I Congreso de Aparecida en la Diócesis de Tepic
El pasado 13 y 14 de septiembre nos reunimos alrededor de 300 laicos, hombres y mujeres de todos los rincones de la Diócesis de Tepic, convocados por nuestro Obispo Ricardo Watty Urquidi y por la Comisión Diocesana de Laicos: estudiamos, analizamos y nos comprometimos con los retos que plantea el Documento final de Aparecida. El I Congreso de Aparecida en Tepic se llevó a cabo en las instalaciones de la Casa de Colores en la ciudad de Tepic, y estuvo caracterizada por un gran ambiente de oración, estudio, compromisos y, por supuesto, de convivencia.
“Sin los laicos no se puede caminar”
Iniciado el evento, el Obispo Watty nos invitó a sentirnos, en primer lugar, en una experiencia de Iglesia y de diócesis, afirmando que cuando se hace un trabajo pensando en la Iglesia se hace presente el Papa, y los resultados son de valor universal. Don Ricardo nos aseguró: “Su Obispo está presente no sólo espiritualmente, sino también en cuerpo”; esto lo hizo sentir pues participó del Congreso el mayor tiempo que le fue posible, compartiendo la oración, las charlas y la convivencia.
En su mensaje, el señor Obispo también dijo: “Es momento de seguir adelante, tomando en cuenta el pasado que se agradece, pero integrado hoy con el futuro que nos plantea Aparecida”. Ello a propósito de que es importante retomar lo plasmado en el Sínodo Diocesano, aplicándolo hoy a la luz de Aparecida. “Sin los laicos no se puede caminar”, afirmó categórico el Obispo de Tepic, y agregó que necesitamos ser distintos, trabajar distinto, en un mundo que necesita que los laicos demos testimonio y mostremos una cara distinta, es decir, donde tengamos una mayor preparación y asumamos un mayor compromiso.
¿Qué es una Conferencia Episcopal?
La Conferencia Episcopal, principalmente, es una reunión de Obispos. Su objetivo es analizar la vida de la Iglesia en los territorios. Allí se descubren aspectos positivos y negativos, se identifican problemas, se delibera de común acuerdo sobre las posibles soluciones y líneas de acción pastoral, considerando la mentalidad, la cultura, las circunstancias, etcétera, de una región determinada; todo esto bajo la acción del Espíritu Santo. Como se trata de una reunión de Iglesia se toma en cuenta el Magisterio, y se pide la intercesión de la Santísima Virgen María.
Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano
Las Conferencias Episcopales son convocadas por el Papa, quien aprueba el tema a tratar en la reunión. El Pontífice abre la reunión, lo orienta con su discurso inicial y da su aprobación a las conclusiones.
En América Latina y El Caribe –que es una Conferencia Episcopal, ya que cuenta con contextos muy similares en todos los países que lo integran– se han realizado cinco Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano:
El tema que fue común denominador en las cinco conferencias fue la búsqueda de la re-evangelización de los pueblos y una participación más activa de parte de los laicos.
El Documento de Aparecida –que fue el motivo de nuestra reunión– es el texto final de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. De éste se desprenden líneas de acción para la Iglesia de esta parte del mundo, tomando en cuanta el contexto y la realidad actual que nos interpela y nos obliga a cambiar algunas maneras y rumbos entre los católicos, e incluso hacia los que han abandonado la Iglesia o a los que no son católicos.
Tres realidades en la Iglesia de México
El Lic. Manuel Gómez Granados, presidente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (IMDOSOC), uno de los pocos laicos que asistieron a la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, tuvo una intervención en nuestro Congreso, donde compartió que para él existen tres realidades en la Iglesia de México: En primer lugar, dijo: “Somos un pueblo de mucha religiosidad, pero poco evangelizado; somos una región donde los nuevos grupos religiosos siguen creciendo, donde en las cárceles y en muchos hogares se tiene el culto a la Santa Muerte, entre otras cosas. ¿Quién tiene la culpa de esta situación: los sacerdotes, o los laicos, que no hemos tomado el papel de ser discípulos y misioneros?”.
El Lic. Gómez, asimismo, advirtió que no hay un laicado preparado; es decir, que no conocemos realmente nuestro ser católicos y, por lo tanto, la misión es casi nula entre nosotros los laicos. “En México decimos que somos mayoría los católicos, y estamos en contra del aborto; sin embargo, no sabemos argumentar para poder enfrentarnos a los que han proclamado la despenalización del aborto, y esto se debe a que no existe una preparación clara”, señaló.
Y en tercer lugar, el presidente de IMDOSOC sostuvo: “Somos un pueblo profundamente clerical, es decir, que todas las decisiones las toman lo sacerdotes, al laico le falta el compromiso y la formación”. Por un lado, el sacerdote no proporciona formación, y por el otro, el laico no la pide.
La identidad del discípulo misionero
En otro momento, el expositor subrayó: “Los obispos dicen que todos los bautizados debemos ser discípulos y misioneros. Pero, ¿quién es el discípulo misionero? El discípulo misionero es aquel que ha tenido un encuentro personal con Cristo, ya que cuando una persona tiene un encuentro personal con Jesús, Él tiene la última palabra. Nuestra acción en la vida cotidiana debe ser reflejo del encuentro personal con Cristo, para entusiasmar a todos, especialmente al joven; para transmitir y contagiar en la solidaridad, el servicio, etcétera; es decir, parecernos a Cristo.
