Estrés, la enfermedad de nuestro tiempo

En esta ocasión trataremos un tema de amplio interés para la salud mental: el estrés. Al hablar de estrés hablamos de una reacción fisiológica y mental del organismo provocada por la exigencia de un rendimiento superior al normal; suele provocar diversos trastornos físicos y mentales.

 

Está presente en nuestra vida

Lo llevamos del trabajo a la casa, y viceversa. Lo que influencia el estrés es la extensa lista de problemas a la que nos enfrentamos: conflictos con la pareja, dificultades económicas, problemas con los hijos, enfermedades, etcétera. En la  sociedad el estrés es común. Las exigencias en nuestra vida aumentan y las expectativas de éxito, felicidad y bienestar se vuelven, con el paso del tiempo, difíciles de alcanzar. La competitividad laboral, las presiones sociales y la lucha inalcanzable por mejorar la situación económica en la que se vive se ha vuelto primordial, inclusive aún más importante que el propio bienestar emocional.

Este estado afecta a todos sin importar  la condición socioeconómica, edad, sexo o situación laboral. Todo en exceso es malo y, por consiguiente,  los grados moderados de estrés son necesarios y nos motivan para avanzar por la vida y responder a las demandas diarias. Sin embargo, es imposible vivir en un estado permanente de estrés, ya que es el responsable de varias enfermedades de tipo psicosomáticas.

Las influencias sociales sobre la salud no se limitan a  variables como el sexo, la edad, el nivel de ingresos; sino que incluyen otras variables tales como los estilos o hábitos de vida (por ejemplo: fumar, drogarse, hacer poco ejercicio físico, seguir una dieta poco saludable, entre otros).

El nivel elevado de estrés laboral o  también el estrés  escolar, puede incrementar la práctica de hábitos insanos como fumar y abusar del alcohol o la comida o reducir la práctica de hábitos saludables como la frecuencia de ejercicio físico, etcétera).

 

Daños por estrés en el organismo

  • Calvicie
  • Piel pálida
  • Aparecen ojeras y arrugas
  • Ojos rojos

 

  • Uñas quebradizas
  • Pérdida del tono muscular en el rostro
  • Afecta el estado de ánimo
  • Apariencia física deteriorada

 

  • Ulceras gástricas
  • Colitis nerviosa
  • Insomnio
  • Fatiga crónica

 

  • Dolor muscular
  • Dolor de cabeza
  • Ansiedad
  • Depresión, y otros más

 

 

 

¿Cómo afecta el estrés a la familia?

El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia que se vuelve un problema cuando, bajo determinadas circunstancias frecuentes, en ciertos modos de vida (se vuelve parte de la rutina diaria de una persona) desencadena problemas graves de salud, produciendo una sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la aparición de enfermedades.

Cambios constantes de humor como irritabilidad, enojo, ansiedad, nerviosismo, falta de concentración, vulnerabilidad, entre otros. Lo que puede generar problemas importantes en las relaciones laborales, de pareja y sobre todo a nivel familiar, siendo los hijos, la mayoría de las veces, los más afectados.

Dentro de las afecciones psicológicas cognitivas que el estrés puede causar está la falta de concentración, que puede  afectar en lo escolar y laboral, además de que la falta de concentración puede provocar accidentes automovilísticos; hay un fuerte desequilibrio emocional que provoca enojo, bloquea las ideas y la productividad; se puede manifestar hasta en conductas violentas hacia los hijos o pareja en muchas ocasiones, lo que afecta el entorno familiar y genera más estrés.

Afecta la salud y el bienestar de la familia, ya que Éste se contagia y quien lo manifiesta lo transmite por todo el sistema familiar; es muy difícil padecer de estrés sin que otros no lo padezcan. Por eso es muy importante que todos los individuos que conforman el entorno familiar de una persona que está pasando por alguna situación de estrés, aprendan a manejar la serie de sintomatologías, signos y trastornos emocionales que conlleva esta condición.

Técnicas para control del estrés:

  • Controlar de forma consciente la respiración en forma de respiración profunda, inspirar por la nariz poco a poco el aire hasta llegar al estómago, luego sacar el aire lentamente; de preferencia hacer esto en un lugar cómodo y alejado de ruidos externos y en una postura cómoda, si se está en el trabajo o la escuela descansar un poco y hacer este ejercicio en cinco minutos.
  • Hacer ejercicios de estiramiento con el cuerpo para facilitar la circulación y relajar el cuerpo.
  • Detención del pensamiento: esta técnica se centra en el control del pensamiento. Cuando empieces a encontrarte incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás teniendo, e identifica todos aquellos con connotaciones negativas (centrados en el fracaso, el odio hacia otras personas, la culpa, etcétera). Repítete: “Basta” y trata de pensar en algo positivo, real y presente.

 

Centros de Integración Juvenil, AC

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Comentarios al autor: (cijtepic@hotmail.com)

 

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