EL PAPA FRANCISCO: UN HOMBRE DE PALABRA

3,5 estrellas
El Papa Francisco: Un hombre de palabra

Título original: Pope Francis: A Man of His Word
Año: 2018
País: Suiza, Santa Sede, Italia, Alemania, Francia
Duración: 96 min.
Género: Documental
Categoría:Papas, Franciscanos
Calificación moral: TP
Director: Wim Wenders
Guión: Wim Wenders
Música: Laurent Petitgand
Fotografía: Lisa Rinzler
Reparto:

El interés por las temáticas humanistas y espirituales del director alemán Win Wenders ha quedado reflejado en títulos como El cielo sobre Berlín o Tierra de abundancia. En esta ocasión va más allá, al colocar su cámara frente al Papa Francisco, que responde a diversas cuestiones, hablando directamente al espectador.

Aunque Wenders le ha perdido últimamente el pulso a la ficción, mantiene su destreza en el género documental, como confirma esta interesante producción, realizada con la colaboración del Vaticano. El cineasta no pretende entregar una biografía de Francisco, pese a utilizar una buena cantidad de imágenes de archivo, que muestran, por ejemplo, los discursos del obispo de Roma en el Congreso de Estados Unidos o en la sede de Naciones Unidas. Otro rasgo de la propuesta reside en no estar dirigida en exclusiva al público católico, ya que aborda temas de índole general. Esto resta algo de hondura religiosa al conjunto, a cambio de ampliar su alcance.

Una parte significativa de la película, en concreto de su tramo inicial, trata sobre el medio ambiente. El Santo Padre expresa su preocupación por la preservación del planeta, advirtiendo que nadie es ajeno a su deterioro. El pontífice también habla con claridad de los derechos de los trabajadores y acerca de la crisis de los refugiados, señalando que no se debe temer al diferente. Asimismo, no elude asuntos delicados dentro del ámbito eclesial, como el grave problema de los abusos sexuales.

Wenders establece un paralelismo entre el papa argentino y Francisco de Asís, exponiendo la capacidad de ambos para leer los signos de sus respectivos tiempos. El realizador subraya la pureza evangélica de los primeros franciscanos, insertando fragmentos que evocan la vida de san Francisco y sus hermanos, rodados en el formato de un film de la época muda e inspirados en frescos de Giotto. Igualmente se hace alusión al diálogo interreligioso al que apela el espíritu de Asís.

El largometraje está bien estructurado y se desarrolla sin efectismos, ni trucos. Presenta a un hombre coherente con su mensaje, que nos invita a abrir los oídos para escuchar a los demás. Wenders, sin ser católico, no tiene complejos a la hora de mostrar al papa Francisco como un líder que necesita este mundo carente de grandes referentes.

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