Homilía del domingo 23 de septiembre de 2018
Queridos hermanos, el evangelio tiene muchas enseñanzas para nuestra vida. Hoy Jesús vuelve a repetir cuál es su misión: salvarnos; por eso Él va a padecer, va a ser entregado en manos de los hombres y le van a dar muerte, pero va a resucitar y eso nos debe de animar. Con su muerte va a destruir el mal y con su resurrección va a iniciar una vida nueva.
Otro punto muy importante: Jesús va a ser rechazado, precisamente por los jefes del pueblo. Este domingo Santiago nos ayuda a reflexionar, habla de dónde vienen las rivalidades, los conflictos y nos dice que vienen del desorden, sobre todo de las pasiones del ser humano, del afán de codicia, del querer ser superiores a los demás y muchas veces se termina asesinando, como vemos aquí en México, por el afán de dinero se roba, se mata.
Siempre existe en el ser humano el anhelo de querer ser más que los demás, los discípulos también discutían sobre quién era el más importante, y Jesús se sienta y les dice: “el que quiera ser importante, el que quiera ser primero, que sea servidor de sus hermanos”. Sí, en el reino de Dios el gozo, la alegría, es servir a nuestros hermanos, ayudar a las causas nobles, sin buscar poder ni prestigio. En nuestro mundo, pensamos que los importantes son los que tienen poder, los que tienen dinero, los que tienen alfombra roja, los que son famosos, los que tienen el control económico. Para Dios los importantes son los servidores.
¿Te gustaría ser importante a los ojos de Dios? Te invito: sé servidor de tus hermanos, ayuda, apoya y sentirás el gran gozo de servir.
Finalmente, Jesús presenta a un niño, recordemos que los niños son sencillos, son humildes, pero en el tiempo de Jesús muchas veces eran considerados inútiles, incluso despreciables y Jesús dice: “El que reciba a uno de estos niños, a mí me recibe”. Qué importantes son los niños, por eso yo invito a los papás, tienen una labor muy importante, a sus hijos no solamente les brinden alimento y educación, bríndenles tiempo y cariño, recuerden que lo que ustedes hagan a uno de estos niños se lo hacen a Cristo; a los maestros les recuerdo: su labor también es muy importante, no solamente enseñarles las ciencias, enséñenles su dignidad de personas, los valores de amor a la patria, los valores cívicos, los valores éticos. Los niños son el futuro de nuestra patria, de nuestra Iglesia, dediquemos mucho tiempo a la educación.
Queridos papás, queridos maestros, ustedes tienen una gran labor educativa; por supuesto, nosotros en la Iglesia, también tenemos esa gran labor de cuidar, de educar a los niños, de protegerlos. ¿Quieres ser importante? Sé servidor de tus hermanos, y trata con mucho cariño y respeto a los niños, porque estás respetando y amando a Cristo.
La bendición de Dios Omnipotente: Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén.
+ Mons. Luis Artemio Flores Calzada
Obispo de la Diócesis de Tepic
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Sabiduría 2, 12. 17-20: “Condenemos al justo a una muerte ignominiosa”.
Salmo 53: “El Señor es quien me ayuda”.
Santiago 3, 16-4, 3: “Los pacíficos siembran la paz y cosechan frutos de justicia”.
San Marcos 9, 30-37: “El Hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero, que sea el servidor de todos”.