El discípulo misionero, al tener un encuentro con Cristo debe cambiar su vida y asemejarla a Él, por esto, les pregunto: ¿cuántas veces te han dicho que te pareces a Cristo? Es una pregunta que nos interpela, y éstas son las líneas generales del Documento de Aparecida. El mensaje de Aparecida, en concreto, es: recomenzar desde Cristo, tener un encuentro personal con Él, anunciar a Cristo como una experiencia y no como una teoría”, puntualizó el Lic. Gómez. Al final de su intervención, dijo categórico: “Mientras nuestra vida no cambie de mentalidad en la relación con Dios y con los otros, es una mentira que hemos tenido un encuentro personal con Cristo”.
La Misión Continental
Nuestro Obispo Ricardo Watty fue uno de los prelados que se hizo presente en la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano, de donde emanó el Documento de Aparecida; por ello, nos compartió el tema de la Misión Continental: “El hilo conductor de todas las Conferencias Episcopales es, y ha sido, la evangelización”, fundamental en estos momentos, puesto que “la realidad está afectando las relaciones. Estamos incursionando en una nueva época donde ya ciertas estructuras sociales están cambiando. En México, donde nos decimos una nación católica, las mismas leyes van en contra del catolicismo”, apuntó el Obispo Watty. Pero fue más allá al decir: “Existe una separación entre la fe y la vida, vivimos una incoherencia”.
Analizando el contexto social, político y cultural, Aparecida nos plantea el ser discípulos y misioneros, porque “son como dos caras de la misma moneda, son inseparables y no se entiende una sin la otra; además, no podemos seguir igual”, resaltó el obispo, y agregó con énfasis: “Es necesario renovarnos en la misión que Jesús ha indicado, no podemos replegarnos ante el mundo, pues no hemos salido a evangelizar; la necesidad es evangelizar, recomenzando desde el encuentro con Jesús”.
La invitación a evangelizar es para todos
En el tenor de la evangelización, afirmó: “Hemos de ser una Iglesia de discípulos y misioneros. Estar con Jesús, tener un encuentro con Él y evangelizar, llevarlo a los demás, aún cuando la realidad sea difícil”. Todo esto, sin duda, contiene un claro objetivo: “Tener una misión permanente en el continente, llegar a todos a los alejados y a los no católicos; todos estamos llamados a hacer misión. Tenemos que hacer la misión en las calles, en nuestros trabajos, en la familia, que representa el núcleo de la sociedad; en la política, la economía, etcétera; es decir, en donde se desarrollan ustedes cotidianamente”, alentó el Obispo.
La importancia del Documento de Aparecida radica en que es una invitación a que todos seamos discípulos y Misioneros, es decir, que nos preparemos para dar razón de nuestra fe, sin limitarnos a las pláticas bautismales o de los demás Sacramentos, sino que la formación sea permanente; además, ser misioneros es llevar a todos lo que estamos aprendiendo, desde las cosas prácticas y la cotidianidad de la vida, de nuestros trabajos, de las labores del hogar, la escuela, el trabajo, la calle; ahí es donde debemos mostrar y compartir el gozo de habernos encontrado con Jesucristo.
Testimonios
José Dueñas Meda
Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores
Mascota, Jalisco [Zona Jalisco]
“Es importante conocer lo que los obispos estuvieron analizando sobre la labor evangelizadora en el continente, para saber en qué estamos actuando bien y en qué se está fallando. Los laicos debemos ser discípulos y misioneros para evangelizarnos a nosotros mismos, a nuestras familias y a toda la sociedad”.
Susana Cortés
Parroquia de Santo Niño
Tepic, Nayarit [Zona Centro]
“El Congreso ha sido una buena oportunidad para conocer el Documento de Aparecida y poderlo llevar a nuestras comunidades, así como integrarnos todas las zonas de la diócesis; me ha parecido excelente. El evento me ha animado a llevar el mensaje a todos los demás, y a salir al mundo, a nuestras comunidades, mejor preparada”.
Rubén del Toro Magaña
Parroquia de San Francisco de Asís
Ahuacatlán, Nayarit [Zona Sur]
“Este encuentro me dio gozo y ánimo para regresar a la parroquia y empezar con nuestro párroco a planear y trabajar juntos, llevando a la realidad el plan que tienen trazados los obispos en el Documento de Aparecida”.
Sergio Santana
Parroquia de la Santa Cruz
Puerto Vallarta, Jalisco [Zona Costa Alegre]
“El Congreso me pareció una bendición, sobre todo el ser escuchado por el señor Obispo y el ser alimentado, para poder crecer como discípulo de Cristo. Creo que es el inicio de algo muy grande: que podamos cumplir con nuestra misión –que no hemos cumplido–, que es llevar a Jesucristo, pero con nuestras vidas y no con nuestras palabras; porque el mundo ya está cansado de escuchar palabras y los hechos no se ven. Con este Congreso da comienzo esta misión en la diócesis, sobre todo aprovechando la fuerza de los laicos”.
Benigno Hernández Pérez
Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe
Tecuala, Nayarit [Zona Costa de Oro]
“El Congreso ha sido maravilloso y creo que debe repetirse constantemente, para analizar qué ha funcionado y qué no, para que estén al pendiente los sacerdotes y el obispo. Es necesario involucrar a toda la comunidad de la diócesis y no siempre a los mismos; es necesario renovarnos e involucrar a mayor número de personas, con base en eso va a ser más fácil llegar a ser discípulos y misioneros. Además, es necesario llevar a cabo las conclusiones del Sínodo Diocesano, porque de otro modo va a quedar como un gran gasto, pero sin frutos; hay que caminar con pasos más firmes. Por medio del Congreso sabemos que Aparecida no es un invento personal o del obispo, sino que son líneas de acción latinoamericana. Me llevo a casa un ánimo más grande porque sabemos que no estamos solos”.
Luis Julián Marín Velázquez