Don Miguel Rodríguez

Combina su oficio de carpintero con el servicio a la Iglesia

 

Miguel Rodríguez Montes, de oficio carpintero, platica para La Senda su experiencia en su trabajo: “Mi padre es carpintero y seguí el oficio, llevo un promedio de 25 años en esto. Me enseñé desde niño, porque iba al taller con mi papá y tengo hermanos que se dedican a la carpintería”.

Al preguntarle quién es un carpintero, respondió: “El carpintero elabora muebles de madera; escoge la madera, la trabaja y depende del mueble o trabajo que pide el cliente le da forma. Los clientes piden normalmente clósets, puertas, cocinas, recámaras, escritorios, pero aquí realizamos todo tipo de mueble; me ha tocado, por ejemplo, hacer bancas para los templos, el sagrario o altares para la celebración de Semana Santa. Un carpintero requiere de esfuerzo físico, sobre todo cuando son muebles de dimensiones grandes, pero en equipo sacamos el trabajo.

Uno de los retos como carpintero se da cuando el cliente quiere un mueble en un espacio complicado por las medidas y los ángulos; primero, tenemos que diseñar el mueble, lo presentamos al cliente y él decide si se hace o no.

Entre las herramientas de trabajo tenemos las máquinas como la sierra cinta, el disco de mesa, la cortadora y las herramientas de mano como cepillos, martillos, serruchos, escuadras, taladros y lijadoras”.

La madera, elemento principal

El elemento principal para que un carpintero pueda realizar su trabajo es la madera. El señor Miguel dijo que ellos compran la madera en las madererías, y que esta la traen de distintos puntos del país, por ejemplo el pino viene de Durango y el cedro del sureste del país o de Centroamérica, y agregó: “El tipo de madera que más trabajamos es el pino y el cedro, pero hay personas que también quieren trabajos en madera de huanacaxtle, amapa, primavera”.

El oficio de un carpintero requiere de mucha precisión, don Miguel explicó cómo se lleva a cabo este oficio: “Primero, se ve qué tipo de mueble se va a realizar para hacer su estimación en la madera, se escoge esta, se hace llegar al taller y uno la empieza a trabajar; se hacen los trazos, si es algún diseño complicado se van sacando plantillas para darle forma al mueble; después de elaborado se le da el terminado, es decir, la barnizada; se va detallando, lijando, resanando aquellas imperfecciones que tenga la madera; se aplica el barniz, la tinta, se vuelve a raspar con una lija más fina y así se le da el acabado hasta llegar a la parte final del mueble”.

 

Satisface que lo recomienden

A don Miguel lo que más le gusta de su oficio es “cuando está uno diseñando y trazando el mueble, es la parte que más me gusta, porque de ahí depende que el trabajo quede bien”. Agregó: “existen todo tipo de clientes, hay unos que exigen demasiado y se fijan en el más mínimo detalle, pero eso nos hace crecer como carpinteros y queda como anécdota. A veces lo pesado no es el trabajo sino el trato con el cliente, por eso, una de las satisfacciones de mi trabajo se da cuando entrego el trabajo y el cliente queda satisfecho y otra cuando viene un cliente recomendado por otro”.

 

Mi oficio lo combino con el servicio a la Iglesia

Para finalizar, don Miguel compartió que también combina su trabajo sirviendo en la Iglesia: “En la tarde servimos a la Iglesia, tenemos un ministerio de música del Divino Maestro, tocamos en la Misa de nueve de la mañana en el templo del Divino Maestro, también de esa manera aprovecho el espacio que me queda de tiempo entre mi trabajo. Toco la guitarra y me apoyan mis hijos, uno en el teclado y mi hija con la voz. Además tenemos un grupo de oración, y es así como servimos a la comunidad”.

 

 

Irma Patricia Valdez Parra

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Comentarios a la autora:

(valdez@lasenda.info)

 

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