“No quisiera que mi hija creciera, tengo miedo a que se vuelva rebelde”, dice una mamá de una niña de 12 años que acude a consulta para saber cómo manejar la conducta de su hija. Este pensamiento refleja sus miedos como madre, y es la idea que muchos padres de familia tienen con respecto a la disciplina a establecer con sus hijos adolescentes. Muchos padres desconocen cómo comunicarse con sus hijos en esta etapa de la vida, y se basan en sus propias experiencias para educar; sin embargo, éstas no suelen ser confiables y sí demasiado subjetivas, y por esa razón suelen repetir los mismos comportamientos en la disciplina, que aplican de forma autoritaria o es demasiado permisiva.
¿Qué hago con mi hijo adolescente?
Por otra parte, estamos frente a una generación muy diferente a la nuestra; los gustos, las prioridades y la forma de comunicarse de los adolescentes es totalmente diferente, pareciera que se ha vuelto más cibernética e impersonal debido al uso de aparatos tecnológicos y redes sociales y los padres de familia, ante esto, tienen muchas dudas y no saben cómo manejar dichos hábitos.
Ante eso surge la pregunta: como padre, ¿qué hago? Lo primero que hay que hacer es informarse acerca de la etapa de la adolescencia, los cambios que se presentan tanto físicos como emocionales, e irse preparando para la etapa que enfrentarás con tu hijo. Esta etapa te va a permitir acompañarlo y vivir con él muchas experiencias. Debe quedar claro que ya no es un niño, por lo tanto, en su naturaleza está esa rebeldía ante las reglas que como niño no tenía y eso si en casa existen dichas reglas, porque pasa muy seguido, al menos en la consulta de psicología, que los chicos jamás han tenido hábitos ni reglas en casa y cuando llegan a la adolescencia quieren arreglar esta situación; pero cuando el chico es adolescente y su conducta es desafiante, dicha tarea se vuelve casi imposible.
Escuchar a los hijos
Esta etapa también es una oportunidad para los padres para analizarse: ¿cómo estoy educando a mi hijo? También para ser flexibles. Como psicóloga, siempre recomiendo que no se les olvide su propia adolescencia, o cuando eran jóvenes, cuáles eran sus inquietudes; porque muchos padres resentidos reclaman a sus hijos las carencias que ellos tuvieron cuando fueron jóvenes: que si faltaba dinero, que tenían que trabajar mucho y no salían tanto como los jóvenes de ahora, que holgazanean más que ellos; ciertamente, muchos adolescentes de épocas anteriores no vivieron como tal su adolescencia, pero si deseas tener un acercamiento con tu hijo, decirle lo que tú viviste y él no ha vivido no te ayudará a mejorar la comunicación entre ustedes. Por lo tanto revisa tus temores e inseguridades. Y es que tememos que nuestros hijos se equivoquen, tomen malas decisiones, sufran, batallen para llegar a sus metas y por eso buscamos allanarles el camino, pero la verdad es que esto puede ser un gran error.
Por esta razón, como padre es importante checar contigo mismo como papá o mamá cómo estás educando, cuáles son tus miedos, porque si constantemente educas con el miedo, estás tendiendo a sobreproteger, lo que no es muy conveniente. Lo segundo que hay que hacer es revisar qué reglas o límites le has inculcado a tu hijo, y si no las hay, es importante comenzar a elaborarlas, tú por tu parte y permite a tu hijo que también haga las reglas que él crea necesario tener en casa, para después llegar a un acuerdo sobre qué normas establecer en el hogar. De esta forma escuchas a tu hijo, le das la oportunidad de comunicarse contigo.
Tiempo de crecimiento en familia
Recuerda que no siempre vas a estar ahí para ayudarlo. Es atemorizante darse cuenta de los peligros a los que se van a enfrentar, sin embargo a ti te toca ser su guía, ofrecerle tu experiencia, ayudarle a ver los riesgos de toda acción que lleve a cabo y que aprenda de las consecuencias, siendo firme pero escuchándolo siempre.
Tu hijo tiene que crecer, es parte del proceso de vida, pero tú también lo harás como padre, pasarás a otra etapa y él también se convertirá en adulto, y más pronto de lo que crees será un adulto en quien podrás apoyarte.
Ps. Belén Solís Guerrero
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