EL MONTE DE LAS TENTACIONES
Fray Jesús Silván
Paz y bendición
Ubicado en la zona de Tell es-Sultan, o antigua Jericó, nos dirigimos por medio del funicular a la cima de Jebel Quarantal, cuyo nombre deriva del término latino quaranta, que indica los días de ayuno y tentación de Jesús después del bautismo en el Jordán -el pasaje detallado de las tentaciones solo nos lo ofrecen Mateo y Lucas-.
Es gracias a san Caritón, padre del monacato palestino, a quien debemos una presencia cristiana en este lugar. Fundó en este lugar su segunda laura (colonia de celdas o cuevas de eremitas). Este lugar recibió la furia de las agresiones persas en el año 614, provocando una disminución en el número de monjes contemplativos. Es hasta el periodo de las Cruzadas donde este monte vuelve a cubrirse de devoción, y unos años después, identificado como el lugar donde el Señor Jesús fue tentado. Actualmente es atendido por el Patriarcado griego ortodoxo.
Antiguamente el monte recibía el nombre de Duka o Dok, donde sucedió el cruel asesinato del sacerdote Simón, último de los Macabeos (1Mac 16,11-17), evento que suscita la fundación de la dinastía de los Asmoneos, quienes tuvieron un gran poderío militar y religioso en todo el territorio de Israel. Y es en este lugar donde posiblemente en antiguo se realizaba el ritual del Yom Kippur (Lv 16, 21-22) cuyo rito consiste en abandonar un chivo expiatorio sobre el cual se confesaban todos los pecados de los israelitas para así obtener el perdón de sus pecados. Es aquí donde podemos pensar en Cristo, conducido al desierto por el Espíritu (Mt 4,1), y se dirige a la soledad y al silencio como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Pero ya no era un simple cordero, sino el Hijo de Dios, cuyo único sacrificio nos otorga la salvación y la vida eterna. Hasta la próxima.