Había un propietario que tenía un viñedo. Lo alquiló a unos viñadores, estos dieron muerte a los mensajeros y al hijo del dueño de la viña. ¿Qué hará con los malos viñadores? Dará muerte terrible a los desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores que le entreguen los frutos a su tiempo.
En tu vida, ¿ha habido alguna persona que te haya desilusionado porque tu esperabas buenos frutos y no los dio?
La viña del Señor es el pueblo de Israel, y Dios esperaba que la viña diera buenas uvas, pero la viña dio uvas agrias, El esperaba que obraran rectamente y ellos en cambio cometieron iniquidades, el esperaba justicia y solo se oyeron reclamaciones.
Ahora la nueva viña es la iglesia, es el mundo, y los viñadores somos todos los que tenemos una responsabilidad en las comunidades: en la familia, en la educación, en los sindicatos, en la comunidad religiosa y civil, los gobernantes, municipales, estatales, federales, lideres religiosos, obispos, sacerdotes lideres en las universidades, hospitales, empresas, Dios es el Dueño de la viña y nosotros somos solo administradores, y seriamos desleales si se utiliza para el propio provecho, nos quedaremos con la herencia, cuando entran las ambiciones se da muerte violenta, para apoderarse de lo que no es de nosotros, que no se nos olvide solo somos administradores y tenemos que dar cuenta a Dios, Dios espera frutos de nosotros, frutos de justicia, obrar rectamente, espera buenos frutos.
Pero cuando se nos olvida, Dios envía mensajeros a pedirnos cuentas, profetas que denuncian los abusos que podemos cometer, pero si somos malvados, acallamos esas voces, sino hasta se les manda matar, como los profetas que denunciaban las injusticias de los líderes del pueblo y los mataron, Después Dios envió a su propio Hijo quien invitaba a la conversión, a la justicia, a la solidaridad, a la unidad y denunciaba los abusos y se deshicieron de él matándolo y colgándolo en la cruz, pero el es el Señor, y resucito, él es el dueño de la viña el es el que va a venir a pedir a todos y cada uno de nosotros cuentas de nuestro proceder,
En nuestros tiempos hay quienes quieren desviar la atención culpando a los demás para desviar a la atención y no ver los propios errores ¿porque ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga que llevas, en el tuyo? Dios nos va a pedir cuentas a todos de la responsabilidad que nos ha dado, al padre de familia, a al gobernante, obispo, recordemos no somos dueños sino solo administradores. Hoy en nuestros tiempos de la pandemia que estamos viviendo el Señor nos va a pedir cuentas ¿Qué hemos hecho por nuestros hermanos?, hoy el dinero del pueblo se necesita emplear no en campañas o en ganar clientes para las próximas elecciones, sino emplear en mejorar el sistema de salud, ( me tocó ver un video de un medico especialista en cáncer de niños que los ve morir por que han recortado los presupuestos para los niños de cáncer y eso es un abuso e injusticia, hoy se necesita incentivar la economía y apoyar las fuentes de trabajo para que a nadie le falte el trabajo y el pan de cada día, es cierto que en un primer instante hay que dar el pescado al que tiene hambre pero después hay que promoverlos y enseñarles a pescar, para que sean sujetos de su propio desarrollo y no siempre dependientes o clientes del voto. Hace falta invertir mas en la educación, para que todos tengan acceso a este derecho; invertir en políticas públicas en favor de la familia, ya que es la institución educativa más importante, formadora de buenos ciudadanos y cristianos, promover leyes que respeten la vida y a la dignidad de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural, que se ve amenazada , por actitudes de violencia, maltratos, abusos, trata de personas etc.
Dios espera buenos frutos, frutos de justicia, de amor paz, como dijo San Pablo en la segunda lectura: aprecien todo lo que es verdadero y noble cuanto hay de justo y puro, todo lo que es amable, honroso, todo lo que sea virtud y merece elegio. y sino damos frutos se nos quitara y se les dará a otros que den frutos a su tiempo.
Pensemos un momento ¿Tengo alguna responsabilidad en la familia, en la iglesia, en la sociedad, en el gobierno? ¿Estoy dando buenos frutos? Dios espera buenos frutos de la misión que me ha confiado sino se me quitará la viña y se les dará a otros que den frutos.
Señor Concédeme la gracia de dar los frutos que tu esperas de mí. Amén.