Homilía de Monseñor Luis Artemio Flores Calzada, 8º Obispo de Tepic, en la ordenación presbiteral de Víctor Rosario Flores Guzmán, el lunes 11 de septiembre de 2017, en la Parroquia de San Miguel Arcángel, en Atenguillo, Jalisco.
Identidad del Sacerdote
“Hijo ve a trabajar en mi viña”, son palabras que acabamos de escuchar en el Santo Evangelio de San Mateo.
Muy estimado Víctor, muy queridos hermanos sacerdotes, diáconos, seminaristas, familiares y amigos.
Ante la situación que vivimos en los tiempos actuales, muchos se preguntan: ¿valdrá la pena ser sacerdote? ¿cuál es la identidad del sacerdote? ¿cuál es la misión del Sacerdote?
Hoy puedo decirles que la Ordenación Sacerdotal de Víctor, es una gran bendición de Dios para este pueblo de Atenguillo, para la Iglesia de Tepic y para toda la Iglesia Universal.
Víctor, un día el Señor pronunció tu nombre, te llamó y tú como Samuel le dijiste: “aquí estoy Señor ¿para qué me has llamado? habla Señor que tu siervo escucha”.
El Sacerdote es una persona sublime, es el hombre de Dios, “tomado de entre los hombres, para servir a sus hermanos en las cosas de Dios” (Heb 5, 1-8). Es hijo amado, predilecto de Dios Padre, configurado a Cristo para hacerlo presente, ungido por el Espíritu Santo para vivir y actuar con la fuerza del Espíritu Santo. (PDV 12).
El sacerdote tiene una dimensión trinitaria, cristológica (porque actúa en persona de Cristo cabeza), pneumatológica (porque es ungido por el Espíritu Santo), eclesiológica (porque está en la iglesia para construir la iglesia), nos lo señala el Directorio para el ministerio y vida de los presbíteros páginas 23-45.
Mediante el gesto de la imposición de las manos que trasmite el don del Espíritu Santo, el Sacerdote es llamado y capacitado para continuar el ministerio Apostólico, dicho ministerio consiste en reconciliar, apacentar el rebaño de Dios y enseñar. El sacerdote está llamado a prolongar la presencia de Cristo, siguiendo su estilo de vida y siendo modelo de la grey. Los presbíteros son en la Iglesia y para la Iglesia una representación sacramental de Jesucristo Cabeza y Pastor (PDV 15). El Sacerdote de la nueva y eterna alianza es una imagen viva y transparente de Cristo (PDV 13).
El sacerdocio ministerial es un don de Dios para continuar la presencia de Cristo y su misión que fue conferida a los Apóstoles y sus sucesores —los Obispos—, y los presbíteros son próvidos colaboradores del Obispo.
El Sacerdote está en la Iglesia y al frente de la Iglesia. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, la esposa de Cristo, por eso el Sacerdote está llamado a amar a la Iglesia como su esposa, embelleciéndola, dando la vida por ella como Cristo, que entregó su vida para santificarla.
El Sacerdote es el hombre de la comunión. La Iglesia es el signo e instrumento de la comunión de los hombres con Dios y de los hombres entre sí. Este es el proyecto de Dios: reunir a todos los hombres en un solo pueblo, en una sola familia que es la Iglesia y el sacerdote es el hombre de la comunión que guiado e impulsado por el Espíritu Santo, va realizando esta comunión, esta unidad con Dios, con el Papa, con el Obispo, con sus hermanos sacerdotes, con los miembros de la vida consagrada y con los fieles laicos. La unidad es un signo de credibilidad, como lo pide Cristo en su oración: “Padre que todos sean uno, como tú y yo somos uno, para que el mundo crea” (Jn 17,21). Por eso todos los sacerdotes debemos de darnos tiempo y apartar los días de reunión de decanato, de zona pastoral, de plenario sacerdotal, darle tiempo a la formación permanente, darle preferencia a los ejercicios espirituales, para poder prestar un mejor servicio a Cristo y a la Iglesia.
Víctor, por el ministerio sacerdotal que recibirás de Cristo, por la imposición de las manos y las palabras consecratorias, que realizaré como Obispo de Tepic, serás constituido: mensajero de Dios, para anunciar su Palabra; Sacerdote de Cristo, para comunicar su vida Divina en los sacramentos; y pastor para cuidar su rebaño, enviado a trabajar en la viña del Señor, para hacer presente su Reino en este mundo. Víctor que cada día al amanecer le puedas decir al Señor como lo proclamamos en el Salmo: “Aquí estoy para hacer tu voluntad”; sé fiel a tu ministerio Sacerdotal, que toda tu vida sea una ofrenda agradable a Dios. Recuerda, vas a ser consagrado para servir a Dios y a la Iglesia, por lo tanto ya no te perteneces, ahora le perteneces a Dios y a la Iglesia. Dedica toda tu persona, todas tus cualidades, todo tu tiempo a Cristo y a la Iglesia, lo que el Papa San Juan Pablo II, llama la caridad pastoral, “la total donación de si a la Iglesia” (PDV 23). Ten presente todos los días que, una vez Ungido por el Sacramento del Orden de los presbíteros, serás siempre y en todo momento, presencia sacramental de Cristo. Para que le hagas honor a Cristo, estás llamado a ser Santo como Él es Santo, y puedas decir como San Pablo : “y no vivo yo, es Cristo quien vive en mí” (Gal. 2, 20).
Invito a todos a unirnos en oración y pedirle a Dios, para que Víctor llegue a ser un Sacerdote Santo.
+Luis Artemio Flores Calzada
8º Obispo de Tepic
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Primera lectura: I Samuel 3,3-10.19 “Habla Señor que tu siervo escucha”.
Salmo 39: “Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.
Segunda lectura: Romanos 12,1-2 “Ofrézcanse como una ofrenda viva”.
Evangelio: Mateo 21, 28-32 “Hijo, ve a trabajar a mi viña”.