“Millones de seres humanos, principalmente jóvenes, han sido esclavizados por un hábito que los destruye física y moralmente”: Octavio Paz.
Hace apenas un siglo, ningún libro sobre enfermedades mentales hablaba acerca del problema de las adicciones en los adolescentes. Y no es que en esa época no se consumieran sustancias que crearan adicciones, sino que no era un problema importante de salud. El problema de consumo de sustancias es tan viejo como la humanidad, siempre ha existido, ya que las plantas alucinógenas siempre han estado cerca del hombre, quien pudo ingerirlas y conocer sus efectos.
Sin embargo hoy sí es un problema de salud pública que debe ser tratado y clasificado como una enfermedad. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, propone un modelo integral de las adicciones, en el que considera como factores de riesgo las cualidades genéticas, que hablan acerca de la predisposición a la enfermedad.
Tres etapas del consumo del alcohol
Antes de explicar el alcoholismo como una enfermedad, es importante conocer el proceso de la adicción, que se divide en tres niveles o etapas de consumo:
– El primero es la etapa de experimentación, o de uso de alguna sustancia, en este caso el alcohol. La persona o el joven consume alcohol en poca o mucha cantidad, y la frecuencia también puede ser en demasía. En esta etapa solamente está satisfaciendo su curiosidad, o quizás por seguir una moda o hábito que sus pares tienen.
– La segunda etapa se llama de abuso. En este nivel, la persona abusa del uso de la droga. Cabe mencionar que el alcohol es una droga legal, es decir, permitida; sin embargo, esto no le quita los daños que causa y el grado de dependencia que puede llegar a generar.
– Y la tercera etapa es la dependencia, es decir, la persona ya generó una dependencia psicológica hacia el alcohol, aquí la enfermedad ya está instalada.
En este proceso influyen diversos factores: la vulnerabilidad genética, las problemáticas sociales; de hecho la violencia es un factor muy importante que incluso va a la par del consumo de alcohol.
Alcoholismo, enfermedad del cerebro
Las enfermedades del cerebro se dividen en tres grupos: neurológicas, psiquiátricas y adictivas. Como toda enfermedad, tiene sus síntomas, y éstos se concretan a dos: el primero es una necesidad imperiosa por beber alcohol, debido a la abstinencia o el ansia de beber (sin abstinencia). El segundo síntoma es la dificultad para controlar o pérdida de control, que se puede manifestar: siempre que consume alcohol acaba bebiendo más de lo que se había propuesto inicialmente.
Este último síntoma es crucial, ya que nos permite diferenciar entre las personas que beben alcohol en exceso porque quieren, pero pueden reducir el consumo si se lo proponen y quienes sí beben en exceso es porque no pueden evitarlo, que han intentado controlar o reducir su consumo y no lo han conseguido.
Este síntoma, dificultad en controlar, es lo que lleva a una persona al consumo excesivo de alcohol; sin embargo, la persona no presta mucha atención a este síntoma, de hecho, nos damos cuenta del problema de alcoholismo por las consecuencias sociales que genera.
Estos problemas de origen social tienen que ver con el desempleo, la violencia u otros trastornos mentales como depresión o ansiedad y el síndrome de abstinencia que lleva a la persona a consumir nuevamente alcohol.
Es importante aclarar que la persona que presenta esta falta de control, aunque deje de beber por una temporada larga, cuando vuelva a probar la bebida es probable que se descontrole. Esto se conoce como el efecto de privación y que tiene un trasfondo neurobiológico. Si tienes un familiar con este problema, lo primero que hay que hacer es informarse, existen grupos de ayuda para familiares y adictos como el Consejo Estatal contra las Adicciones y los Centros de Atención Primaria (CAPA). Las herramientas de ayuda están, ahora la cuestión es buscarlas.
Ps. Belén Solís Guerrero
———
Comentarios a la autora: (psicbel86@hotmail.com)