte, estemos siempre preparados como hijos de la luz, con nuestras buenas obras, mantengámonos despiertos y vivamos sobriamente. Los invito también a leer y meditar en el mensaje que elaboramos los obispos de México para todos los mexicanos, en esta semana que estuvimos reunidos virtualmente en nuestra CIX asamblea, del lunes del lunes 9 a viernes 13 de noviembre 2020, donde analizamos la situación de nuestra patria, las sombras y los signos de esperanza y la invitación a participar con responsabilidad en las próximas elecciones, pensando siempre en candidatos que busquen el bien de todos los mexicanos no solo de un grupo o partido y mantengamos siempre la unidad, como nos lo pide nuestra madre santísima de Guadalupe, al pedirnos la construcción de una casita donde ella muestra su amor para todos sin exclusión de nadie.

+Luis Artemio Flores Calzada
VIII Obispo de Tepic.

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